Capitulo 4

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Al abrir los ojos me di cuenta de que era de noche. Me había quedado dormida de tanto llorar.

Mi cabeza me dolía y me levanté a lavarme el rostro. Al salir de la habitación las luces estaban encendidas y olía delicioso. Me fui detrás del aroma y me encontré a Cristian en la cocina preparando algo.

Decidí ignorarlo y pasar derecho hasta la nevera.

―La cena estará servida en unos minutos― Escucho su voz.

―No tengo hambre―Mentí.

Sentía mi estómago crujir, desde el baile no había comido nada y ya habían pasado casi 24 horas.

―Mira Vivían, sé que esto no es fácil para ti y tampoco lo es para mí, pero debemos llevar la fiesta en paz y dejar de comer no va a ser bueno para ti, ya que si te enfermas no habrá un médico cerca. Ven y come, te prometo que no hay veneno.

―No gracias―Tomo una manzana y salgo de la cocina.

Escucho como maldice y un fuerte estruendo. Lo ignoro y camino directo a encerrarme de nuevo en mi habitación.

Al otro día, decidí ponerme mi traje de baño y salir hacia la cocina, ya que ayer no pude conciliar el sueño por el hambre. Al llegar vi en la cesta de basura la comida que estaba preparando Cristian ayer.

Me dio lástima por el desperdicio de comida y saque unos huevos y el beicon para prepararme mi desayuno. Al terminar, limpié y salí hacia la terraza y decidí caminar un rato por la playa. Al bajar me topo con la imagen de Cristian saliendo del mar.

Mierda.

¿Recuerdan alguna vez la serie Baywatch, donde ponían a las mujeres correr en cámara lenta o a los hombres caminar? Bueno, pareciera que estuviese pasando en este momento.

Cristian camina en cámara lenta saliendo del mar. Debo tragar saliva al ver su escultural cuerpo. De cómo tiene las abdominales marcadas como si fuese una tableta de chocolate y al final se marca la V que se pierde detrás de esa pantaloneta donde se marca un gran bulto.

¿Pero qué mierda tenía que ser tan perfecto?

Desvío mi mirada tratando de ocultar lo que me provoca a mi cuerpo y salgo casi corriendo por la playa.

Camino hasta que llego al arroyo que hay dentro de la isla, me sumerjo un rato y decidí volver al estar varias horas fuera de casa. Además, mi estómago ha empezado a rugir de nuevo.

Al entrar a casa me recibe olor a comida. Al parecer Cristian ha preparado algo y de nuevo decido ignorarlo e ir a mi habitación.

Después de bañarme y cambiarme decido ir a la sala de cine, pero al abrir la puerta me encuentro con Cristian y una bandeja en sus manos.

―Lo siento, ya iba a buscarte. El almuerzo está listo.

―No tengo hambre―Digo pasando por su lado.

―Vivían, no puedes aguantar hambre. Deja de ser ridícula y come.

―¿Te parezco ridícula?― Me doy la vuelta y lo encaro.

―Lo siento, no quise decir eso―Mira el plato ―Come... Por favor― Ese Por favor sonó en un pequeño susurro.

¿Cristian pidiendo favor?

―No gracias, sí tengo hambre, iré yo misma a la cocina―Me doy la vuelta y escucho ¨Bien¨ y caminar hacia la cocina.

De nuevo un estruendo y sale furioso y camina hacia la terraza.

Me meto en la sala de cine y me quedo un rato hasta que salgo hacia la cocina cuando el hambre me vence. Al llegar veo los platos rotos dentro de la cesta de basura con la comida preparada.

De nuevo me siento mal por tanto desperdicio.

Saco algunas cosas y vuelvo a la sala. No debería comer esto, debería alimentarme bien, pero prefiero morir de hambre antes de recibir algo a ese imbécil.

Así nos la pasamos varios días y Cristian dejó de insistir que comiera. Él prepara su comida y yo la mía y tratamos lo que más podamos en permanecer alejados el uno del otro.

Llegan los suministros y con ello una prueba de embarazo. Lo ignoro y acomodo las cosas, ya que Cristian salió de esta mañana y no aparece.

Me meto un rato a la piscina y me bronceo un poco hasta que lo veo pasar por mi lado y entrar a la casa ignorándome.

Sigo un rato hasta que el sol se vuelve fuerte y decido entrar. Al hacerlo me encuentro con Cristian, colgar el teléfono satelital y se me queda mirando.

―Debemos de hablar.

―¿Qué pasa?― Me hace una seña para que me siente en la sala y lo hago esperando lo que tenga que decir para encerrarme en mi habitación.

―Acabo de hablar con mi padre― Muerdo mis labios sintiéndome nerviosa ― Mi madre y la tuya han ido a una tienda de bebés y han empezado a comprar cosas para nuestro hijo―siento un nudo en mi estómago ―Nuestros le han dicho que nos hemos venido a la isla para una supuesta luna de miel antes de casarnos, ya que estamos ansiosos de quedar embarazados―Abro los ojos.

Mi padre no pudo haberle dicho eso a mi madre.

―Están super emocionadas, me comentó que Sarah y ella ya planean el baby shawer y que le ha dicho a todas sus amigas. Que no hace más que hablar sobre el bebé y que tu madre...― Se queda en silencio.

―¿Qué pasa con mi madre?―Pregunto nerviosa.

―Mando a diseñar una habitación para el bebé para cuando se lo dejemos a su cuidado y mi madre piensa hacer lo mismo, ya que ambas se disputarán los días en el que cuidaran a nuestro hijo― Mis ojos se llenan de lágrimas y sin decir nada me levanto y salgo hacia mi habitación.

Escucho que Cristian me llama, pero lo ignoro. Cierro la puerta y me lanzo sobre la cama para llorar contra la almohada.

Se sobre la ilusión de mi madre por un bebé, ya que ella perdió la posibilidad de tener más hijos al tenerme. Cuando mi madre quedó embarazada de mí no le dieron buena expectativa, no recuerdo lo que pasó y la familia no comenta mucho de ello, solo lo sé porque una vez escuche a los empleados murmurar sobre ello.

Escuché que habían visto y escuchado a mi madre llorar porque había quedado estéril después de tenerme. Los médicos le habían dicho a mi madre que era mejor abortar y volverlo a intentar y que si seguía con el embarazo podía quedar estéril. Aun así, ella decidió tenerme y al final lo que habían pronosticado los médicos pasó. Mi madre no pudo quedar embarazada de nuevo y su sueño de tener muchos hijos se quedó en el olvido y tuvo que conformarse solo conmigo. Ella y Carmen habían planeado en tener una gran familia y al saber de esto la madre de Cristian decidió tampoco tener más hijos, ya que no se sentía bien que ella cumpliera el sueño de ambas y mi madre no. Pero cuando había tomado la decisión ya estaba embarazada de Lizeth, ella solo se lleva un año con Cristian y después de su nacimiento se operó y así ambas familias perdieron la esperanza de tener más hijos.

Por eso es por lo que a mi madre le ilusiona que me case o tenga hijos, muchos hijos y que mejor manera que hacerlo con Cristian, ya que también su familia se vio afectada por su problema.

Lloro hasta quedarme dormida sabiendo que deberé tomar una decisión.

No por mí, no por él. Si no por nuestras familias.


una gran ideaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora