"𝐐𝐮𝐞𝐛𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚𝐳𝐨𝐬"

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Nota: aprovecho ahora que tengo inspiración, lamento si llegan demasiadas notificaciones a su celular.

Hvitserk frunció el ceño con impotencia, pero aún su grande mano se aferraba a la muñeca derecha de Ivar

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Hvitserk frunció el ceño con impotencia, pero aún su grande mano se aferraba a la muñeca derecha de Ivar. El mayor percibió una vez más aquella chispa de soberbia, altanería y mofa que su hermano menor cargaba consigo cada que lo veía o que adquiría en la mayor parte de ocasiones que sabía que había logrado dañarle, y eso, siendo sinceros, no sabía que sensación le provocaba.

Ivar el deshuesado siempre había logrado captar su fibra más sensible y hacerla añicos hasta que no quedara nada.

—"No seré más tú hermano, Hvitserk" —Sonríe peculiar y sin dejar de mofarse del mayor — "No más" — Recalca su rechazo hacia el lado consanguíneo de ambos.

Y Hvitserk no puede mantener más tiempo la compostura y flexibilidad hacia las crueles palabras de Ivar, logrando únicamente en un rápido e imprevisto movimiento posar ambas manos sobre los delineados y fuertes brazos del menor, para empujarlo contra su cama y obligarlo a que se quede en su lugar.

—"Ivar..."

Hvitserk siente como sus entrañas queman y sus manos anhelan destruir toda la habitación del recién nombrado a excepción de Ivar, el deshuesado. Quería ser una tormenta a mitad del mar abierto, y ser únicamente el sol para el cuerpo y alma del menor, pero recibir su rechazo y mofa lo hacía desesperarse, confundirse y descarrilarse.

—"¡Así es Hvitserk! ¡Yo, hijo de Ragnar Lothbrok te rechazo como mi hermano! —Se carcajea como sólo él sabe hacerlo, frustrando aún más al mayor — No eres más mi hermano y los dioses lo saben" — Acerca un poco su rostro al mayor, remarcando que su lazo ya no es completamente uno (al menos imaginariamente), y que Ivar estaría dispuesto a mucho, inclusive a asesinarlo de así quererlo.

Pero ninguno de los dos reconocía los planes del otro, los anhelos o deseos que el contrario cargaba en lo más profundo y al mismo tiempo superficial de su alma. Y ahora que Ivar, el deshuesado había quebrado el último lazo fraternal que habían entre ambos, ya no había nada más que los retuviera a hacer lo que quisieran hacer.

Ya no había algo que les detuviera.

Ivar traga en seco, borrando la sonrisa socarrona que se vislumbraba en su rostro y sintiendo la tibia respiración de Hvitserk en su cara. Y sin que el menor lo pensara o lo concibiera por alguna fracción de segundo, el rubio se lanza a besarle con rudeza, firmeza y posesión, siendo un hombre que nunca había visto o tratado a su cuerpo y arrebatándole inmediatamente el oxígeno.

Ivar no alejó a Hvitserk, permitió que le tomara de ese modo tan cruel y únicamente él se aferró a los fornidos hombros del mayor.

El rubio volvió a recostarlo de forma presurosa, se subió encima suyo y apresó ambas manos del castaño a la altura de su rostro sin dejar de besarlo apasionadamente. Ivar intentó tomar por tercera vez un descanso, cosa que consiguió casi inmediatamente.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora