Capítulo 27

89 15 0
                                    

Había logrado llegar a su objetivo el anexo donde vivió en su niñez. Todo estaba tal cual en su memorias a excepción de la suciedad y las telarañas si bien en el exterior estaba en un estado decente el interior tenía mucho que desear.

Pero no era hora de ser decoradora de interiores era hora de buscar respuestas a sus preguntas.

Subió las escaleras llenas de suciedad a la vez que observaba que había algunas telarañas con arañas no era algo que le daba miedo pero si algo de Ascó el imaginarse a alguna de esas arañas sobre ella.

Hablando de las arañas una de ellas se acercó a ella tal parece para asustar la al menos eso creía ella ya que las arañas parecían ninjas debido a que eran bastante rápidas.

La araña se posó en su hombro sintió escalofríos recorrer su cuerpo-muerete- con tan solo decir esas palabras el fuego llegó a su mano y quemó a la araña hasta hacerla cenizas no había quedado ni un solo rastro de ella.

No perdió el tiempo y siguió el camino hasta llegar al segundo piso. El anexo solo tenía 2 pisos el primero donde estaba el recibidor la cocina, las habitaciones de los sirvientes y la puerta que guiaba a un pequeño jardín mientras que el segundo piso tenía habitaciones de invitados donde también estaban el cuarto de ella junto a su madre.

Si su memoria no le fallaba la habitación de su madre estaba del lado derecho. Aunque no recordará cual era el anexo constaba de al menos 20 habitaciones sumado a la de los sirvientes serían 30 en total.

Había mucho que explotar pero por lo menos no se trataba de un lugar con más de 100 habitaciones.

Algo era algo.

Exploró el lado derecho en busca de alguna pista que pudiera decir si hay estaba su habitación la cual recordaba no estaba en el mejor estado pero bueno las otras habitaciones del anexo tampoco es que parecieran en las mejores condiciones.

Lo único que recordaba era que en su cuarto había varias pinturas pintadas por su madre pero ninguna de esas habitaciones que había revisado tenía las pinturas por lo que solo le quedaba revisar la parte izquierda.

Sin muchas esperanzas fue a la izquierda reviso las primeras 4 habitaciones pero tampoco había nada por un momento pensó que era mejor dejar la búsqueda de lado pero entonces la puerta de la quinta habitación se abrió.

O mejor dicho se cayó debido al fuerte viento supuso que alguna ventana se encontraba rota o abierta. Con curiosidad entró a la habitación y se dio cuenta de algo.

Era su habitación en una esquina estaban las pinturas que su madre solía pintar la cama tenía una pata rota, el papel tapiz estaba despegado de las paredes el olor a polvo y humedad invadía su nariz pero eso no importaba pues había encontrado su cuarto donde quizás hallaría lo que buscaba.

Sin perder el tiempo fue al armario el cual todavía seguía teniendo los viejos vestidos suyos y de su madre que se encontraban siendo devorados por las ratas quizás se debía a que la tela ya era muy pasada de moda.

Pero pese a esto siguió rebuscando en el armario hasta que lo encontró el diario de su madre.

No recordaba mucho de ella pero lo que si recordaba era que además de pintar se la pasaba escribiendo en su diario. Lo abrió con la esperanza de que las cucarachas no se la hallan comido en cuanto lo abrió y vio que las primeras páginas estaban intactas sonrió aliviada.

Sin perder el tiempo se sentó en una silla de madera que estaba hay y comenzó a leer incluso si era algo cotidiano cualquier cosa le sería útil si su teoría era correcta su madre habría escrito algo sobre su tierra natal.

Querido diario hoy día 15 de octubre llegué al palacio imperial es la primera vez que veo a muchos humanos moviéndose de aquí y allá por lo que me dijo serena la criada a cargo de mi el motivo se debe a que celebrarán el cumpleaños del emperador.

Me dijo que las mujeres que han llegado recientemente es decir yo y las otras que se han llevado a la fuerza tendrán que practicar el baile nos han dicho que si lo hacemos bien podremos pasar la noche con el emperador para tener hijos con el.

Rezo y espero que yo no sea la elegida no me imagino teniendo un hijo en el palacio tengo que hacer lo que esté a mi alcance para escapar de esta cárcel incluso si tengo que matar lo haré.

Todo con tal de volver a casa con Raiza incluso si no soy muy bienvenida allí sigue siendo mi hogar.

Eso decían las dos páginas del diario al menos lo que si se entendía ya que aún quedaban algunas palabras borrosas por lo menos había aprendido dos cosas.

Uno el nombre de su tía era Raiza.

Dos al parecer su madre no era muy bienvenida en su hogar no conocía el motivo pero quizás estaba escrito en alguna de las páginas del diario.

Aunque tenía la teoría que debido a que su madre era una descendiente de un elfo oscuro había provocado que fuera discriminada por los elfos de su antiguo hogar.

Lo cual no le sorprendería si los humanos se discriminan entre ellos los elfos y las demás razas también llegarían a la discriminación más por lo que paso en el pasado.

Cerro el diario y se decidió leerlo una vez llegará a la mansión cuando noto la luz que se veía a través de la ventana era el amanecer.

-¡Demonios!.

Inmediatamente se fue de la habitación, bajo las escaleras rápidamente y corrió con todas sus fuerzas a la mansión pero el camino parecía hacerse cada vez más largo ella estaba maldiciendo hasta que por andar distraída se tropezó.

Se levantó rápidamente y estaba dispuesta a irse hasta que la vio.

Una chica de cabello negro estaba tirada en el suelo su ropa estaba en perfecto estado aunque lo que le preocupo a Eris fue su piel extremadamente pálida.

Podría dejarla e irse pero....

"Sálvame"

La estúpida voz se hizo presente dándole dolor de cabeza. La pregunta era ¿A quien tenía que salvar? ¿A la chica que estaba hay? Se alejo un poco de ella pero la vos se hizo más fuerte.

"SÁLVAME"

-¡Esta bien! ¡La salvaré! Solo cállate.

No sabía si aquella desconocida era a quien debía salvar pero supuso que una vez lo hiciera esa voz se iría de una vos por todas.

Con algo de dificultad intento cargar a la chica sorprendentemente era muy liviana casi como una pluma pero eso no quitaba el hecho que era una desconocida.

Al sentir los rayos del sol suspiro sino podía llegar a tiempo al menos podía dar alguna excusa aunque no era buena idea traer a la chica ya que harían muchas preguntas lo mejor que se le ocurrió fue dejarla en el anexo y llegar en la tarde para ir a ver si se había despertado.

Con eso en mente se devolvió al anexo y dejó a la chica en una habitación al azar la cual parecía tener una cama en mejores condiciones aunque las paredes no decían lo mismo.

Se fue dejando la sola y se dirigió lo más rápido que pudo a la mansión.



Eris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora