Final

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Escucho voces a lo lejos y como poco a poco las voces se van tornando más cerca. Abro los ojos sintiéndome desorientada.

―¡Estás despierta!― La primera que se acerca es Janeth.

Al mirar a mi alrededor me encuentro a mis padres, mis tíos, Fabián cerca al balcón y a Cristian, quien se acerca y toma mis manos.

―¿Estás bien?― Miro su rostro y luego nuestras manos unidas. De inmediato las retiró y me enderezo en la cama.

―Necesito salir de aquí, quiero irme―Susurra tratando de llevar de aire mis pulmones.

―No, tú no te vas hasta que hablemos.

―¿Disculpa?― Me levanto de la cama tambaleándome un poco por el mareo. Janeth me sujeta de la mano y doy un paso hacia Cristian ―¿Acaso vas a planear algo para retenerme? ―Muerdo mis labios conteniendo el deseo de gritarle ―Ya no más, no voy a volver a caer en tus engaños. Esto se acabó, no quiero volver a saber en ti en lo que vivo.

―Lo siento por ti, pero no pienso dejarte ir―Dice.

―¿Qué?― Me acerco y lo empujo ―Tú a mí no me vas a obligar a quedarme ¡Esto se acabó!.

―¡Esto no se ha acabado!―Grita fuera de sí.

―Cristian, cálmate―Dice su padre.

―¡No me voy a calmar hasta que ella me escuche!― Me señala.

―No tengo por qué escucharte, ya escuché lo suficiente―Mis ojos se llenan de lágrimas ―Solo fui para ti un vil plan, lo que no entiendo es porque lo hiciste o bueno si, solo querías dañarme más de lo que has hecho y déjame felicitarte porque lo has conseguido.

―Eso no es así, jamás planeé hacerte daño―Dice con más calma.

―¿Entonces por qué fue tu idea de traerme aquí?―Pregunto ―¿Para embarazarme?.

―En parte sí, pero principalmente para hacer que te volvieras a enamorar de mí.

―¿Qué? ¿Por qué?

―Porque en el pasado cometí el error más grande―Se acerca haciendo que yo dé un paso hacia atrás alejándome. Cristian se detiene y me mira dolido ―Se que no soy el mejor hombre y como te dije, cometí el peor error cuando te ignoré aquella vez―Baja su rostro ―Fui un estúpido cobarde, no supe como reaccionar al momento de verte y no ayudo escuchar la burla de los chicos que no solo me hacían a mí sino a ti. Tuve rabia, quería golpearlos y tuve rabia contigo por exponerte de esa manera, por eso lo mejor que podía hacer fue darme la vuelta y huir. Espere para calmarme y hablar contigo y cuando lo hice fui a verte, pero escuche como tú gritabas que me odiabas y de que nunca me perdonarías por haberte hecho lo que te hice. Me fui y me mantuve lejos hasta que nos volvimos a ver y me di cuenta de que ya no había nada por hacer, tu mirada había cambiado y solo había odio y rencor y supe que la única manera en tenerte era como tu enemigo, así que empecé a discutir contigo, pero todos estos años lo único que he deseado es poder tenerte―Se arrodilla.

―Crecí amándote y lo sigo haciendo y tuve este maravilloso plan como última salida para tenerte, vivía con miedo de que llegase el momento de que conocieras a alguien y ya no hubiese nada por hacer, así que les pedí a nuestros padres que me ayudaran a traerte aquí. Sabía que tú no te negarías por el amor que le tienes a nuestras madres y ellos me ayudaron a manipularte y Fabián manipular a mi hermana para que ella creyese que fue su plan, ya que tú nunca desconfiarías de ella―Observo cómo Janeth le da una mirada furiosa a su prometido.

―Cariño―Dice Fabián tratando de acercarse, pero Janeth levanta su mano.

―Ni te acerques porque te juro que te mato―Dice mi amiga señalándolo con el dedo.

―No te enojes con él Janeth, él lo hizo porque yo se lo pedí al igual que le pedí a mi padre y a mi tío que me ayudaran―Mira a mi madre y a mi tía ―No se enojen con ellos, solo lo hicieron por amor porque sabía que mi único objetivo era hacer que Vivían se enamorase de mí―Me mira ―Te amo Vivían, nunca ha habido otra mujer, tú eres y serás la primera y la última, dame la oportunidad de enmendar mis errores y demostrarte que tú y yo si podemos ser felices―Se levanta y va hasta el armario y luego sale con una caja de terciopelo y cuando lo abre revela un hermoso anillo de diamante ―Este anillo está conmigo desde hace unos años. Trabajé y ahorré mi dinero con mi único objetivo era darte esta joya―Se arrodilla con una sola pierna ―¿Quieres ser mi esposa? Te prometo hacer que vuelvas a enamorarte de mí.

Observo a nuestras familias y tienen lágrimas en los ojos. Todos me miran esperando mi respuesta y cuando mis ojos se encuentran con los de Cristian, sonrío.

―No es necesario que hagas que vuelva a enamorarme de ti porque ya lo estoy―Sus ojos se abren ―Y sí, acepto ser tu esposa― Cristian se levanta de un salto y me abraza con fuerza.

Escucho como todos gritan y aplauden. Después de darme unos cuantos besos y ponerme el anillo, Cristian permite que nuestra familia se acerque para felicitarnos y abrazarnos.

Nuestras familias decidieron pasar unos días en la isla y esa misma noche, sentadas las mujeres en el regazo de sus hombres, no solo festejamos nuestro compromiso, sino la noticia de que Janeth y yo estábamos embarazadas.

Gracias a la insistencia de nuestras madres de que nos hiciéramos la prueba.


una gran ideaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora