𝐹𝑎𝑙𝑙𝑖𝑛𝑔 𝐹𝑜𝑟 𝑌𝑜𝑢 || Meredith Grey × Reader [ᵍʳᵉʸ'ˢ ᵃⁿᵃᵗᵒᵐʸ]

XXVII

__________ Watson

«No, esto lo hablaremos hoy. No mañana ni pasado, hoy. No importa la hora que sea, yo estaré en la puerta de tu casa esperándote para hablar.

Te amo, no lo olvides.»

Releía el mensaje. Exagerada si soy. Tal vez ya no quiere hablar hoy porque estará muy ocupada y no saldrá temprano del hospital hoy o quiere tiempo para ella, pero no, yo exagerando todo y mando tremendo mensaje.

Y como soy experta en sobre pensar las cosas, decidí eliminar el mensaje. No tengo que ser tan intensa, odio ser así.

Tome los expedientes que me había dado el Doctor Jhonson para comenzar a dar de alta a algunos pacientes. Comencé a caminar a la primera habitación.

Es que si soy una tonta. Con ese mensaje-si es que lo leyó-la voy a asustar. Va a creer que estoy loca. Apenas llevamos unas semanas juntas, conociéndonos, conviviendo y yo comienzo a ser así. Si algo de esto sale mal estoy segura que va a ser mi culpa.

Decidí dejar de lado ese tema y comencé a hacer lo que me había puesto el Doctor Jhonson.

Me gustan mucho los abrazos, pero el día de hoy si que los odie un poco. Los familiares de los pacientes que estaban aquí, al darles el alta me abrazaban efusivamente. Hasta adolorida del cuerpo quedé de tanto abrazo.

Nuevamente me encontraba buscando al Doctor Jhonson ya que ya había acabado de dar de alta a los pacientes cuando alguien me tocó el hombro. Era Héctor.

—¿Qué nunca tienes nada que hacer?—dije.

—Me ofendería si me lo dijera alguien importante, pero como eres tú no le tomaré importancia al comentario.

—¿Qué pasó?—pregunte luego de un rato de caminar en silencio.

—Pensé que nunca preguntarías. Hoy ha sido unos de mis mejores días, ayude a la Doctora Grey en una cirugía, tuve un casi importante y lo mejor de todo es que me enteré de muchas cosas.
»La paciente de la que te conté tenía droga dentro de su cuerpo. El como la tenía dentro le estaba haciendo daño, tanto que le comenzó a salir una bola en el estómago. Fue por eso que también vino la policía y siguen aquí.«
»¿Sabías que la Doctora Hahn fue novia de la Doctora Torres? Las escuche hablar por accidente y le estaba reclamando el que estuviera tratando de ligarse a una interna, pero claramente es mentira porque la Doctora Torres está casada. No puede ligarse a una interna.«

Héctor se divagaba contándome todo lo que hizo el día de hoy, yo me limitaba a escucharlo con una sonrisa y contestarle de vez en cuando.

Aunque en un momento de la conversación mi mente se desconecto y dejé de escucharlo y solo caminaba mirando hacia el piso. Regrese hasta que él me tomo del brazo para que me detuviera. Lo mire mal por haberme detenido así. Él me hizo la seña de que guardara silencio y escuchará.

—Tengo que terminar ya con ella, no puedo seguir. Es agotador y ya no me siento para nada cómoda. En serio esto tiene que acabar—era Mer la que hablaba.

—Solo habla esto con sutileza y no seas tan... ruda, ella puede llorar—contesto la Doctora Yang.

La conversación se dejó de escuchar porque comenzaron a alejarse de ahí.

Mi corazón se estaba quebrando y ahora tenía muchas ganas de llorar.

—¿Y a ti que te pasa ahora?¿Quieres llorar?—cuestiono Héctor viéndome algo raro.

—No—conteste con la voz algo quebrada—, a mí no me pasa nada. Tengo que irme.

Cómo la cobarde que soy me iba a ir a llorar al baño, claro que sí. Por eso había estado tan rara conmigo, quiere que todo esto se acabe.

Las lágrimas estaban a nada de salir de mis ojos, me sentía la persona más desdichada de este planeta. Pero tuve que dejar de serlo y tuve que evitar que mis lágrimas salieran porque mi beeper sonó. La Doctora Hahn me solicitaba.

Esa Doctora me tira mala vibra y eso que solo la he visto hoy. ¿Pero por qué me solicita a mi sí se supone que ella sabe que yo estoy en el servicio de la Doctora Torres?

Porquería de vida. Con todos los problemas que me cargo ahora hay que agregarle que otra Doctora me odia y que la persona que me había hecho ser maravillosamente feliz me ha roto el corazón y todavía no lo sabe.

Dios, ya no quiero ser tu mejor guerrera.

Por fin el día había acabado. Estaba exhausta en todos los sentidos, literalmente en todos.

Me encontraba en los probadores cambiándome para irme a casa. Sé que le dije a Mer que fuera lo que fuera iría a su casa a hablar con ella, pero ya no iría. No quiero perder la poca dignidad que-creo yo-aún me queda.

—En definitiva hoy si fue el mejor día de mi vida—volvio a decirme Héctor parándose a mi lado.

—Y en definitiva yo creo que tú si deberías buscarte una novia o más amigos porque aunque estés trabajando te la pasas pegado de mí.

—Tendré una novia y más amigos cuando tú los tengas, y mientras eso pase me tendrás que soportar.

Voltee a mirarlo y le hice una de mis sonrisas más hipócritas de este mundo. Este tipo si necesita más amigos, caminando por los pasillos me lo encuentro, en la cafetería me lo encuentro, en todos lados está él.

—¿Quieres ir por un trago al bar para festejar conmigo este bello día?—pregunto cuando vio que termine de tomar mis cosas.

Un trago no me vendría nada mal. Una vez en un baño, y justo fue de un bar, que para olvidar los problemas está el más fiel compañero: el tequila.

Agarrate San Pedro que allá voy.
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<3