"𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬"

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Nota: se supone que debería estar dormida mientras publico esta, sobretodo porque en unas horas tendré el examen de admisión de la facultad de medicina.

Venía a dedicarle esta parte a una de las lectoras que se ha mantenido más activa dentro de este fanfic.

Espero te agrade y lamento la introducción enorme que he hecho, disfruta de tu estadía @zero-sama20

Ivar enterró sus uñas un poco más en los hombros de Hvitserk para ocuparlo de soporte, elevó el mentón y sintió que su visión perdía unos momentos la órbita original por culpa del mayor

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Ivar enterró sus uñas un poco más en los hombros de Hvitserk para ocuparlo de soporte, elevó el mentón y sintió que su visión perdía unos momentos la órbita original por culpa del mayor.

Hvitserk no se detenía y mucho menos daba clemencia al cuerpo del contrario, hacía caso omiso a los pedidos inexistentes de Ivar y se encargaba de gruñir como si fuese su nuevo dialecto.

El rubio finalmente levantó la mirada de sus propios cuerpos y la clavó en el rostro del castaño, deleitándose con los zafiros profundos y fríos que parecían querer congelar todo a su paso. Bajó mesuradamente la velocidad, aumentando la profundidad de las embestidas y aumentando el placer de Ivar.

—"Ah" —Ivar se aferró al cuello contrario cuando sintió como Hvitserk presionaba con bastante enjundia y certeza aquel punto dulce que le provocaba demasiadas emociones.

Era como si sus cuerpos se hicieron para estar unidos, así como su destino y almas.

Hvitserk sostuvo a Ivar por debajo de su espalda, enrollando sus brazos alrededor de esta y cercano a sus hombros para sentir aún más su cuerpos sudados, pieles, pulso y respiración sin darle espacio a la distancia. El rubio continuó embistiendo con firmeza y rudeza aquel lugar, logrando sacarle sonidos obscenos al castaño, deleitándose con estos y sintiendo la necesidad de obtener aún mas.

El mayor anhelaba por sacar a flote otro tipo de materia del castaño, una que Ivar se negaba a aceptar a cualquier hora del día, menos cuando se trataba de estar debajo de Hvitserk.

Ambos pegaron sus frentes perladas por el sudor, respirando el oxígeno caliente del contrario y cerrando los ojos por el intenso clímax que se aproximaba.

—"Ivar..."

El castaño separó su frente al momento en el que sintió la semilla caliente del rubio llenarle por tercera vez, chillando y aferrándose con una de sus manos a la piel tejida debajo de ellos.

Ivar respiraba agitadamente, pero aún siendo que Hvitserk le había llenado de su esencia, no se detuvo hasta que calmó sus propios espasmos, aplazando el clímax del menor y haciéndolo sentir aún más sensible de aquella zona.

—"Sal ahora".

Hvitserk obedeció cuando finalmente se detuvo, se recostó a un lado de Ivar y le abrazó sin importarle lo que el contrario dijera. El castaño suspiró resignado, tragó saliva con normalidad y cedió ante los brazos protectores del rubio.

—"Ivar".

—"Duerme un rato, estoy agotado" —Confesó sincero, levantó la cabeza del pecho del rubio y acercó su rostro al contrario.

Ambos unieron sus labios durante unos momentos.

—"Hoy fui de cacería y traje algo para ti" —Informa su sorpresa.

—"Espero no lo hayas vendido para conseguir más drogas, Hvitserk o te mataré" —Advierte mientras oculta su bostezo.

—"Lo dejé".

—"Más te vale".

—"Cuando el sol salga, te lo entregaré personalmente" —Desliza su mano por la cabellera contraria.

—"Bien" —Su voz suena más baja de lo habitual, dando a entender que Ivar estaba cediendo ante el sueño.

Hvitserk no mencionó palabra alguna y dejó que el menor durmiera sobre su pecho. Pronto quedó dormido.

Ninguno de los dos es consciente las horas que pasaron, pero de no ser porque algo pesado cayó sobre ellos, Hvitserk no habría tomado su daga sobre la mesa pequeña de su costado y despertado en abrupto.

Ubbe estaba al pie de la cama.

—"¿Hermano?"

Ivar despierta y observa al mayor de los tres.

—"Ubbe" —Ivar siente un minúsculo desliz de temor.

Hvitserk e Ivar se observaron por escasos segundos.

—"Tomen sus ropas, hay nuevos planos que deseo evalúen pronto" —Se cruza de brazos por encima de su torso — "Y Hvitserk..."

El rubio le observa.

—"No seas tan animal con Ivar" —Esboza una sonrisa ladina y bastante divertida — "Y tú" — Observa a Ivar — "Espero que no fueras despiadado para llegar a esto" — Suspira y mira el techo unos momentos, reflexionando en silencio.

Ivar esboza una sonrisa inefable.

—"Únicamente espero que antes de marcharme por la tierra prometida, los vea juntarse con alguien... posiblemente nunca volvamos a vernos" —Suspira, ocultando de cierto modo su melancolía.

No importaba ahora tanto las discusiones, eran hermanos e hijos de Ragnar Lothbrok, se amaban y el alejarse de lo conocido, dolía. Pero valía la pena, para ellos, descubrir la tierra de los dioses era suficiente como para salvar su alma de la tristeza.

—"Me juntaré con Ivar" —Hvitserk se levanta de la cama y comienza a ponerse sus ropas de piel.

—"¿Qué?" —Ivar le mira incrédulo. Él nunca habló de juntarse con Hvitserk, sólo estar unidos.

Hvitserk y Ubbe le ignoran olímpicamente.

—"La gente de Kattegat posiblemente no vean bien su unión" —Ubbe alega, para luego reflexionar silenciosamente sobre la situación — "Pero después de todo son reyes e hijos de Ragnar Lothbrok" — Sonríe infantil y con un brillo que hace mucho no se le veía.

—"Oigan".

—"Los dioses saben que nos uniremos antes de que te marches, Ubbe" —Hvitserk se acerca al mayor, le da suaves palmadas en su hombro y pone sus prendas superiores mientras que continúan hablando e ignorando al menor del lugar.

Ivar frunce el ceño, entorna los ojos y pronto comienza a vestirse.

Al menos Ubbe había aceptado mejor de lo esperado su unión.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora