Capítulo 3

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El fin de semana pasó rápido, en casa de los Shiba las cosas solían funcionar como si de la escuela militar se tratara, a las 7 de la mañana ya todos estaban en pie y desayunaban sin decir una palabra, todos estaban obligados a seguir una rutina y una dieta especial, a pesar de estar libres de la escuela por un descanso que daba la misma, Hakkai y Yuzuha debían estudiar en casa junto a la institutriz.

A Yuzuha se le enseñaba la importancia de ser una buena ama de casa, aprendiendo sobre los quehaceres del hogar, ahora poniéndole énfasis en cómo debe comportarse frente a su futuro marido, cosa que la tenía asqueada y desanimada.

En cambio, Hakkai aprendía cual era la importancia de adelantarse a la estrategia de guerra del bando contrario y porque el factor sorpresa era la ventaja más grande de un soldado, suspiraba de solo leer todo el material que su hermano traía desde su academia.

No tenían la opción de elegir su futuro, su padre al ser de un grado alto dentro del ejército británico ponía su oficio por sobre todas las cosas y su hermano mayor iba por el mismo camino. Su madre había muerto cuando era pequeño, casi no tenía recuerdos de ella, sólo sabía que una gripe había acabado con su vida.

Desde entonces Yuzuha nunca fue tratada como una niña, a los tres se les disciplinaba de la misma manera, como si de un campo de concentración se tratara, y Taiju quien quedaba a cargo, no perdonaba ni una falta.

La institutriz fue contratada cuando Yuzuha tuvo su primer periodo, a los 13 años, fue entonces que creyeron que era bueno que aprendiera de una figura femenina, ya que, la chica comenzó a tener dolores de cabeza seguidos y no era capaz de seguir el ritmo de los entrenamientos dado al dolor de útero.

La chica comenzó a asistir a un internado para señoritas, recomendado por la mujer, manejado por monjas, donde la educaban para conocer las labores de casa, cuidar hijos y la preparaban para el matrimonio, pero junto a eso también materias como la gramática y ortografía eran fundamentales.

Los fines de semana que tenía libre o en vacaciones era la institutriz quien se hacía cargo de ella, aunque los entrenamientos seguían siendo obligatorios y el no cumplirlos suponía un castigo digno de una tortura de la edad media.

Hakkai asistía a la escuela toda la semana, a diferencia de Yuzuha no estaba internado, aunque pareciera que viviera en el regimiento militar, intentaba siempre dar lo mejor en sus materias, aunque no lo hacía por él, sino para evitar los castigos.

En una oportunidad un chico mayor se metió con él dándole un golpe, cuando se enteraron en su casa lo golpearon más fuerte, desde entonces cualquiera que venga buscando problemas con él se lleva la peor parte, era capaz de hacerlos perder el conocimiento con un solo movimiento.

Por lo mismo, no tenía muchos amigos, inspiraba miedo entre sus compañeros, no era más que un niño problemático y violento. Pero olvidó todo eso cuando pudo reír tan fácilmente junto a "Taka-chan", se sentía cómo un niño, quería hablarle y escucharlo reír.

La gente solía tenerle miedo, por él o su familia, las personas que trabajaban en su casa solían tratarlo como un noble, pero su padre y su hermano lo trataban como una basura, a veces se sentía muy confundido, pero Mitsuya sólo lo había tratado como él. No vio quien era su padre, cómo era la familia de su madre, no vio los lujos ni el estatus social al que pertenecía, solo vio a Hakkai, un chico de 17 años que quería ayudar a su hermana.

El día lunes ya había conseguido la lista de los invitados, fue lo bastante listo como para pedirle a su hermana que la consiguiera, una llamada a la chica más chismosa del internado de señoritas y ya tenía todos los nombres de los invitados, además de cuál era la importancia de cada quien, sea por profesión o nivel de la familia.

Entre Telas & Coronas [MitsuyaxHakkai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora