"𝐋𝐚 𝐮𝐧𝐢𝐨́𝐧"

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Nota: la canción de multimedia realmente queda fantástica no solo para esta parte, sino para su historia en general.

Nota: la canción de multimedia realmente queda fantástica no solo para esta parte, sino para su historia en general

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Suspiró más aliviado, observó el cielo y cerró los ojos con calma. Inhalando el aire puro y libre que le ofrecía el lago de Kattegat.

—"Sabía que te encontraría aquí" —Hvitserk destaca con cierta tranquilidad, sentándose a su costado y observando hacia delante, mirando las fogatas un tanto lejanas de su pueblo y analizando su gente que parecía querer ponerse finalmente a descansar.

—"Hvitserk..."

Ambos se observan.

—"¿Era verdad? ¿Las visiones eran ciertas?" —El rubio tiene las manos cruzadas y entre sus piernas abiertas y sin tensión.

Ivar asintió sin dejarle de ver.

—"Nunca quise dejar de sentir que eras mi hermano, Hvitserk" —Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que para su suerte, aún no eran capaces de dejarse entrever entre las penumbras de la noche.

Hvitserk suspiró suave mientras esbozaba una sonrisa comprensiva y miraba el cielo.

—"Pero sucedió".

Ivar asintió.

—"Hvitserk..."

Ambos volvieron a unir sus profundos y expresivos zafiros.

—"Nunca podría asesinarte" —Una lágrima traicionera se desliza por su mejilla — "No podría, porque te amo" — Ivar siente el pulso tomar un nuevo ritmo, uno más fuerte, profundo y lento — "Te amo, hermano" — Y un sollozo ahogado se escapa de sus labios.

Hvitserk toma a Ivar de la nuca con una de sus manos y lo atrae hacia él, pegando sus frentes y observándose entre las penumbras.

—"Te amo, Ivar" —Sus ojos son más brillosos que de costumbre, el recién nombrado sabe que Hvitserk pasa por lo mismo — "Te amo".

Ivar toma de las mejillas al mayor, limpiando sus lágrimas que han escurrido y trazado un recorrido.

—"También te amo, sólo los dioses saben cuánto lo hago" —Murmura dolido, atolondrado de sensaciones y sintiendo que finalmente puede comenzar a respirar.

Y finalmente, ambos comienzan a acercar sus labios e inhalar mucho más su respiración que lentamente perdía la oportunidad de entibiarse por la frialdad de la noche.

—"Te amo, Hvitserk" —Farfulla y sin más detenimiento, unen sus labios en un cálido y expresivo beso quieto.

Ambos prueban el sabor salado que produce sus lágrimas, pero poco les importa, sólo querían permanecer unidos, allí, bajo la luz de la luna y las estrellas, al aire libre y a la visión de todos y todo. Demostrando que nadie ni nada ya les importaba, a excepción de su amor.

Cuando el aire escasea, se distancian moderadamente, abren los ojos e Ivar acaricia la mejilla derecha de Hvitserk.

—"Durmamos juntos".

Hvitserk asiente dócil, se levanta del suelo y ayuda a Ivar a que se reincorpore del suelo y pronto se marchan a la habitación del menor, en la cual, aunque no inició allí su amor, sí su ruptura de la fachada del verdadero lazo que yacía debajo.

Y aunque demoraron horas en caer rendidos ante su cansancio, descansaron como nunca antes lo habían hecho, sintiéndose vivos cuando llegó la hora de despertar y hacer sus obligaciones como reyes, gente perteneciente a Kattegat y como futura unión del pueblo.

No fue hasta caer una vez más la medianoche que finalmente comenzó la ceremonia que cambiaria el futuro de ellos y su pueblo, y aunque era algo que sospechaba Ivar, el deshuesado, no sabía a qué magnitud lo haría.

Ivar exhaló para calmar su corazón desbocado, se acercó hasta donde yacía Hvitserk y se dejó caer de rodillas, justo como el mayor lo hizo. Su visión por unos momentos se estacionó en el rostro ameno pero expresivo de Ubbe, dedicándole una sonrisa apretada que intentaba contener su emoción y felicidad, su victoria.

Pronto iniciaron a pintarle el rostro, blanco, derramando un poco de sangre que escurrió un poco en su collar de cabezas de aves y al final, le pusieron la corona, una parecía a la de Hvitserk.

El rubio observaba enajenado el ritual que ahora le hacían al castaño. Embelesado en su belleza, en su dedicación, en sus expresiones, no podía dejar de sentir lo que sentía por Ivar, nunca podría y aunque le pesaba el amor que le profesaba, lo soportaría por el contrario, por él mismo y porque así lo deseaba.

Ivar era la tierra prometida de Hvitserk.
Hvitserk era la mayor victoria de Ivar.

Ambos se levantaron del suelo cuando fue necesario, se observaron y se tomaron de la mano cuidadosamente mientras que un hombre de su clan continuaba con el ritual.

—"Y ante los dioses y su gente, finalmente son uno" —Esta última oración trajo de regreso a ambos hijos de Ragnar, se acercaron y como era de costumbre, unieron sus labios una vez más para sellar lo que ya estaba desde el inicio de los tiempos sellados y grabado por las eternidades.

—"¡Larga vida a Ivar y Hvitserk!" —Ubbe exclama ruidosamente y contagiando su emoción, su amor y felicidad por ver a los menores de su linaje casarse y unir sus vidas.

—"¡Larga vida a Ivar y Hvitserk!" —Corearon efusivos su gente sin excepción, provocándole una hermosa reacción a ambos jóvenes que recién comenzarían con su nuevo destino trazado por ellos mismos.

Y sus sonrisas y alegrías por un momento se sintieron eternas y suficientes como para sobrevivir valientemente toda una eternidad de sufrimiento. Porque siempre fueron el yin Yang del odio y del amor, porque eso los hacía lo que eran, Ivar y Hvitserk, hijos de Ragnar Lothbrok.

Y así, Ivar y Hvitserk se volvieron uno.

Fin

Terminada esta parte; sábado 6 de agosto de 2022 a las 3:39 p

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Terminada esta parte; sábado 6 de agosto de 2022 a las 3:39 p.m., y publicada; a las 3:42 p.m.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora