"𝐄𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐲 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬"

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—"Te-tengo miedo... Hvitserk. Tengo mucho miedo" —Su propia voz se escucha lejana, su dolor y temor parecen ser si apenas palpables y no hay nada más que oscuridad.

No puede ver más allá de él mismo.

—"¡Ivar!" —La inconfundible voz de Hvitserk lo trae de regreso, casi como si su ancla finalmente fue capaz de llegar al suelo y enterrarse como debía para detener la marcha del barco.

El recién nombrado abre los ojos en abrupto, atolondrado y asustado. No reconociendo inmediatamente el lugar en donde estaba.

—"¿Hvitserk?" —Mira a su alrededor.

—"Tus ojos..." —El rubio frunce el ceño con dolor — "Debemos regresar a Kattegat" — Se levanta del suelo, toma sus cosas y comienza a guardarlas en las maletas que yacían sobre uno de los caballos.

—"Detente" —Pide al verlo tan agitado — "¡He dicho que te detengas!" — Brama exasperado.

Y Hvitserk se detiene, cerrando las manos en un puño y tensando la quijada, voltea a verle.

—"Prometí a papá, protegerte".

—"Él no está aquí, así que detente" —Ivar tensa la quijada.

—"Es mi palabra" —Se acerca hasta Ivar, poniéndose en cuclillas.

—"Estoy bien" —Le observa con severidad y profundidad.

—"¡Estabas dormido mientras sucedió!" —Exclama preocupado, molesto y hastiado de la actitud contraria.

Llevaba meses sucediéndole, pero nunca como el día de hoy.

—"Es sólo un sueño, Hvitserk" —Vuelve a recostarse sobre la piel que yacía en el pasto y a mitad del bosque.

—"¿Qué clase de sueño te pone en peligro?" —No deja de mirarle.

—"No lo sé, pero estoy bien" —Asegura más tranquilo — "Ahora, si vuelves a molestarme. Regresarás solo" — Advierte caprichoso y severo.

Hvitserk aparta la mirada del menor, observa el amanecer y suspira resignado mientras vuelve a recostarse a su lado.

—"Puedes protegerme, Hvitserk. Pero esto es lo que soy y ni tú, ni nadie podrá cambiarlo" —Le observa de lado.

El rubio traga saliva con notoriedad.

—"No podré hacerlo, pero así..." —Sostiene su rostro — "Así es como planeo continuar. Soy yo quien acabe contigo; o tú conmigo, pero sólo los dos estamos destinados a morir por la mano del contrario y de nadie más" — Una lagrima traicionera escapa de los zafiros de Ivar, sorprendiendo al mayor — "Ivar"

Y el recién nombrado oculta su rostro en el cuello contrario.

—"Cállate. Sólo guarda silencio Hvitserk" —Y oculta sus lágrimas con la tela del ropaje contrario.

Y ambos continúan durante bastante tiempo en esa posición y silencio, permitiéndose reflexionar de su posible futuro y forma de llevar a cabo cada uno de sus planes, su manera de tomar decisiones.

Pronto volvieron a quedar dormidos, esta vez juntos.

—"¡Soy el hijo de Ragnar!" —Hvitserk ataca arduamente a los soldado contrarios, miró a donde se encontraba él, dedicándole una hermosa sonrisa emocionada.

Continuó pronto atacando, dando a diestra y siniestra golpes bastante acertados.

Comenzó a acercarse lo más rápido hacia él, intentando alcanzarle. Pero cayó en abrupto al suelo, el cual se convirtió en agua y tan rápido como pudo sumergió de esta.

—"¡Hvitserk!" —Intentó flotar mientras buscaba a su hermano — "¡Hvitserk!" — Vociferó en el medio de la nada, intentando encontrar al hombre al cual le profesaba todo lo que podia dar su alma.

Ivar fue tomado del pie y una vez más halado hacia dentro del profundo mar. El castaño intentó luchar y soltarse de aquel quien le llevaba hasta las profundidades, pero se le fue inútil regresar a la superficie y cuando creyó que moriría, abrió lentamente los ojos, regresando a su realidad.

Titiritaba por el frío de la mañana y el rubio parecía estar lo suficientemente dormido como para siquiera notarlo.

—"Hvitserk" —Llamó.

El rubio continuó plácidamente dormido.

—"Despierta Hvitserk, quiero regresar a Kattegat" —Una vez más intenta atraer de regreso al rubio, pero entonces se percata que todo a su alrededor se vuelve más oscuro y lento.

Ivar observó a su alrededor, se levantó del suelo con ayuda de sus muletas y caminó unos cuantos pasos cuando notó al profeta.

—"Ivar..." Es lejana su voz y de un momento a otro, aparece a su costado — Veo que no has podido despertar a tu hermano, Ivar.

—"No es mi hermano".

—"Oh, cierto. Ya no lo es más" —El vidente merodea a su alrededor con aires misteriosos, deteniéndose delante de Hvitserk — "No puedes odiarlo más, ¿cierto? Tú amor ha ganado sobre de todo y niegas a aceptarlo, estás dudando en sí cumplir con tu deseo".

Ivar le mira serio y cautelosamente con el ceño fruncido.

—"Pero actualmente conozco tu respuesta, Ivar, el deshuesado" —Le observa — "Cada vez te acercas al desenlace de tu destino, y tú eres el único que puede cambiar el de ambos" — Susurra esto, sin embargo llega hasta los oídos de Ivar.

—"¿Qué sucederá?"

—"Si te lo digo... entonces querrás huir de él" —Se acerca hasta Ivar.

—"¿Cómo estás tan seguro que te creeré?"

—"Nunca has creído en mi, Ivar. Y no deseo que hoy sea diferente" —El castaño frunce el ceño — "Sólo sé que Hvitserk logrará lo que otros antes no lograron, pero el coste será demasiado alto para él" — Ivar permanece quieto bajo el pie de uno de los frondosos árboles.

—"¿A qué te refieres?"

—"Me refiero a que tú podrás cargar con el peso del cambio" —Murmura — "Ivar, el deshuesado. Hijo de Ragnar — Proclama el vidente — Todas las cosas son oscuras. Todos, todos nosotros, iremos a la oscuridad. Tu carruaje está tan roto como tus piernas y una serpiente se ha asentado en tu cráneo y tus ojos te traicionan, tu camino está lleno de basura y suciedad. ¡Oh, el horror, el horror!" — Asevera críptico. Y finalmente desaparece, dejando a Ivar sólo y de pie.

—"¿Ivar?"

El recién nombrado apenas si mueve la cabeza para ver hacia atrás y al hombre del cual provenía la voz.

—"Volvamos a Kattegat, Hvitserk" —Vira sobre sus muletas y pies frágiles — "Volvamos y hagamos lo que se nos plazca, demos inicio a una nueva era" — Se acerca hasta el vikingo acostado sobre las telas.

—"¿De qué hablas?"

—"Ubbe pronto se marchará, puedo sentirlo" —Le observa desde arriba — "Y mucho dependerá de ello, de mí" — Piensa esto último — "Deseo unirme completamente a ti, que los dioses reconozcan lo que somos y acepten todos que tú y yo, estamos destinados a morir por el otro" — Hvitserk le observa desde abajo, sorprendido, con el corazón desbocado y con los pensamientos arremolinándose como nubes grises y pesadas a mitad del cielo del mar abierto, pero dentro de su cabeza.

Hvitserk sonríe como nunca antes, se levanta en abrupto y le abraza con firmeza y emoción.

—"¡Ubbe estará feliz por nosotros!" —Hvitserk no puede evitar emocionarse, finalmente tendría el reconocimiento de toda su gente y sus dioses con respecto a su unión y amor al menor.

Y pronto se marcharon del bosque sobre el caballo.

Sea lo que fuere del destino de ambos, Ivar estaba decidido a que nadie más cobrara lo que a él le pertenecía por ley. El dolor de Hvitserk. Y si él así lo quería, todo aquel moriría despiadadamente bajo sus manos y de la peor forma, solo por tocar un mechón del cabello de su hermano, era suyo, como él del contrario.

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora