seventeen.

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El pequeño despertador instalado en el medio de la cabina marcó las 00:00 haciendo que San inhalase una gran bocanada de aire, pues su plan finalmente iba a ponerse en práctica. Por un instante dudó en despertar al chico que había estado mirando durante dos horas porque parecía demasiado tranquilo, pero tenían que empezar de inmediato.

—Oye— susurró, sacudiendo suavemente a Wooyoung.

Gruñó. —¿Ya es hora?

—Sí. Vamos, tenemos que despertar a los otros.

Bajaron de puntillas la escalera y se dirigieron hacia la litera de Yeosang y Seonghwa. Seonghwa se despertó en cuanto escuchó sus pasos acercándose; en cambio Yeosang estaba aún sopa. San lo empujó tan fuerte que casi se golpea la cabeza contra la pared. El chico apretó la mandíbula tan pronto como abrió los ojos.

—Mierda— murmuró mientras salía de la cama y se ponía los zapatos. Seonghwa cogió el equipaje de todos y los sacó afuera de la cabaña mientras los otros tres hacían guardia y se aseguraban de que nadie los viera.

A las 00:10 ya habían comenzado su misión. Afortunadamente, el cielo estaba despejado, por lo que no había posibilidad de lluvia y tenían la luz de la luna para iluminarse. San los condujo hacia el inicio del campamento, lugar en el que habían dejado a Wooyoung el primer día. Allí, en el estacionamiento, estaba el autobús escolar que había mencionado. Una de sus ventanas estaba rota, lo cual era perfecto para su plan.

San y Seonghwa levantaron el equipaje y lo metieron por la ventana mientras que Wooyoung y Yeosang se quedaron allí observándolos hacer todo el trabajo. Una vez terminaron, San repasó lo que se suponía que debían hacer una vez más.

—Wooyoung y yo vamos a la oficina principal a coger las llaves y mi teléfono mientras vosotros dos vais a las cabañas del bosque. Es un sendero oculto que pasa por el mini estanque, solo hay que seguirlo para llegar. Tened cuidado porque como ahora hay más niños encerrados probablemente haya guardias patrullando. Cuando lleguéis esperadnos allí.

Yeosang fingió que lo San acababa de decir no significaba nada. Seonghwa le respondió. —Entiendo.

—Tened cuidado.

Ambos asintieron. —Duh— respondió Yeosang, guiñandole. Wooyoung no supo cómo interpretarlo, así que tan solo sonrió. Y desaparecieron en la oscuridad.

San murmuró algo para sí mismo antes de girarse hacia Wooyoung.—¿Listo?

—Sí.

El edificio principal no estaba demasiado lejos del estacionamiento, por lo que no tuvieron que caminar mucho. Los grillos cantaban, las ranas croaban, los árboles se erizaban con el viento, el rocío en la hierba, una noche perfecta según Wooyoung. Lástima que no pudieran disfrutarla al máximo.

Una vez que el edificio principal estuvo a la vista, San se sintió aliviado al ver que las luces estaban apagadas, lo que significaba que Hongjoong había cerrado por la noche y estaba en su dormitorio separado. Se dirigieron hacia la puerta trasera donde la luz de la luna no los iluminaba.

—¿Cómo vas a entrar?— San se agachó y sacó una horquilla de su bolsillo que Yeosang le había dado. La metió en la cerradura y la movió hasta que escuchó un clic. La puerta se abrió. —¿Cómo has hecho eso?

—Años de práctica de escaparme de casa en mitad de la noche— el dolor en su voz hizo que Wooyoung frunciera el ceño.

Entraron a una habitación oscura que apestaba a tequila. San encendió el interruptor de la luz que se encontraba a su lado y la habitación finalmente se iluminó, dejando ver un escritorio desordenado y una botella de tequila.

Empezaron a buscar el teléfono de San entre los documentos esparcidos por el escritorio, pero no encontraron nada. Wooyoung abrió uno de los cajones y, ¿a que no adivináis qué había encima?

—He encontrado tu móvil— habló orgulloso.

—Genial. Ahora encontremos las llaves del autobús y salgamos pitando de aquí.

Pasaron sus buenos cinco minutos registrando el resto de la habitación, las llaves debían estar bien escondidas. San incluso buscó en el pequeño baño en la parte trasera del edificio por si acaso, pero todo lo que encontró fue un porro a medio fumar. Wooyoung finalmente descubrió un pequeño casillero detrás de un montón de abrigos que tenía un candado. Llamó a San, quien enseguida se puso manos a la obra.

Dentro del casillero no había nada más que una pequeña nota en la parte inferior. Wooyoung la recogió y la leyó en voz alta.

¡Hola chicos, aquí Hongjoong! Asumo que estáis buscando las llaves del autobús para vuestro mini escape, pero ¿a que no adivináis qué? Las tengo yo. El pequeño Soobin no escondió bien los planes que San le había dado y los encontramos en su bolsillo. Pero no os preocupéis, él está bien, solo está pasando el rato con nosotros. Dicho esto, ¿por qué no bajáis a las cabañas y hablamos de vuestro castigo?

- Joongie.

San y Wooyoung intercambiaron miradas aterrorizadas antes de salir corriendo hacia donde estaban Seonghwa y Yeosang. Las ramas de los árboles se estrellaban contra su cara mientras corrían tan rápido como podían. San se detuvo de inmediato cuando vio varias figuras de pie a unos metros de ellos. El corazón de Wooyoung se encogió cuando vio a Yeosang, Seonghwa, Yeonjun y Soobin atados cada uno a un árbol.


 El corazón de Wooyoung se encogió cuando vio a Yeosang, Seonghwa, Yeonjun y Soobin atados cada uno a un árbol

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Buenas... no me matéis, porfa 🫠

¿Cómo andamos con el comeback a la vuelta de la esquina? Yo cada vez que escucho el estribillo de Guerrilla escucho "gorila" e instantáneamente me viene a la mente la canción de "las manos hacia arriba, las manos hacia abajo, y como los gorilas, uh, uh, uh, todos caminamos" JAJAJAJ. Vale, ya empiezo a desvariar de lo poco que he dormido hoy🥲.

Esta semana he estado muy ocupada porque me estaba preparando para el examen teórico de coche, por lo que no tuve tiempo para traducir nada. Pero aquí tenéis el capítulo que tendría que haber subido este martes :)).

Nos vemos el martes que viene 🥰

– Gracias por leer –

🪐🦋🌻.

Camp ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora