9. Te atrapé mirando

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Mi chico soñado, lucía hermoso, y me había pillado babeando por él —sonreí ante el recuerdo vívido de aquella noche, cuando lo conocí

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Mi chico soñado, lucía hermoso, y me había pillado babeando por él —sonreí ante el recuerdo vívido de aquella noche, cuando lo conocí.

Recuerdo que salí al patio trasero del club. Claramente sonrojado por la vergüenza que acababa de pasar. Cuando de repente escuché que alguien me hablaba.

«—Te atrapé mirando.

Escuchar esas palabras desde atrás, me paralizó, un frío intenso recorrió mi columna. Y Cuando volví la cabeza, me sorprendí enormemente, al encontrarme dos ojos marrones, grandes y risueños, que me miraban. Los ojos de mi chico soñado, el chico que estuve a punto a comerme con la mirada minutos antes, ese que seguía mirándome fijamente.

—Sí, lo lamento, no fue mi intensión avergonzarte o...

—¿Por qué habría de avergonzarme? —Preguntó, mientras se acercaba con pasos cortos a mí, su mirada tratando de encontrar la mía— Un hermoso hombre mirándome, Es como un sueño hecho realidad.

—Ohh —dije sorprendido y tratando de permanecer distante—. Yo... no quise faltarte el respeto, estabas con tu novio y-

—Él no es mi novio —aclaró, cortando mis palabras.

—¿No lo es?

—No —aseguró firmemente, inclinándose cerca de mí, poniendo su suave mano sobre mi brazo—. Mi nombre es Gun Atthaphan. ¿Cuál es el tuyo?

—Off Jumpol.

—¿Y qué haces, Ouf?

—Off —lo corregí.

—OFF —repitió de manera clara y fuerte, sonriéndome con los ojos entornados, dos hermosos hoyuelos formándose cerca de las comisuras de su boca.

—Soy un entrenador de Artes Marciales Mixtas.

—¿Eso es como un sensei?

—Algo así. Enseño artes marciales y defensa personal y trabajo poniendo en práctica lo que se, a veces hago trabajos como guardaespaldas.

—Wow, peleas contra pandillas, la mafia, ladrones. Apuesto a que ves muchos malhechores.

—En realidad, no soy del FBI ¿lo sabes? pero sí, he visto algunos de ellos —le dije, mirándolo mientras él deslizaba lentamente su otra mano debajo de mi chaqueta y la colocaba en mi cadera.

—Entonces, Off —comenzó a hablar— como te decía, me di cuenta de que estabas desvistiéndome con la mirada.

—Totalmente culpable.

Otra vez su sonrisa, cálida y esa boca. Oh su boca...

—Bueno, obviamente no me hubiera dado cuenta de que lo hacías, si yo mismo no te hubiera estado mirando, desde donde me encontraba.

Un deseo del corazón #1 - HP5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora