CAPÍTULO XXXI

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Delphinus: Pequeña constelación del hemisferio norte muy cerca del ecuador celestial.

***

Amy Holland

Luego de ir al Diner, todos nos dirigimos a nuestras casas, esta noche sería la fiesta de León en la gran mansión de su padre y sería la segunda a la que iría y espero disfrutarla porque la última vez no me la pase bien ya que fue el cumpleaños de Aarón y ya sabemos cómo terminó ahí fue donde dejé de confiar en él o bueno, me moleste mucho y pensándolo bien, fue absurdo ya que, solo éramos amigos. Aún seguimos siéndolo además lo juzgue sin antes preguntarle, fuiste una idiota Amy, pero luego de que me explico todo le creí y estamos bien. No sé si estaba en lo correcto, pero todos somos humanos ¿no? Cometemos errores, si no lo hacemos no aprenderemos.

Y lo que no fue en tu año, no te hace daño, Amy. Es increíble.

Eso es lo que todos hacemos aunque intentemos ser perfectos no lo seremos, somos humanos llenos de imperfecciones después de todo.

Entre a mi casa, mamá ya había llegado de su viaje está mañana y siempre que llega me interroga, pero esta vez sería yo, no me explico cómo sabía lo de la premier, estaba en el sofá con mi Doctor, lo cual no era una buena noticia se porqué están aquí.

—Llegas a tiempo, Amy—dice mi madre tomando algo de té.

— ¿A tiempo para que exactamente, madre?—pregunte adentrándome al lugar.

—Verás como puedes ver que el Doctor Osman aceptó venir para hablar sobre las quimioterapias.

—No hay de qué hablar, pensé que ya todo estaba bien. Acepte hacerla y es todo.

—Sobre los riesgos, Amy. Sobre eso hablaremos—exclama el doctor

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pero no dejaría que ellas salieran, no dejes que vean que fueron en el punto exacto que te dolió, sabía a qué se refería. La posibilidad de que no funcionen... Y lo que pasaría luego, ¿Qué exactamente? Hablo de morir de qué si nada de esto funciona y mi enfermedad avanza, moriré y no podré hacer más nada.

—Se los riesgos perfectamente no soy una tonta—dije, no quería hablar de eso. No ahora, estoy a punto de hacer lo que una chica de mi edad hace, no me arruinaran esta noche.

—Nadie piensa que lo eres. Creo que eres una de las pacientes que he tenido más valiente e inteligentes—dice el doctor.

—Si, pues gracias—respondí sarcásticamente. —Sé que está la posibilidad de que nada de esto funcione, sé que mi enfermedad está empeorando, sé que llegará el momento en que mi cuerpo no va a soportar más y colapsara y moriré. ¡Creen que no lo sé! —grite porque ya estaba cansada de que piensen que habrá solución, no la hay.

No sé porque siguen intentando, ya estuve en terapias y dijeron que habían funcionado pero meses después el cáncer volvió, ¿que les hace pensar que esta vez será diferente?

—Tienes que calmarte cariño—me responde mi madre.

— ¡No! No me quiero calmar, yo soy la única aquí que sabe las consecuencias a mi parecer. Háganse un favor y acepten la realidad.

A TRES MINUTOS DE TOCAR LAS ESTRELLAS (NUEVA VERSIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora