READ BETWEEN THE LINES 5/14

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DoYoung finalmente se despierta cuando el olor a panqueques recién hechos llega a su habitación.

El hombre saborea el aroma pero no abre los ojos todavía, como si tuviera miedo de enfrentar la realidad de- bueno- lo que sea que sucedió anoche (y las huellas de la bebida de anoche quizás aún lo agobian.)

Pero cuando estar inmóvil en su cama se vuelve demasiado pesado para soportarlo, suspira levemente- ahora no le queda más que abrir los ojos y desenredarse del calor de su edredón.

Dios, está demasiado claro ahí fuera.

Entre el lío de horas antes de irse a dormir debió olvidarse de cerrar las persianas.


DoYoung suspira y se tambalea fuera de la cama sin mucha confianza.

Durante todo el tiempo que pasó dando vueltas en su cama doble por la noche, ideó un plan inmaculado de conducta hacia TaeYong después del accidente (como él lo llamó "el beso"):

     1. Finge como si nada hubiera pasado.
     2. Si el punto 1 falla, retirarse a la biblioteca.*

*repetir hasta que se vea obligado a hablar.

En el punto de vista subjetivo de DoYoung, no suena tan mal.

Además- tiene sus líneas bien ensayadas:

Él ofrece una "buenas" sin más mientras entra hacia la cocina con cierta confianza bien medida (lo suficiente para no parecer sospechoso, pero no demasiado como para parecer que todavía tiene un poco de resaca.)

TaeYong aparta la cabeza de la cocina, su mano aún apoyada en el mango de la sartén.

El hombre le responde con un murmullo de satisfacción y vuelve a cocinar las tortitas. Ya hay una pila bastante grande en el plato junto a él, nota DoYoung.

—¿Robas mi trabajo como chef de desayuno residente? —DoYoung se ríe ligeramente, apoyándose contra una pared.

TaeYong se ríe y se da la vuelta de verdad ahora, frente al otro.

(Las cosas parecen ir demasiado fáciles, demasiado normales por ahora.

Pero, de nuevo, ¿qué se considera normal para una amistad como la de DoYoung y TaeYong?)

—Podríamos hacer una competencia de panqueques, ya sabes —ofrece—. Pero-... —coloca un dedo en su barbilla y luego continúa— no cuando tengo resaca.

Ahora DoYoung es el que se ríe— ¿Así que admites que bebiste demasiado anoche?

(¿Está su mente jugando con él o TaeYong se puso un poco tenso?)

Sin embargo, las observaciones de DoYoung parecen ser refutadas una vez que TaeYong, de todas las cosas, procede a poner los ojos en blanco— Bueno, parecía que yo era el que estaba celebrando conseguir una pasantía.

—Necesito proteger mi estatus a partir de ahora. —argumenta DoYoung.

El otro levanta la ceja— ¿Acaso los escritores no beben todo el tiempo?

—Estaría apilando archivos, TaeYong, no escribiendo la próxima novela más vendida. —dice DoYoung sin rodeos.

—Podrías hacerlo mejor, ¿sabes?

—Bueno, todo el mundo tiene que empezar en alguna parte, ¿verdad? —empuja a Taeyong.

Todo lo que su amigo le ofrece es silencio.

(Porque tal vez DoYoung esté destinado a algo más grande que conseguir café para los editores en jefe, pero ese es un tema para otro momento.)

—Vas a quemar los panqueques. —señala después de un rato de mirar fijamente al otro.

TaeYong retrocede para voltear el panqueque justo a tiempo— Ven por la miel, ya casi están listos. —murmura.

Y DoYoung hace lo que se le ordena, mentalmente dándose palmaditas en la espalda por no dejar que el aire entre ellos sea demasiado espeso por la incomodidad.

𝗥𝗘𝗔𝗗 𝗕𝗘𝗧𝗪𝗘𝗘𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗜𝗡𝗘𝗦 │ DOTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora