15 minutos de castigo.

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La clase termina sin que podamos encontrar una canción adecuada para nuestro número musical así que nos damos por vencidos y decidimos buscar ideas en casa para proponerlas en la próxima clase.

–¿Por qué estás tan nervioso y distraído?– Pregunta Sam mientras recoge sus cosas.

–No estoy nervioso, ¿por qué lo dices?– No me di cuenta que había Sido tan evidente.

–Bueno, no dejas de mover la pierna con notoria desesperación... –Mierda, no fui consciente de eso, solo se que mientras más se acercaba la hora de salida más escuchaba el  retumbar de mi pecho. Ese castigo de 15 minutos realmente será una tortura.

Detengo el movimiento desquiciado de mi pierna y me pongo de pie tratando de tranquilizarme.

–No te preocupes Sam, solo es un tic que tengo cuando me concentro.– Es la mentira más estúpida que me he escuchado decir en todo el día ya que mi voz temblorosa y evasiva me deja completamente en evidencia. Ella lo nota y sonríe un poco pero no dice más al respecto.

–De acuerdo– dice dudando,– debo irme, Dave quería mostrarme el laboratorio de química antes de que empiece la clase de literatura. Nos vemos mañana.

La veo salir del teatro y quiero decirle que no se vaya, pero no sé si es por la rara sensación en el estómago al saber que estará con David o si es porque no quiero quedarme a solas con Emma y todas sus preguntas. ¿Qué demonios me está pasando?Ojalá pudiera regresar el tiempo una semana cuando todo era paz y monotonía y no todas estas situaciones que me empiezan a revolver el estómago.

Cuando vuelvo a la realidad me doy cuenta que solo quedamos Emma y yo en el teatro. Ella está del lado izquierdo del escenario pintando lo que será una guitarra eléctrica, pero también siento su vista pendiente de mí, trato de evitarla dirigiéndome al lado derecho pero su voz llamándome retumba en todo el recinto y sé que no podré escapar de todo lo que se está por suceder.

–Sabes que no podrás evitar está conversación por siempre– Sus palabras me atraviesan y aceleran mi pulso mucho más de lo que imaginaba. No sabía que un corazón podía llegar a latir tan rápido y tan fuerte. No hay nada que me salve ahora.

–Lo... Lo sé– respondo, y me pateo mentalmente por no lograr que mi voz deje de temblar tanto como lo están mis piernas.

Empieza a acercarse a mi y yo también camino hacia ella hasta encontrarnos en el centro del escenario. Nos sentamos en la orilla del escenario con los pies colgando, mientras yo miro mis manos fijamente puedo sentir como ella me mira a mí. Me armo de valor y me giro para mirarla a los ojos. Puedo sentir el profundo esmeralda de sus ojos pasar a través de los míos y siento como si mi cuerpo fuera atravesado por estacas de hielo. Me duele el cuerpo, me duele el pecho, me duele todo, incluso me está costando respirar. Los segundos más eternos de mi vida hasta que por fin rompe el hielo y toda la tensión con una sola pregunta.

–¿Qué te hice para que estés huyendo de mí?

¿Han escuchado un cristal cuando se rompe? La sensación de impotencia al saber que se rompe y no pueden hacer nada. Pues en este instante siento como si mi interior fuera un gran cristal rompiéndose en Miles de pedazos.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2022 ⏰

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