"𝐊𝐚𝐭𝐭𝐞𝐠𝐚𝐭"

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Nota: Recomiendo leer el anuncio último que yace al final de este capítulo para que sepan cómo y cuánto continuará la historia. Feliz viaje.

—"¡Ivar!" —Ubbe vocifera a los aires

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—"¡Ivar!" —Ubbe vocifera a los aires. El recién nombrado viró sobre sus muletas y talones, enarca una ceja y afirmando aún más su curiosidad por haber recibido tan inmediata atracción.

—"Recién llegué, Ubbe".

El mayor se acerca serio, firme y con auras misteriosas. Ivar se mantiene en su lugar, encarándole y cuando ambos se encuentran a escasa distancia y observándose mutuamente, su gente sólo puede ser paciente y esperar el desenlace de tal "rugido" por parte de Ubbe.

Y de un momento a otro, ambos se abrazan con dureza y firmeza, rompiendo la tensión y transformándola inmediatamente en una situación amorosa y de sentires victoriosos.

—"¡Hermano!" —Ubbe le da palmadas alegres.

Ivar ríe en bajo.

—"¡Hvitserk me ha dado la buena noticia!" —Lo toma de los hombros para verlo una vez que se distancian.

Ivar rasca la punta de su nariz y asiente con un suave rubor en las mejillas que puede pasar desapercibida por el clima frío.

—"He decidido tomar el valor y unirme como se debe a Hvitserk, por nuestro bien y el de Kattegat. Aún siendo que no nos encontraremos dentro de poco por aquí, así como tú, que marcharás a diferentes tierras en busca de la prometida" —Esboza una suave sonrisa con aires burlones y frescos.

Ubbe sonríe como sólo su padre sabía hacerlo hacía tiempo. Ivar sintió que los dioses y su padre estaban de su lado, apoyándole y cuidándole.

—"Reuniré a toda la gente de nuestro pueblo y darán el anuncio. Mañana mismo Hvitserk y tú se unirán ante los ojos de todos y reinarán como los hijos de Ragnar que son" —Su sonrisa se ensancha, da suaves palmadas en el hombro del menor y pronto vira sobre sus talones para marcharse de entre los ojos atentos y curiosos a su platica.

Ivar ve partir a Ubbe, observando su ancha espalda y su postura firme y alivianada. Su visión por un momento se vio opaca y borrosa, justo como cuando las lágrimas se estancan dentro de los ojos: el castaño giró y continuó su camino.

Media hora después, Ivar era el último en llegar a donde su gente y hermanos esperaban, murmullos no faltaban y la seriedad impenetrable de Ubbe y Hvitserk era notoria, aún cuando por dentro estaban emocionados o nerviosos.

Las puertas de madera se abrieron en par, dejando ver al tan esperado joven. Ivar hizo su entrada digna y magistral de él, se posó a un lado de sus hermanos y miró su alrededor, a la gente curiosa y confundida.

—"¡Gente de Kattegat!" —Inició Ivar — "Hemos citado a todos ustedes sin excepción alguna, por un importante motivo" — Tragó saliva con cierto nerviosismo que no pudo ocultar completamente.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora