La llegada de los lobos a Seabrook cambiará todo para los humanos y zombies.
Pero... también habrán cambios, para uno de esos seres feroces y salvajes.
NOTA: Digamos que está terminada por ahora. En caso de que mi cerebro me de algo para abarcar la...
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Que esto estuviera pasando, me hacía pensar que ella también estaba interesada en mí. Y no estaba seguro de cómo tomar eso. Quiero decir, claro que me hacía feliz, pero... no sabía que se supone que debía decirle. Esta nueva información no cambiaba mi pensamiento de que no podía solo llegar y decirle lo que me pasaba con ella.
— ¿Esto es por Addison? —dije con miedo de arruinar el momento.
— No sé de qué hablas. —no quería que se enojara y no quisiera hablarme de nuevo, pero de otra manera no me diría que estaba pasando.
— De que estás celosa. —dije con cuidado.
— No estoy celosa. ¿Por qué tendría que estarlo? —su voz se volvió ligeramente más aguda por un segundo, eso solo me confirmó que me estaba mintiendo.
— Actúas como si lo estuvieras.
— Lo del ego era divertido, hasta ahora. Yo... Mejor me voy. Haz lo que sea que quieras hacer.
— Lo estás, aunque no lo quieras admitir. Lo que no entiendo es por qué.
— No lo estoy. —dijo a punto de darse la vuelta.
— Oye, sí eso es lo que te preocupa, necesito estar cerca de Addison porque... —en ese instante mi consciencia me detuvo. No podía. No, no debía decirle la verdad. Eran secretos de lobos y, aunque quisiera, no podía dejar que supiera de... lo que pasaba con nosotros. Ya se lo había dicho: un lobo jamás se dejaba ver débil. Mucho menos frente a alguien que... nos interesa.
— No me incumbe. Pero, para tu información, Addison está saliendo con Zed. —no esperó a que dijera algo más, solo comenzó a alejarse de mí.
— ¡Skyler!
— Supongo que te veré mañana, Wyatt. —dijo mientras se perdía en el bosque. Literalmente. Ese no era el camino a Seabrook.
Estaba por hacer algo de lo que, muy probablemente, me iba a arrepentir, pero no tenía más opción. En cuestión de días se metió tanto en mi mente, que no quería que confundiera las cosas. Lo único que me interesaba de Addison, era que fuera la gran alfa. Me agradaba, pero... no de la misma forma en que me agradaba Skyler.
Terminé siguiéndola con lentitud. Esperaba que el bosque al anochecer bastara para distraerla y que al menos me escuchara. No me iba a arriesgar para que al final ella no prestara atención a lo que le iba a decir.
— Ten cuidado, el bosque se vuelve engañoso de noche. —susurré cuando la alcancé.
— No es un buen momento para tu insistencia, ni ego, ni bromas, ni nada. De hecho, no es un buen momento para ti.
— Solo trato de ayudarte.
— Gracias, pero no necesito tu ayuda.
— Si no quieres que piense que estás celosa, deja de actuar así.
