La llegada de los lobos a Seabrook cambiará todo para los humanos y zombies.
Pero... también habrán cambios, para uno de esos seres feroces y salvajes.
NOTA: Digamos que está terminada por ahora. En caso de que mi cerebro me de algo para abarcar la...
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No podía ser tan malo. Quiero decir, ni siquiera había curvas cerradas en esa autopista. Lo haría sin problemas, y volvería antes de que a mi madre le diera una crisis por...
¿Qué rayos era esto?
— Puedo... ¿preguntar, o me voy a arrepentir? —dije mientras detenía el auto al lado del novio de Addison y su hermanita.
— Zed quiere hacer una mega propuesta para que Addison acepte ir al baile con él.
— Son novios, ¿cómo no irían juntos? —era tierno que planeara todo... esto por ella, pero también era obvio que irían juntos.
— La propuesta seguirá siendo épica. —me dijo él mientras movía su escalera.
— ¿Y esto es seguro? —le pregunté a Zoey, ignorando por completo que al zombie casi se le caía encima... todo lo que estaba usando.
— Relájate, ellos estarán bien. —movió ligeramente a un lado sus materiales, para poder seguir con su plan sin otro incidente.
— No. Pregunto que si es seguro para ti. —¿cómo se le ocurría poner toda su... sorpresa en medio del camino?
— Todo saldrá bien, ¿sí? Eres animadora. ¿Dónde está el optimismo?
— Tengo optimismo en que te va a decir que sí. —él sonrió automáticamente.
— ¿No deberías estar en el campamento de animadores también? —me preguntó la niña zombie.
— Sí, pero... digamos que algo se me atravesó. Como sea. Asegúrate de que tu hermano no se... lastime tanto. Addison debe ir al baile con un Zed entero.
— Gracias por la confianza, Skyler. —dijo él mientras volvía a subir para... hacer algo.
— No hay de que. Adiós, Zoey. —me despedí de ellos antes de seguir conduciendo.
Poco después, tenía el encargo de mi mamá. Era una caja más o menos grande. Por el peso y sonido sabía que era una de esas figuras de vidrio que ella amaba. Ya podía escuchar los murmullos de quejas de mi papá, todo porque no era capaz de decirle que dejara de comprarlos. Pero, bueno. Una parte de mí quería ver cuál era la nueva adquisición, porque, según recordaba, casi no había animales que ella no tuviera. Aunque quería, no podía ojearlo. Estaba muy bien sellado y, si intentaba algo, mi mamá lo notaría.
El regreso fue bastante tranquilo. Ya tenía previsto que me detendría un momento a ver qué era lo que Zed había avanzado, aunque... probablemente, cuando llegara, los animadores ya habrían pasado por ahí. Si mal lo recordaba, su ruta era más corta que la que yo había tomado, que era, prácticamente, hasta otra ciudad.
Estaba todo tan tranquilo, y con Tori Kelly como soundtrack de mi viaje fue... genial. O al menos así fue, hasta que estaba por llegar a la autopista de Seabrook. Estaba literalmente por entrar, cuando el... autobús completamente fuera de control paso frente a mí y de la nada.
