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                 Justo en ese momento, había cierto castaño asustado hasta el alma.

La situación era esta: él y su "mejor amigo" habían ido a comprar ropa al centro comercial, todo iba extremadamente bien, habían comprado varios polos y uno que otro jean.

Pero la suerte de nuestro hermoso castaño, se revirtió en cuestión de segundos, cuando a su contrario se le prendieron las hormonas de repente, haciendo que ambos queden encerrados en un cubículo en el baño, con él encima del pelinegro, que se encontraba  sentado en la taza del inodoro.

"Vamos, Aquino. Será rápido". Trató de convencer a su asustado compañero.

"Duxo, no podemos. Nuestra ropa se ensuciará". Contradijo con miedo y la respiración agitada, soltando un vergonzoso y pequeño gemido que fueron una hermosa melodía para el pelinegro.

Ambos ya estaban muy duros para arrepentirse.

Pero nuestro castaño estaba en un gran dilema, él sabía que ya no podían parar y aunque lo hagan o no sin ropa, estaba la posibilidad de ser descubiertos de igual forma, pero no era fan del exibicionismo, ni tampoco quería ensuciar su ropa, aunque si realmente se ponía a pensar, hacerlo con ropa era su mejor opción.

Así que, con Duxo besando su cuello, amasando su regordete trasero y frotando ambos miembros sobre la ropa, terminó cayendo, ladeando su cabeza para darle más espacio al pelinegro para hacer su trabajo, soltando un suspiro de satisfacción.

Aunque estaba disfrutando muchísimo como Duxo lo tocaba y marcaba, no quería que cargue con todo el trabajo, así que con esa idea en mente, comenzó a menear sus caderas de adelante hacia atrás, mordiendo su labio inferior para no soltar ningún ruido muy alto.

Por muy caliente que estuviese, en su mente no se iba la idea de que estaban en un baño público haciendo cochinadas.

Para tener más soporte y fricción, Aquino rodeó con sus brazos el cuello de Duxo, aumentando los "sentones" y cambiando de dirección, esta vez en círculos, dando saltitos de vez en cuando, gimiéndole en el oído al pelinegro, haciendo que su temperatura suba y que el climax se sienta cada vez más cerca.

"Duxo... Duxo... Duxo...". Repetía constantemente el castaño, "mordiendo" el hombro del nombrado por sobre la ropa, haciéndole saber a este que también estaba cerca.

Las respiraciones erráticas, la fuerte fricción, los gemidos, jadeos y suspiros de ambos, los llevaron al límite, gimiendo el nombre del otro al manchar sus pantalones y ropa interior.

"Te odio". Pronunció un agitado Aquino, tratando de calmarse del intenso orgasmo.

"Yo también te quiero, Aquinito". Rió, besando la roja carita del castaño, para después proceder a tratar de limpiar a ambos y seguir por su camino, algo incómodos, pero satisfechos.






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Espero que lo hayan disfrutado, pecadores. Nos vemos en el próximo capítulo. Bye Bye~ ✨♥️

One-Shots {Duxino} +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora