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Jisung estaba faltando al colegio. La última vez que un alumno supo de él fue a la salida del martes. Unos pocos fueron, pero suficientes para correr el rumor del parche que cubría mitad del rostro del menor.

Y como todo rumor, este se corrió y divulgó de forma incorrecta. Tal y como cualquier mito, se fue modificando y de lado a lado se escuchaban teorías diferentes. Unos decían que tenía la mitad de la cara quemada. Otros que había perdido un ojo. Y no solo eso, sino que nadie se lo tomaba seriamente.

El alumnado se burlaba del chico. Algunos especulaba un posible abuso en su contra mientras que otros decían que Jisung era autodestructivo, un depresivo con trastornos de personalidad. Chan estaba harto de escuchar tanta falacia. Y Seungmin no hacía nada más que quedarse callado y esperar a que el mundo dejara de hablar del chico al cual había prometido proteger.

Chan sabía. Sabía perfectamente que aquel alumno sabía más que cualquiera allí. Y le reventaba tanto que no hablara, que no fuera capaz de explicar qué sucedió con Jisung y cómo fue que lo encontró.

Tal vez la posibilidad que existía de que hubiera sido él quien atentó contra el menor no estaba tan alejada de la realidad. Porque de algo estaba seguro Chan, y era que Kim Seungmin no era tan santo como aparentaba y era tan culpable como el verdadero culpable.

Estaban en clases de contabilidad. Su clase y la preferida de Kim ya que podía ver al hombre mayor. Notaba sus miradas llenas de acusación y le dolía considerablemente. Pero prefería mantenerse al margen. No iba a caer como un estúpido por alguien que lo miraba de aquel modo sin tener nada con lo que atacarlo. ¿qué buscaba? Seungmin no había hecho nada desde que Jisung dejó de asistir al colegio.

La campana sonó y el alumnado se despidió del profesor.

—Kim Seungmin, tengo que hablar contigo un momento. ¿Puedes quedarte?

—No.

—Kim Seungmin, es una orden de tu superior.

Siempre a sus ordenes, mi señor.

Se quedó y tomó lugar en su rutinario banco de siempre. El mayor lo seguía con la mirada y estaba harto de la frialdad con la que su alumno se paseaba. Hablaba como un robot y muy pocas veces conseguía oírlo burlarse de las personas de forma indirecta y en tonos muy bajos. Como si siempre hablara para él mismo. Otras veces era un chico alegre y animado, pero nunca con él.

—¿Qué necesita? No creo que quiera hablar de mis notas porque es algo imposible, profesor...

—¿Qué sabes de Han Jisung? —cuestionó apoyando su mentón en ambas manos sobre el escritorio. Llevaba una camisa que Minho le había prestado y a este ser un poco más robusto en músculos, la camisa se pegó más a su cuerpo.

—No lo sé.

—Sí. Sí lo sabes, pero no entiendo por qué no quieres hablar. Kim, si tuviste algo que ver con lo que le pasó a tu compañero solo se te reducirá la amonestación si declaras.

—No sé nada, profesor... Deje de buscar culpables donde no hay pruebas.

—Fuiste tú quien encontró a Han. Es suficiente prueba para ponerte como sospechosos del abuso que él sufrió.

Seungmin miraba como su profesor perdía la calma con la que siempre trató a sus inferiores. Le gustaba jugar con la salud mental del sujeto. Era divertido verlo retorcerse de la desesperación mientras que el único capaz de manejar la verdad era él. Quizá hubiera hablado. Quizá no. Porque para Seungmin todo era siempre un juego de altas y bajas. Él podía ayudar a Jisung, pero de forma diferente.

Si Jisung no quería venir más al instituto estaba perfecto. Porque ese era su plan. Que Jisung abandonara aquel infierno para escapar de las pesadillas. Tal vez no sabía con certeza quién o quiénes eran los culpables, pero fuera de allí Jisung estaba perfecto.

𝑺𝒊𝒍𝒆𝒏𝒕 𝒃𝒖𝒓𝒔𝒕 ☼︎ 𝒎𝒊𝒏𝒔𝒖𝒏𝒈 // ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora