PROLOGO

130K 7.5K 611
                                    

—Isabella entiende que esto es por tu bien. —dice mi madre.

—Te prometo que no haré nada malo, haré todo lo que me digas, pero por favor, no me separes de ti, —digo en medio de mi llanto —no quiero estar allá.

—Estarás mucho mejor en ese internado, tendrás cuidado todo el tiempo, lo que no podemos hacer en estos momentos.

—¿No me quieren, madre? —pregunto aun con lágrimas en mis ojos.

—Claro que te queremos, te amamos y por eso tomamos esta decisión, no podemos estar al pendiente de ti todo el tiempo, por eso te enviamos a el internado, además serán por unos dos años. —me responde.

—¿Me prometes que no me abandonaras? —pregunto con algo de miedo.

Aunque soy una niña de solo ocho años entiendo lo que están haciendo y aunque ellos digan que es por mi bien, sé que me están haciendo a un lado de la familia, con mis hermanos no fueron así, ellos crecieron aquí en Alemania, crecieron con la familia.

—Veras como estos dos años pasan volando. —me sonríe mientras habla y eso me calma.

—¿Pueden visitarme? —pregunto con intensidad.

—Cariño, todos los años estaré allí, no podre estar seguido, pero créeme que tu madre te visitara. —creo, creo en ella, aunque no debería.

Mientras ella y mi nana terminan de empacar mi ropa yo debo arreglarme ya que el vuelo saldrá en la tarde, eso escuche decir a mi padre cuando hablaba con alguien.

Cuanto extrañare a mi hermano Poldi, el único que se preocupa de mi existencia, mi nana también entra en el paquete de las personas que extrañare, ¿a quien le miento? Extrañare a todas las personas que conozco, hasta a la odiosa de Ida; Damián, mi querido vecino.

GRACIAS AL ACUERDO. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora