El Novio De Kim

Capítulo 9:

La situación en casa de Kim ha cambiado bastante.

Lenin está muy extraño, ha estado alejado de todos en la casa. Cada que alguien se le cruza, lo evita, incluyendo a su esposa.

Kim tiene una vaga idea de lo que sea que pueda estar pasando, pero la descarta por simplemente no ser su asunto.

Kim solo cree que su papá es viejo y le duele la cabeza por nada y por eso lleva unos días evitándolos, Ricky comparte perspectiva, pero la señora Vasileb no.

Es raro, e incluso es impensable, pero ella sospecha que alguien se ha metido en su relación.

Es decir, es raro que lleve bastante tiempo sin querer hacer nada en la intimidad, es muy sospechoso que los evite así de la nada, y es súper sospechoso el tiempo que ha pasado fuera de casa los últimos días.

Es bastante obvio, Lenin se trae algo entre manos, y no es algo nada agradable para la familia.

Las sospechas de la señora Vasileb nacieron desde esa sospechosa semana en la que Lenin comenzó a ser indiferente a ella.

Desde el día en que Lenin se acostó con Tom para ser específicos.

Ambos en este momento están en soledad en su habitación.

La señora Vasileb lleva un rato observando de reojo a su marido mientras finge leer un libro, mientras que Lenin tiene toda su atención puesta en la televisión, no se ha dado cuenta de la pesada mirada de su esposa.

Lenin es indiferente a la pesada mirada de su esposa, y como no le importa, ha apagado la tele sin remordimiento y se ha acomodado para dormir.

La señora Vasileb no se ha aguantado la curiosidad, y sin ningún preámbulo, ha soltado con curiosidad lo que tanto le molesta.

—Me estás engañando ¿Verdad?—No fue una pregunta, mas bien fue una afirmación.

Lenin se dio la vuelta confundido por la pregunta. Lenin no siente que la palabra engaño sea lo que el hace, por lo que la pregunta le ofende.

—¿Es pregunta o me lo estás diciendo?—Lenin es un cínico, pero el no siente que este engañando a nadie.

—Es una pregunta—Mónica, la esposa de Lenin, no sabe si esa pregunta simplona sea para evitarle el tema o si en verdad se desentiende de la pregunta.

—Que yo sepa no—Lenin la contestó como si fuera una broma, pero a Mónica no le hace ni un poco de gracia.

Mónica dejó su libro de lado y miro fijamente a Lenin, intentando sacarle la verdad, aunque Lenin no tiene nada que sacar.

—¿Por qué ya no me pones atención?—Mónica intentaba meter corazón para conmover a Lenin y por lo menos sacarle un gesto que lo delatara, pero nada raro pasaba.

—Porque tú no quieres mi atención—Rio—¿O que? ¿Me vas a negar eso?—Lenin regresó el balón.

Mónica alardeo por una semana entera lo feliz que era que Lenin la haya dejado descansar de su intenso deseo sexual.

Mónica cree que Lenin no se acuesta con ella porque ella misma lo alejó.

—¿Por que no estás en todo el día?—Este simple finteo no la iba a alejar de su objetivo, es incómodo no saber lo que pasa.

—El idiota novio de tu hija no deja de ser una molestia—Lenin fue abiertamente honesto, pero la señora Vasileb a pesar de ya haber recibido la respuesta, no le cree para nada a Lenin— ¿Sabes lo que hizo el mocoso idiota ese? Besó a Kim ¡Yo lo vi! Es un descarado asqueroso—Soltó con repulsión.

Mónica solo arrugó la nariz en respuesta, no termina de creerle del todo a su marido a pesar de ser un comportamiento muy típico de el.

—Te creeré porque no tengo de otra—Mónica dejó el libro en la repisa y se cubrió con la cobija para poder dormir y dejar el tema de lado.

—Me crees porque yo solo digo verdades—Bromeó Lenin dándole un beso de buenas noches a su esposa y después cubrirse con la misma cobija.

Mónica sintió reconforte, pero no dejaba que esta sensación la cegara, Lenin se trae algo entre manos y va a descubrir lo que es.

Mientras tanto, en casa de Tom las cosas son un poco incómodas.

Ahora mismo él y su familia se encuentran en la mesa cenando, siendo Tom el único que no habla en la mesa, esto a causa de que sus pensamientos lo torturan desde hace días.

Desde la última cita con Kim, Tom ya no se siente a gusto pasando el rato con ella, no porque no la quiera ni nada de eso, es solo que su estabilidad emocional es sostenida en no encontrarse con Lenin y que le diga la verdad a Kim.

Para Tom, esto no es una buena relación, estar alerta todo el tiempo lo está comenzando a enfermar, tanto que lo único que hace es llorar, por eso desde la última cita con Kim, Tom la ha estado evitando.

Tom lo ha pensado muy bien y a bastante profundidad; el no puede decir la verdad de lo que pasó porque arruinaría la vida de Kim, pero el guardar el asqueroso secreto solo le trae problemas y le causa malestar emocional. La relación ya no está yendo a ninguna parte y ya ni siquiera es reconfortante pasar el rato con Kim porque ella no lo puede ayudar.

Tom siente que se enreda y pelea solo, por eso cree que por su bienestar y por el de Kim, es mejor terminar con todo de una buena vez.

—¿Por qué lloras?—Preguntó la hermana de Tom sin una pizca de consideración hacia el.

Tom ni siquiera se había dado cuenta de que había comenzado a llorar en la mesa, pero ahora que todos lo notaban no paraban de mirarlo, era horriblemente incómodo y el silencio que se produjo por esto era aplastante.

—No estoy llorando—Se excusó Tom en voz baja para que no se escuchara quebradiza.

Tom rápidamente terminó lo que quedaba en su plato y se levantó con el para huir de la mesa y no hacer esto más vergonzoso de lo que ya lo es.

Nadie comentó nada después de que Tom se levantó de la mesa, y la hermana de Tom se ganó una mala mirada de su padre por haber soltado aquel comentario tan poco considerado, aunque el tambien siente culpa por cooperar con el momento incomodo.

No es una sorpresa para nadie que Tom la está pasando mal, él no es muy discreto al respecto, pero como nadie sabe qué es lo que le está pasando, nadie puede hacer nada al respecto, y obligar a Tom a hablar no es una opción.

La situación en ambos lados parece estar saliéndose de control, pero ni Tom ni Lenin parecen darse cuenta de esto.