Secrets: I Don't Wanna Fall Away || Lumity - Lumelia •Omegavers•

Capítulo 4: The Perfect Girl

Capítulo 4.

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«𝐈𝐬𝐥𝐞 𝐎𝐟 𝐅𝐥𝐢𝐠𝐭𝐡𝐞𝐬𝐬 𝐁𝐢𝐫𝐝𝐬»

||Es una chica extraña, creo que me estoy enamorando de ti||

La mayoría del tiempo se encuentra pérdida en lo profundo de su propia mente, cosa que muchos dicen que afecta cuándo sucede demasiadas veces, pero ¿Realmente importa eso?

Perderse en tu propia mente es como una forma de conocerse mejor a si mismo, y saber cuales son sus propios miedos para alejarse ellos o intentar vencerlos.

Es como una línea separando dos caminos, tu eliges entre el bien y el mar, si decides hacer lo que esta bien sabiendo que esta mal, o si decides hacer lo malo sabiendo que esta mal, no siempre dará lo mismo, son distintas cosas.

Pero al final del día siempre habrá esa persona que te diga que te mantengas en el centro de la línea y que no elijas ninguno de los dos caminos, ninguna de las dos autopistas.

Y lo mejor que puedes hacer para ignorarlos es olvidar tu moralidad y dejarlos a cada uno de ellos atrás, mientras sigues tu vida como en un capó, refugiándote en letras de canciones bastante oscuras y profundas.

—Hay mierda—. Dice, cayendo de rodillas frente a su hermana y unos chicos detrás de ella.

—Es débil, pensé que sería más fuerte—. Uno de ellos ve a la menor con indiferencia. —No creó que sea tu herma- —. Y Lucia lo cayó de un puñetazo.

—Mejor cállate Mattheomule—. Ella dice, tronando sus nudillos y luego pasando el brazo de Luz por sus hombros para levantar la.

—Maldita sea Lucia—. El levanta el puño, pero la Noceda mayor le gruñe.

—Intentas tocarme y te rompo cada jodido hueso—. Matth baja la mano y retrocede en silencio, evitando también que cualquiera de sus amigos dijera algo.

Solo ve como ambas hermanas se alejan caminando hacia la enfermería.

【...】

Cuándo termina de vendar la muñeca junto con la mano de la Noceda menor, se levanta de la silla y se sienta en la camilla a su lado.

—¿Por que lo haces Lu?— pregunta ella, pasando una de sus manos por la mejilla de la alfa. —No tienes por que ayudarle a parecer mejor que los demás— Luz baja su cabeza al sentir el suave tacto de la sigma.

Se mantiene en silencio mientras los ojos dorados de la chica la recorren, esperando a que conteste o si quiera diga algo.

Pero no hay nada, es como si intentará ocultar la verdad, no sabe porqué es tan extraña, cuando tiene que decir la verdad no la dice, y cuando no debe la dice.

Su alfa es extraño, bastante complicado de descifrar.

—Lu amor, dime, cuéntame, quiero oirte— la morena se levanta de la camilla para colocarse frente a la sigma.

La de gemas doradas no sabe exactamente lo que haría, hasta que la recostó sobre las sábanas blancas y se abalanzó sobre ella, besando su cuello.

—Luz no, estamos en una enfermería, nos pueden atrapar, no quiero que te castigues ni a ti, ni a mi— un corto gemido sale de su boca al sentir leves mordidas donde la lengua de la alfa pasa.

Su alfa era encantador cuando quería.

—Nadie se atrevería a hacer eso. Nadie se puede meter conmigo y mi sigma— desliza sus manos por debajo de la camisa rosa de su amante y acaricia cada parte de su piel.

Su contraria suelta gemidos que lograr hacer que el instinto dominante de la alfa se activé, y algo en sus pantalones se forme rápidamente.

Luz levanta la cabeza y va hacía los labios de la peli-verde, para luego juntar los con los suyos en un beso bastante necesitado y apasionado.

—Te necesito— jadea la sigma, levantado un poco sus caderas, para hacer presión contra el falo de la morena, que aún sigue entre sus pantalones. —por favor alfa, te necesito, necesito que me folles ahora mismo— pide de una manera de indiscreta que solo hace que el miembro de la Noceda se ponga cada vez más duro.

—Hablas como una pequeña zorra necesitada. ¿Quieres que te folle, eh perra?— el tono de su voz es tan sensual que a la sigma le importa poco si la trataba como una puta.

—Si alfa, follame ahora mismo, te necesito— las manos de la castaña bajan hasta la minifalda de la de tez blanca, tomándola de la orilla junto con su ropa interior la baja de golpe, dejándola completamente desnuda de la parte baja de su cuerpo.

—Oh Amelia Blight, voy a follarte tan duro que te hasta te va a doler estar acostada— su cinturón termina en alguna parte del suelo en cuanto las manos de la peli-verde lo desabrochan, seguido de el, los botones también.

Baja el cierre, para luego bajarle el bóxer, dándole a sentir el gran falo del alfa; su alfa.

Y aunque no fueran pareja, y para los demás son personas que se quieren golpear a puño limpió, realmente se necesitaban entre sí, realmente se deseaban y querían pasar todo su tiempo juntas.

Pero tenían que mantener todo eso en un secreto pues Luz Noceda, ante los ojos de Alador y Odalia Blight, aún no es un alfa digno para comprometerse con su hija mayor.

Así que ambas se tienen que satisfacer solo con el hecho de follarse sin que nadie lo sepa, de besarse sin que nadie las vea, de amarse sin que nadie se entere.

Aunque Amelia mantiene una "relación" con una de sus amigas para que no sepan lo que sucede entre ella y Luz, cosa que le a ayudado de mucho.

Pero esta más que claro que a la morena realmente no le importa cuantas veces la Blight le diga "te amo" a su amiga, porque sabe que le pertenece a ella y solo a ella.

No importa cuantas personas pasen en su vida, pera sus ojos avellana la única dueña de su corazón y su vida va a ser ella; Amelia Blight. Exacto, esa chica de piel blanca como la nieve, ojos dorados tan encantadores, y cabello peli-verde; la chica perfecta.

Bueno no tengo nada más que decir...

Con amor: Alexander Bourbaki

14/08/22

1:11 PM