fourteen.

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Habían pasado dos días y el plan aún no se había llevado a cabo. A pesar de que se suponía que Wooyoung estaba concentrado en él, no podía quitarse a San de la cabeza. ¿Por qué le había gustado cuando San lo abrazó la otra noche, o cuando le sonrió sutilmente cuando hicieron contacto visual, y por qué diablos se volvió tan tímido cuando San simplemente le habló? ¿Era acaso que estaba carente de afecto o le gustaba el mayor? No entendía nada y eso lo estaba molestando.

La hoguera más grande del año en el campamento estaba programada para esa noche y era obligatorio asistir. Wooyoung pensó que podía ser un buen momento para hablar con San. Nunca había podido entablar una conversación adecuada con él porque era difícil pillarlo o Yeosang lo arrastraba lejos de él. Algo le decía que Yeosang estaba celoso, aunque eso no podía ser cierto.

Era hora de la cena y el trío, junto con Soobin y Yeonjun, estaban sentados en su mesa habitual comiendo sus hamburguesas. Wooyoung había empezado a observar a los monitores hacía unos días para conocer a fondo cómo vigilaban. Llegó a la conclusión de que Seungcheol es el peor, se distraía por cada tontería, y que Hongjoong es el mejor, así que Hoongjoong era del que más se tenían que preocupar.

—¿Has averiguado cuándo se hará el plan?— Soobin preguntó con indiferencia.

Wooyoung pateó su espinilla por debajo de la mesa. —Cállate, no hables de eso aquí.

El pelimorado tuvo la oportunidad de contarle a su hermano sobre el plan antes de regresar a las cabañas la noche anterior. Estaba tan sorprendido como Wooyoung y estaba 100% adentro, pero no sin Yeonjun. Así que ahora había una persona extra de la que cuidar.

Después de regañar a Soobin, Wooyoung desvió su mirada hacia la parte trasera de la cafetería donde estaba San sin saber que lo pillaría mirándolo fijamente. San se dio la vuelta y le dio un pequeño mordisco a su hamburguesa.

Yeosang, de repente, le tocó el brazo. —¿Irás a la fogata?

—¿Sí? ¿No es obligatorio?

—Sí, pero Yeosang y yo solemos escabullirnos— agregó Seonghwa.

—Oh— le lanzó una última mirada a San. —Creo que iré. Habrá malvaviscos.

Los dos mayores siguieron la dirección en la que miraba Wooyoung. El rubio frunció el ceño. —¿Vas a ir por él?— preguntó en un tono jocoso.

Wooyoung necesitaba inventar una mentira rápido, no quería que pensaran que le gustaba San. —Sí, necesito más detalles del plan. Es un buen momento para hablar con él. Vosotros también deberíais quedaros para obtener información.

Yeosang gruñó molesto. —¿En serio? No soportamos ni mirarle a la cara.

Wooyoung sacó el labio inferior y puso sus mejores ojos de cachorro. —¿Por favor?

Yeosang y Seonghwa bufaron al unísono. —Está bien.

|✨☂️✨|

La cena había terminado y el personal comenzó a prepararse para la fogata. Había casi cincuenta montones de heno alrededor de la hoguera mientras los monitores se sentaba en sillas plegables. Los niños más pequeños tenían que sentarse al frente mientras que los mayores se sentaban en la parte de atrás. Yeosang, Seonghwa y Wooyoung ya habían elegido sus lugares antes de que todos comenzaran a llegar. Se encontraban en la parte de atrás debajo de un árbol, por lo que apenas había luz que los alumbrase, tan solo había rayos de luz de la luna asomándose entre las grietas de los árboles. A Wooyoung no le gustó, pero no se quejó.

—Dudo que San vaya a aparecer— murmuró Yeosang en voz baja.

—Lo hará. Los monitores sabrán si no está— respondió Wooyoung.

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