"𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐢́𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬"

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Nota: no sé si alguien ya ha escrito algo parecido y tampoco tengo idea de cómo se llamaría su unión, sin embargo creo que "Ivserk" suena bastante bien para ambos.

Nota: no sé si alguien ya ha escrito algo parecido y tampoco tengo idea de cómo se llamaría su unión, sin embargo creo que "Ivserk" suena bastante bien para ambos

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Ivar permaneció durante un tiempo en cama, rememorando su pasado y acrecentando su confusión.

Aún recuerda cuando su hermano le persiguió durante semanas oculto entre árboles, disfraces y gente, creyendo que no le veía o que era lo suficientemente idiota o despistado como para no notarlo. A Ivar le pareció peculiarmente divertido y entretenido jugar y cansar a su hermano.

Aunque el penúltimo día le provocó tristeza a su alma, envenenando su corazón un poco más. Ivar había sido tan desmesurado y travieso con Hvitserk, que olvidó por unos momentos su amor fraternal y dio paso a su placer, agotando y poniendo en peligro a su hermano por sólo anhelar divertirse a costa de él.

Le hizo sufrir y ciertamente disfrutó hacerlo.

No obstante, era un niño y ciertamente no lo hizo con toda la malicia que podría cargar un adulto poco dirigido a la bondad. Pero esto sólo era nada a comparación de su verdadera memoria, si recuerda aún después de tanto tiempo aquel suceso, es porque las palabras de Hvitserk dirigidas a su padre le dolieron más de lo que a él le gustaría admitir.

Su suave voz convirtiéndose en la de un muchacho hecho y derecho aún retumba dentro de su ser.

—"Agh, seguir a Ivar es aburrido" —Hace un puchero infantil — "¡Y agotador!" — Refunfuña. Ragnar le observa con una sonrisa divertida y una mirada curiosa y casi infantil — "¡¿Cómo es qué alguien como él logre hacer tanto?!" — Se queja sin mesura y menor pudor que puede haber en un joven de su edad.

Ragnar ríe.

—"Tú hermano es más fuerte de lo que crees, Hvitserk" —Esboza con orgullo y sinceridad el vikingo mayor — "Pero si es tan aburrido como dices, entonces deja de seguirlo" — Propone sin más y sin dejar de esbozar una sonrisa comprensiva.

Ivar escuchaba esto del otro lado de la puerta de madera entreabierta del salón. Esperanzado.

—"Mañana será mi último día, lo prometo" —Perjura sin saber que esto se convertiría un juramento inconcluso cuando cumpliera los dieciocho. Inclusive y posiblemente desde antes.

Ivar siente una ardiente bola estancarse en su garganta y su respiración volverse aún más densa, los ojos picar y una impotencia poco amable. La molestia pronto se estancó en él y sintiéndose culpable, se alejó del lugar en el que yacían únicamente Ragnar Lothbrok y su hermano, Hvitserk Ragnarsson.

Al día siguiente, Ivar salió casi como era de su costumbre con la excepción de que esta vez había en demasía una diferencia de horario, dirigiéndose inmediatamente hacia el bosque y a mitad de la desolada y fría madrugada.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora