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NOTA: este aun no es final, pero espero les guste, bueno nos vemos abajo jijiji


" En la variedad del espacio y en la inmensidad del tiempo

una de mis alegrías es compartir un planeta y una época contigo"

- Carl sagan -

Lena

—¡Lena! —grita y siento como una corriente eléctrica corre por mi cervical, temiendo voltear hacia la voz.

—Me adelantaré —me observa Kara esperando una respuesta de mi parte, y yo solo asiento.

Siento como pierdo su contacto y su calidez mientras se marcha «Eres una idiota ¿Cómo pudiste dejar que ella se fuera? Ahora tu única fortaleza se ha ido y lo peor es que tu lo dejaste...»

—Hey —saluda con voz temerosa, sacándome de mis pensamientos.

—Hola —respondo con voz neutra.

—Vaya —se aclara la garganta —Es bueno verte de nuevo, digo, se que no esta bien cuando viene de mi, pero.... ¿podríamos hablar en otro momento? —asiento hacia mi pecho sin saber que decir.

—Puedes pasar a la oficina —digo apenas rompiendo el nudo en mi garganta.

—Claro. Gracias ¿nos vemos mañana? —asiento y me marcho de lugar para alcanzar a Kara.

—Podemos irnos Alfred —informo y el enciende el carro listo para irnos.

—¿Todo bien? —pregunta con preocupación al verme entrar al auto muy deprisa.

—Si, todo bien, eso creo —divago y ella toma mis manos para tranquilizarme.

—¿Segura? —niego.

—Mañana hablaré con ella creo.... Ella suele ser de palabra, pero....—hace pequeños círculos con su pulgar sobre mi mano.

—Esta bien, ambas lo necesitan —comenta.

—¿Tu crees? —pregunto insegura.

—Si tu lo ocupas tanto como ella, y ocupas una explicación ¿no? —asiento

Seguimos el camino a su departamento y al llegar ella me mira atentamente antes de bajar el auto.

—No quieres pasar a tomar algo —pregunta curiosa.

—hmm —aprieto mis labios en una línea.

—Puedes quedarte si gustas —ofrece.

—¿Mañana que harás? —pregunto.

—Ya sabes, mañana es sábado y no trabajo al menos que Cat me encargue algo lo cual no ha hecho, entonces ¡Día libre! —exhala emocionada.

—Cierto, tienes una gran Jefa —señalo.

—Lo tengo, quizás soy su favorita —menciona divertida.

—Lo eres jajaja —digo de acuerdo —¿Realmente quieres que me quede? —pregunto con picardía.

—Solo si tu también lo quieres —jala de nuestras manos.

—Si quiero —sonrió de oreja a oreja.

Tomo de sus manos fuertemente y le digo a Alfred que se vaya, me despido de el con las manos y sigo a Kara por detrás hasta llegar a la entrada de su departamento. Kara abre la puerta lentamente y pronto el olor a galletas horneadas llegan a mi fosas nasales, haciendo que instantáneamente cierre los ojos para embriagarme mas de la sensación de un hogar acogedor.

El dolor que dejas marcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora