"𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨: 𝐚𝐝𝐢𝐨́𝐬, 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨"

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Ubbe subió lo último al barco, se trepó él a este y suspiró dolido y melancólico cuando vio a Hvitserk acercarse e inclusive subirse junto a él.

—"Cuídate, hermano" —Hvitserk lo abraza con firmeza y dolor. No quería dejarlo ir.

Mientras tanto, con la misma pesadumbre, pero menos expresivo y a la distancia, y sobre su caballo yacía Ivar, el deshuesado.

El castaño observaba la escena conmovedora que creaban ambos y últimos descendientes de Ragnar Lothbrok, tragó saliva y por un momento, un vago sentimiento intrusivo se alojó en su alma y cabeza, creyendo que Hvitserk elogiaría a Ubbe sobre de él.

Cuando el rubio se separó de Ubbe y se miraron escasos segundos, Hvitserk apretó su sonrisa que demostraba culpa y melancolía, viró sobre sus talones y bajó del barco, dejando al mayor con el aire retenido dentro de sus pulmones y una bola caliente e hirviendo a nivel de su garganta.

Hvitserk regresó una última vez su mirada a Ubbe, intentando recordar hasta el mínimo detalle y pronto clavó sus zafiros en los de Ivar, provocándole la misma sensación que al mayor de los tres, sin embargo, el castaño sintió alivio y felicidad cuando supo que no había lugar para nadie más que no fuera para él dentro del corazón del hombre al cual le profesaba todo lo que era y sentía.

Pronto Hvitserk se acercó hasta Ivar, posándose a su lado y ver marchar a Ubbe.

Ubbe miró a Ivar.

—"Adiós, querido hermano" —Anunció con normalidad, sin embargo, Ubbe entendió sus palabras y antes de alejarse completamente, le dedicó una sonrisa suave y elevó su espada al cielo, siendo su verdadera despedida.

Pronto Ubbe fue en busca de la tierra prometida e Ivar y Hvitserk permanecieron durante un tiempo más en Kattegat, sin embargo, al igual que su hermano mayor, su destino estaba en otra parte y aunque regresarían en un futuro, ambos estaban listos para continuar su vida, juntos.

Y aunque nunca más volvieron a saber de los contrarios, las historias fueron tan grandiosas y grandes como sus destinos, viviendo por la eternidad dentro de sus recuerdos y almas.

Y así el linaje de Ragnar siguió sus propios sueños y anhelos, justo como Lothbrok lo hizo.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora