Capitulo 7

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Es algo extraño despertar, envuelta entre los brazos de un hombre, en especial si es nada más que tu peor enemigo.

No voy a negar que la experiencia de anoche ha sido alucinante. Sus besos, sus caricias y la forma que estuvimos podía pensar que hemos hecho el amor y no tener sexo.

Pero sabía que acá no había amor, simplemente era un compromiso.

Técnicamente, Cristian no me ha dejado salir de la cama más que para ir a hacer mis necesidades y cuando regresó del baño, volvió a tomarme. Puedo decir que vimos el amanecer, después de nuestra cuarta, quinta o sexta ronda, la verdad es que dejé de contar, después de la tercera nos quedamos quietos, yo le di la espalda y él me abrazó desde atrás y como la cama queda en todo el ventanal donde se ve el mar, se pudo ver el momento que salió el destello del sol.

Otra cosa que no podía quitarme de la cabeza fue el momento que quito mi virginidad, cuando acabamos se levantó de la cama y fue al baño por un paño de agua tibia. Me limpio y me cogió entre sus brazos y me levanto para llevarme al baño donde la tina se estaba llenando. Me dejó sentada al borde, entró al agua y luego me tendió su mano para ayudarme a entrar.

En ningún momento dejó de verlo a los ojos, puesto que su miembro parecía no querer descansar, ya que permanecía levantado como una espada y era gracioso verlo moverse de un lado a otro. Así que decidí enfocarme en su cara y no en su miembro. Aunque no evitaba mirarlo de reojo.

Se puso a mi espalda y técnicamente me lavo. Limpio mi cuerpo con cuidado y luego de relajarme contra su pecho me dio la vuelta y me beso. Lo volvimos hacer y sé que el baño ha quedado un completo desastre por el rebote del agua mientras nos movíamos y al terminar, me limpio de nuevo y volvimos a la cama. No sé cuánto tiempo me dormí, pero sé que aún era de noche cuando su boca en mi vagina me despertó.

O este hombre era insaciable o se estaba tomando realmente la tarea de embarazarme.

Los días fueron pasando, Cristian y yo permanecemos concentrados el uno del otro.

Él cocinaba y yo me alimentaba. Según él debía tomar energías para las cosas que él pensaba hacerme y no era mentira, ese hombre se podía decir que tenía mucho conocimiento sobre el sexo.

Me disgustaba pensar en con cuantas mujeres se habrá acostado y haya adquirido esa experiencia.

¿Debí haberle pedido un examen médico antes de tener relaciones?

No creo que tenga ninguna enfermedad, ya que se ve muy bien de salud y su estado físico era el mejor.

Prácticamente, me había mudado hacia su habitación, puesto que él dijo que no podíamos perder el tiempo. Lo hicimos en cada rincón de la casa, sobre todo en la sala de cine. En la piscina, en el mar, en el arroyo. Parecíamos concejos, insaciables el uno del otro.

Las pruebas iban llegando, me alcancé a hacer una y no voy a mentir en decir que estaba nerviosa, pero de algún modo sentí alivio al ver que salió negativa.

¿Será que aún quiero seguir experimentando con Cristian y algo dentro de mí no quiere que acabe?

Cristian sugirió que no me hiciera más pruebas y dejamos que pasara el tiempo para saber exactamente si estaba o no embarazada, entretanto lo seguiríamos haciendo.

Han pasado 4 meses desde que llegamos a la isla, 3 meses de empezar a tener sexo.

Algunas ocasiones sentía que estaba haciendo mal, cada vez sentía que entregaba mi corazón. Decidí dejar de pensar en mis sentimientos y pensar más en el placer. Esta era una oportunidad para aprender, no solo a satisfacer a mi pareja, sino a mí misma.

He aprendido a hacer un buen sexo oral, como estimular y como seducir. Me sentía una diosa, cada vez que Cristian y yo estábamos juntos lo veía perder el control y eso me llenaba de satisfacción.

Anoche las cosas se salieron un poco de control. Discutimos por algo que ya ni recuerdo y Salí de la casa. Necesitaba alejarme y me fui caminando por la playa, no fui al arroyo, sino que seguí caminando hasta que mis pies no dieron más. Cuando me tranquilice me devolví a casa y cuando llegué Cristian estaba fuera de control. Primero me gritó del por qué había desaparecido de esa manera y luego se me lanzó encima como un animal hambriento.

Se observaba desesperado, me quito la ropa y beso cada parte de mi cuerpo como siempre lo hacía y luego se tomó las cosas con calma y lo hicimos despacio, sin dejar de besarnos y acariciarnos. Al terminar, me cargó y me llevó a su alcoba para empezar de nuevo.

Abro los ojos y observo el mar y como el cielo se empieza a iluminar. Cristian me abraza desde atrás y estoy acostada en una de sus manos, mientras que con la otra me rodea. Siento su respiración tranquila y pausada en mi cuello y nuestros pies están igual entrelazados. Cierro los ojos y me aferro a sus brazos queriendo ser su prisionera y nunca tener la libertad de separarme de ellos.

Una lágrima resbala por mi mejilla al saber que he vuelto a perder.


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