Y sí espero, tanto como pudo aguantar, espero para dejar que sus pensamientos fueran ordenados, y que su querido doncel no fuera dañado por sus propias acciones. No, él quería lo mejor, y lo lograría… cuando fuera valiente. Pero no lo culpen, estaba haciendo su mejor esfuerzo, tratando de no correr a la empresa enemiga y sacar entre sus brazos al rubio. Porque realmente no era el único que apreciaba la bella sonrisa que deslumbraba aquel doncel, era claro que no podía ser.
Era demasiado inalcanzable, pero al mismo tiempo mantenía consigo un aura que solo podría llamarlo a él. Shikamaru estaba seguro, y lo afirmaría una y otra vez con su compañero de copas.
Naruto había dado un gran paso al alejarse de él, en un modo de aclarar cada una de las dudas que quedaron, cuando los sentimientos que estuvo reteniendo salieron a relucir de sus delgados labios. Fuerte, sin miedo a intimidarse, incluso si con ello el rechazo sería la respuesta que vendría.
Eso, al doncel, jamás lo detuvo, no como a él.
Shikamaru negó otra vez con la mano, y ahuyentó otra vez al mismo vendedor ambulante, que se acercó a su auto. No necesitaba nada más, solo un poco de imaginación para poder tratar con el doncel. Después de todo, un mes sin verlo, era otra tortura que estaba claro que no aguantaría.
Ni él, ni su corazón.
Además de eso, el divorcio ya no era un problema, y sus sentimientos tampoco, entonces... ¿Por qué volvía a ser indeciso?
—La verdad... desearía que no fueras tan lento en algunas cosas, te lo digo como una amiga, Shikamaru, pero no demores demasiado. Naruto no es un ser eterno... y sé que tú tampoco lo eres.
La bella, cariñosa y para nada tímida de Hinata no dudo en decirlo, cuando parecía un simple fantasma que solo andaba entre los trabajadores. Con la sombra gris bajos sus ojos, y la piel reseca que se mantiene en sus labios. Caminando a pasos calmados, sin regañar a quienes volteaban a verlo.
Nada de él era igual.
Y él tenía la solución para eso, claro que sí.
Levantó su muñeca y verificó por tercera vez la hora de su reloj, solo faltaban diez minutos para que fuera las tres de la tarde, hora en la que salía Naruto de esa empresa.
Mientras tanto, Shikamaru se mantuvo dentro del auto, solo queriendo que la presencia dorada hiciera aparición y así poder mover cada uno de los hilos que tenía planeado. Que funcionarían si los sentimientos se hubieran desparecido en ese corto tiempo.
Él esperó más por ti, diría la vocecita de su mente como un cruel recordatorio. Shikamaru estaba bien con eso, le ayudaba a saber, cada que podía sobre lo que estaría perdiendo si lo dejaba ir.
Naruto, era un partidazo que no dudarían en mirar más de una vez, y él no sería tan malo, los dejaría apreciar la bella obra de arte que ni los mejores lugares podrían tener, pero no podrían tocarlo, ni siquiera la delgada hebra de su cabello rubio. No lo permitiría.
Mucho menos si era un varón como lo era Sasuke Uchiha, uno que odiaba en toda la ley de la palabra, y que no quería volver a ver, no, estaba seguro de que sobre reaccionaría si lo tenía frente a él. Muy distinto a lo que recuerda, después de todo era tan culpable en querer alejar a Naruto de él.
Shikamaru se tensó al ver como desde el ascensor apareció a quien tanto espero, sonriente como ninguno, y siempre un poco acelerado, tratando de que los archivos no fueron a terminar sobre el suelo del estacionamiento.
No dudó en salir del auto, y caminó hasta su dirección, tomando la mitad de los archivos, y disfrutando de la boca entreabierta, además de sus azules ojos agrandando sus pupilas, por la impresión. Adorable, dijo la voz de su cabeza, y él solo atinó a asentir, de acuerdo con la descripción.

ESTÁS LEYENDO
Incognito amor; ShikaNaru
FanfictionNo hay nada más que Naruto ame, que no sea su trabajo, y también a su vago jefe. Su corazón tiene miopía, por lo que no puede culparlo al fijarse en alguien ya no disponible. Igual puede vivir con eso... o eso quiere decir. Ahora, Shikamaru no es a...