bad boy ─ minjin

O13.

Minho esperaba impaciente junto a la puerta donde se encontraban los baños. El rubio ya llevaba más de diez minutos dentro y no daba señales de estar ahí.

── ¿Por que tarda tanto?── susurró para sí mismo el pelinegro mirando la hora en su reloj.

La puerta se abrió y un pelirrojo salió a través de ella, Lee al notar que no era quien esperaba, ignoró en su totalidad la existencia del chico.

── No sabía que la mafia podía ser tan ególatra.

Minho miró al pelirrojo, abrió sus ojos de par en par al notar como tras la espalda del chico, se encontraba el rubio con su mirada baja, pidiéndole ayuda a través de su mirada. Mark sonrió, no se había equivocado, de hecho nunca lo hacía. Ahora que tenía a su presa justo donde quería, era momento de llevarla hasta la justicia.

── Camina, Lee.

Minho hizo sus manos puño, miró al dulce chico que estaba al borde de las lágrimas y tomando un respiro, se dispuso a obedecer las palabras que el pelirrojo le ordenó.

── Minho...── el menor habló en un hilo de voz, el agarre sobre su brazo por parte de Mark era incómodo, y aún más cuando el mayor comenzó a tirar del de hebras rubias para que esté caminará.

── Camina tú también, niño.

── ¡Pero ChangBin hyung!── se quejó Felix haciendo un puchero en sus labios.

── No saldrás, no quiero que te enfermes.

── ¡Pero es la celebración del inicio de Navidad!── volvió a quejarse.

── He dicho que no, y deja de quejarte, me dan ganas de besarte cuando lo haces.

El de pecas en las mejillas se sonrojó, odiaba tanto que el mayor pudiera ser a veces tan dulce, y a veces pudiera ser un idiota total. Pero lo que más odiaba, era que eso le encantaba.

── Por cierto── ChangBin miró a su pequeño novio ── hoy, lo ví de nuevo hyung.

Bin se tensó, no sabía que pensar, hace mucho tiempo que no sabían de él y con el único que nunca perdió comunicación fue con Jeongin quien se encargaba de hacerles saber que el chico se encontraba bien, también se encargaba de darle los ánimos a Minho cuando esté lo extrañaba.

Pero ahora, eso no era necesario, a partir de hace unos meses el pelinegro parecía haber superado su ruptura con aquel dulce chico. Y más ahora que parecía solo poner su atención en Hyunjin.

── ¿Se encuentra bien?

── Hyung.

── ¿Qué pasa?

── Ha vuelto por Minho.

El pelirrojo se detuvo a unos cuantos metros de la heladería donde se encontraban sus amigos. Miró al pelinegro que parecía querer matarlo y luego al chico rubio que se encontraba temblando. Suspiró.

── ¿Puedes esperar aquí?── se dirigió a Lee.

Este encarnó una ceja divertido.

── ¿Sabes que me puedo escapar si quiero, cierto?── el pelirrojo asintió.

Soltó a Hyunjin quien lo miró sorprendido y corrió rápidamente al lado de Minho para esconderse tras el. Mark no pudo evitar morir de ternura internamente.

── Quiero ver si tienes palabra, Lee.

Dicho esto se dió la vuelta y camino hasta donde estaban sus amigos. El frío comenzaba a hacer su aparición y seguramente podía llegar a nevar, a parte de que estaban entrando ya al último mes del año, no sería una sorpresa.

Unas cuantas horas pasaron hasta que Hyunjin se atrevió a dirigirle la palabra al mayor.

── Minho-ssi── el pelinegro dirigió su vista a el.

── ¿Qué pasa?

── Mira, está nevando.

Señaló los diminutos copos de nieve que caían del cielo como si fuera lluvia, Minho miraba todo con asombro y inocencia, sonrió cuando Hyunjin intento tomar uno de los copos fracasando, se acercó hasta el rubio y con sumo cuidado de no asustarlo tomo su mano extendiendo la junto a la suya.

── Si intentas atraparlos, nunca tendrás uno── un pequeño copo se posó en las manos de ambos ── pero si esperas con paciencia, el vendrá a ti.

El menor sonrió, y dió un pequeño salto de felicidad tirándose sobre Minho pasando sus brazos por el cuello del contrario juntando sus cuerpos en un cálido e inocente abrazo. El mayor sentía la respiración de Hyunjin sobre su cuello, y tenía que decir, que se sentía extremadamente genial.

Por su parte, el rubio sentía sus mejillas arder.

── Así que ellos son tu caso── BamBam sonrió.

── Más que un caso normal── Mark habló ── creo que serán uno especial.

Minho quien tenía su corazón latiendo a mil por segundo tomo el valor suficiente para pasar sus manos por la cintura de Hyunjin, quien no se quejó y pareció aferrarse más al mayor.

La mirada de Mark se encontró con la de Minho, el pelirrojo se dió la vuelta con una sonrisa en su rostro, clara señal de que los dejaba libres. Los seis chicos restantes siguieron al mayor del grupo todos con la misma expresión de felicidad.

── Vamos a casa, Hyunjin.

El cuerpo del chico yacía tirado en la acera de frío concreto, su moto había caído sobre el y tenía múltiples heridas en todo su cuerpo. Su vista se volvía cada vez más borrosa y poco a poco perdía el conocimiento.

¿Está vivo?

¡Dios mío! ¡Es un milagro!

¡La policía!

Aquí, aquí oficiales.

El sonido de las sirenas se escuchaba cada vez más al igual que las palabras de los paramédicos que intentaban verificar su estado.

── Alguien por favor── murmuró suavemente ── Chris, ayúdame.