Capítulo 2: Comfortable

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Capítulo 2.

||Nosotros vamos a perder el momento||

Willow empuña sus manos en la tela blanca de bajo de su cuerpo, mientras Luz da una nueva estocada.

Las piernas de la omega se aferran a la cintura de la alfa, sintiendo el rojo-negro en su entre pierna, extendiéndose con cada golpe a su interior.

Al principio ardió un poco, pensó que sería así todo el tiempo, que estaría morado-verde, pero cambió de un momento a otro a ser un agradable rojo-anaranjado.

Luz estaba siendo bastante rosado con el cuerpecito bajo el suyo, no intentaba hacerle daño, si no evitar que eso pudiera llegar.

La Park arquea la espalda sintiendo el extasís recorrer su cuerpo, desde su centro hasta extenderse por todo su ser.

—Más—. Jadea ella, pidiendo más rapidez. Gimió cuando un fuerte golpe fue a dar contra su intimidad.

El no-metal era ciertamente rojo, demasiado a su parecer, por lo que lo único que salía de su garganta eran puros gemidos y de su boca solo jadeos.

La alfa pura se mueve con ritmo, mientras toma entre sus manos las de la omega y le da leves apretones, pues lo que sentía en su miembro era demasiado apretado, era como mezclar el rojo con el negro, pero quitarle lo morado-verde al negro, así dando rojo-negro exitante.

—D-Después d-de esto...—. Su voz se corta cuándo Luz golpea nuevamente su interior con fuerza. —N-no creo q-que me siga g-gustando tu primo—. Luz sonríe y besa a la omega con bastante pasión.

—Tampoco creo que camines—. Ella dice, separándose unos cuantos centímetros de su boca, para luego volver a unirse con ella.

Las estocadas son constantemente rápidas y un tanto fuerte, que solo logran hacer que Willow seda ante los movimientos de Luz, cada movida es una oleada de placer extendiéndose en cada punto del pequeño cuerpecito de la omega, los labios de la dominicana amortiguan un gemido de la azabache.

La alfa pasa sus manos por la cintura de la Park, acariciando su piel blanca y suave, sube hasta sus pechos, estimula uno de ellos con su mano y la otra le sirve de apoyo en la cama.

Todo cambiando de velocidad y fuerza en diferentes momentos, pero el nudo simplemente no parece estar cerca.

▪︎Un alfa no puede anudar dentro de un omega, a menos que lo marque primero▪︎

【•••】

—Lucia—. Llama la de gemas de color verde, pero la enigma esta demasiado centrada en el líquido de su vaso de vidrio. —Lucia, sal de tu trance—. Mueve su mano delante del rostro de la morena, y esta por fin le da atención.

—¿Eh?—. Ella pronuncia, levantado su mirada. —¿Que pasa Wyonna?—. La alfa rueda los ojos.

—Ya es tarde, ¿No piensas regresar a casa?—. La Noceda niega, suspirando. —¿Entonces?—. Levanto una ceja.

—¿Puedo quedarme en tu casa?—. Pregunta, viendo el ceño fruncido de su amiga, y amarillo-rojo-azul en la mirada de la Park mayor.

—Claro, no hay problema, solo vamonos ya—. Ella se levanta y detrás Lucia se pone de pie.

—No creó querer ir con el doctor mañana—. Wyonna niega gruñendo levemente.

—Tienes que ir, es por tu salud—. Pasando atraves del la pequeña multitud de personas, siente a Lucia tomar la manga de su chaqueta, para usarla como guía. —Lo sabes bien y te niegas, solo ve...—. Ya están completamente fuera del bar, ve a la enigma a los ojos.

—¿Por que? ¿Realmente de que sirve? Mi padre iba al mismo doctor y miralo—. Un gruñido se escapa de su garganta y un suspiro de sus pulmones.

—Lucia, por eso mismo tienes que ir, para que lleven un control sobre tu salud y no termines como el—. Coloca sus manos sobre los hombros de la morena y bufa por lo bajo. —Aún no se sabe si Luz o tu tienen la enfermedad de tu padre, es por eso que tienen que ir con el doctor,—. Su voz repentinamente suena bastante amarillo-rojo-azul. —por que en el momento en que la lleguen a detectar en alguna de las dos, podrán controlarla—. Lucia ve a otro lado, mientras un gruñido sale de su garganta.

—No confío en ese doctor, llevaba atendiendo a mi padre desde hace años ¡Y no lo salve!—. Ella vuelve a ver a las gemas verdes de la azabache. —¡¿Como esperas que pueda controlar la enfermedad si la detecta?!—. Wyonna suelta un suspiro pesado y empieza a caminar en el lado contrario de Lucia. —¡¿Y ahora me dejas?! ¡Quién te entiende!—. La siguió a un paso lento y algo distante, en cierto punto no le agradaba en lo más mínimo cuando la alfa se ponía en ese plan.

De cierta manera, Wyonna Park, era lo suficientemente insoportable en ese caso, que podía golpearla si seguía insistiendo sobre el mismo desgastado y jodido tema.

Pero si Lucia Noceda, no quería quedarse en la calle, tenía que arreglar las cosas, lamentablemente no con golpes, si no con palabras.

—Ya Park, no te hagas la víctima—. Corrió frente a ella y la detuvo. —Tu no entiendes, por eso andas de insistente—. Wyonna en cambio le gruñe.

—Solo quiero tu bienestar, pedazo de idiota—. Ella empieza, frunciendo el ceño. —Eres importante para mí y esta no es una declaración, estoy diciendo la verdad, me salvaste cuando teníamos quince años, ¡Te debo la vida!, hiciste mucho por mi, eres mi mejor amiga, y debo cuidarte—. Los ojos de la enigma se entienden con sorpresa.

—Eh...—. Se queda en silencio, viendo otra parte, no sabe que decir. —Yo- em,—. Un nudo en su garganta.

—No debes decir nada, se que el orgullo te gana—. Bostezo y paso a un lado de la mayor. —Solo vamonos, ya es tarde—. Lucia asiente y la sigue.

Hay algo atrapado en su garganta, y un sentimiento reprimiendo su corazón, algo que de cierta forma no le es fácil de explicar, no, no esta enamorada, pero sabe que esta equivocada, ese sentimiento es algo morado-verde, no es muy confortable.



























































































Con amor: Alexander Bourbaki💛



29/06/22

Secrets: I Don't Wanna Fall Away || Lumity - Lumelia •Omegavers•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora