Fui a la capilla derethi temprano una mañana dos días después de nuestra reunión.
Allí encontré a un hombre rubio que parecía bastante joven. Me miró con odio.
— No formas parte de la iglesia derethi, pagana.
Fruncí el ceño. Era cierto, yo no había sido bautizada allí, por elección de mis padres, que respetaban mi agnosticismo y me dejaban elegir religión al crecer.
— Eso cambiará —Hrathen salió de una habitación lateral.— Predicarás la religión derethi.
— No lo haré, mi señor.
Dilaf parecía querer matarme.
Hrathen suspiró.— Lo harás. Si no ahora, en un futuro.
No quise discutir.
Esos días me planteé mi fe. Mis padres siempre habían sido fieles a Jaddeth ¿por qué yo no?
Llegué a la conclusión de que era un pensamiento de rebeldía infantil. Aunque no estaba segura. Por eso, decidí probar, en menos de una semana, cambié.
— Gyorn —dije después de haberle proporcionado más información de los elantrinos. Estaba en su oficina de la capilla.
Hrathen me miró.
— Lo he estado pensando. Me uniré a la religión derethi. Quiero... comprobar si la fe sirve de algo.
— Claro que lo hace —replicó.— Jaddeth te acogerá en sus manos, mujer, debes creer en él, igual que tus padres.
Asentí.
La ceremonia fue ese mismo día. Algo corto para representar mi unión a la religión.
No noté cambios en mi vida, creer en alguien superior no me hizo tener ni mejor ni peor suerte. Mis días en la tienda eran normales. Y en las visitas a la capilla solo daba la información que tenía. Incluso Dilaf me había dicho que estaba haciendo lo correcto.
Al final de esa misma semana fui a visitar a mis padres, en la mansión cerca de las afueras de Kae, una zona tranquila, para contarlo todo.
— Madre, ahora soy derethi —expliqué. Mis padres me aceptaron agradecidos.
Los fui a ver casi todos los días durante más de una semana.
Seguía yendo a ver a Hrathen cada dos o tres días y le explicaba cosas de Elantris. Estudios que había hecho allí.
Dilaf seguía recelando de mí la mayoría de veces.
— Necesito una poción que imite la Shaod —Hrathen entró a mi tienda a primera hora de la mañana.
— ¿La Shaod? Eso será difícil, mi señor.
— ¿Puedes hacerlo? —preguntó observando mi tiendecita.
— Creo que sí —dije levantándome y yendo a buscar algunas plantas.
Minutos después empecé a cortarlas.
— Tengo algo que decirte —dije con voz calmada. Hrathen se acercó a mí.— Fue muy anticuado de mi parte rechazar la fe por el pensamiento infantil de llevarle la contraria a mis padres. Es algo que me gustaba hacer mucho cuando era adolescente y por eso nunca creí en Jaddeth. Ahora... bueno. Lo estoy intentando, en serio, creo que me siento cómoda creyendo.
Un atisbo de sonrisa de formó en sus labios aunque yo no lo miré.
— Eso es porque estás colaborando gratamente a nuestra causa. Jaddeth te ha acogido. Tu fe es fruto de eso.
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PECADO | Hrathen x Tú
FanfictionEres una herborista que trabaja en Arelon, hija de un bajo noble y que está muy interesada en Elantris. Tus conocimientos resultan útiles a un sacerdote que llega a tu ciudad para predicar el Shu-Dereth.