Intentaba evitar los hospitales a toda costa. Nunca había estado en uno excepto el día que nació, pero ese no contaba. El solo pensar en personas enfermas en su lecho de muerte rodeándolo le causaba escalofríos.
Pero él necesitaba ver a Wooyoung.
Corrieron a la sala de emergencias no mucho después de que llegaran las ambulancias. Las enfermeras les indicaron que permanecieran sentados hasta recibir alguna noticia. Soobin ya estaba en una de las sillas con las rodillas en el pecho, sollozando. San quedó destrozado al verlo, al igual que Jongho. Se acercaron al más joven y se sentaron a su lado. San no se sentía lo suficientemente cómodo como para consolar a Soobin, así que Jongho lo hizo por él frotándole la espalda para reconfortarlo.
Los tres esperaron durante veinte minutos viendo pacientes entrar y salir. San trató de ignorar la charla entre las enfermeras porque sabía que despertaría su ansiedad. Se tapó los oídos con los para intentar tranquilizarse y evitar un ataque de pánico, aunque fue difícil.
Un dedo golpeó bruscamente su hombro, sobresaltándolo. Miró hacia arriba y vio a una enfermera bloqueando su visión.
—Tenemos buenas y malas noticias— comenzó hojeando sus papeles. —Uno de tus amigos, Wooyoung, está bien. Sufrió algunas quemaduras de segundo grado, pero nada demasiado grave, aunque sigue desmayado. Debería despertarse pronto. El otro, Mingi, no está muy estable— suspiró. —Sufrió quemaduras de tercer grado y tuvimos que trasladarlo a la UCI. Puedes ir a visitar a Wooyoung si quieres, habitación 107—.
San saltó prácticamente de la silla y se dirigió a la habitación 107, sin dejar que los otros dos lo alcanzaran. Llegó a la puerta y se quedó allí por un segundo, reflexionando sobre cómo iba a lidiar con la situación. ¿Qué iba a hacer cuando Wooyoung despertase y no quisiera verlo?
Puso la mano en el pomo y lo giró lentamente. Al entrar se le revolvió el estómago.
—Woo— susurró consternado. Frente a él había un Wooyoung desmayado en una cama de hospital con quemaduras prominentes por toda su piel. —Lo siento mucho—. San entrelazó su mano con la del menor. —No te mereces esto, yo sí. Lo único que querías era pasártelo bien en el campamento. Debería haber elegido una litera diferente, dejar que tú y Yeosang os conocieseis más y os enamorarais. Me gustaba lo mucho que me odiabas, me atraía. Sé que suena raro, pero sentí una conexión. No me arrepiento de haberte besado, aunque al mismo tiempo lo hago. Solo espero que no me odies—. Una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla mientras confesaba lo que tenía guardado en en el nudo de su garganta.
Detrás de él, la puerta se abrió con un crujido y Jongho y Soobin entraron. Sus rostros delataban que escucharon todo lo que dijo San.
Jongho palmeó su hombro. —Él no te odia.
—Lo hacía hace un mes.
—¿Cuando eras un imbécil con él? Sí, estoy seguro. Pero cuando se despierte y vea que estás aquí junto a él, estoy seguro de que estará feliz de verte.
Sobin asintió. —Le gustabas. Lloró durante una semana después de que te fueses del campamento, apenas comía y le gritaba literalmente a todo el que se le acercaba.
—¿E-en serio? No pensé que le importaba tanto— respondió acariciando el dorso de la mano contraria con el pulgar.
—Le importas muchísimo—, Soobin le mostró una sonrisa tranquilizadora—, hazme caso.
Eso le dio a San la esperanza que llevaba tiempo intentando encontrar. Tal vez sí que podían compartir su segundo primer beso y ser felices y comer perdices.
Se quedaron en silencio dando por terminada la conversación mientras miraban a Wooyoung con admiración. Soobin de una manera fraternal, Jongho de una manera amistosa y San de una manera... amorosa. El chico le preocupaba más de lo que pensaba.
La puerta se abrió de repente, haciendo que todos miraran hacia quienes San supuso que eran los padres de Wooyoung. Soltó la mano del menor y retrocedió, dándoles espacio.
Estos empezaron a llorar a mares mientras maldecían a gritos hasta que una enfermera irrumpió. —Hay demasiada gente. Solo se permite que estén los padres y otra persona más.
Jongho fue el primero en salir. San sabía que debía seguirle, pero algo dentro de él le impedía hacerlo. Se quedó quieto.
La madre de Wooyoung lo miró como si fuera idiota. —¿Quién eres?
—Uh...— tartamudeó—. Soy San, un amigo del campamento.
—¿Cómo ha permitido el campamento que estés aquí?
San tuvo poco tiempo para inventar una mentira. Aún no quería delatarse con que era el hijo del dueño del campamento. —Nos hicimos bastante cercanos el campamento y le pedía a Jongho que me trajese—. Bueno, técnicamente eso no era una mentira.
—Está bien, ¿te importaría darnos un momento?— el padre de Wooyoung intervino.
No le extrañaba el tono tosco, dado que su hijo estaba en el hospital. —Sí, por supuesto.
Salió y vio a Jongho sentado en un banco al otro lado del pasillo. Se dejó caer a su lado.
—¿Quieres ir a por algo de comer?— preguntó Jongho.
San negó con la cabeza. —No.
El menor se puso de pie de todos modos. —Entonces te traeré algo.
Quería estar cerca para poder escuchar y saber si algo sucedía. —Gracias.
San tenía tanta hambre que sentía ganas de vomitar, pero eso era lo último que le importaba en ese momento. Quería estar alerta por si Wooyoung despertaba.
¡Feliz aniversario (con retraso) a Ateez y Atiny!
5 años y sumando 🥺🤍💐
– Gracias por leer –🪐🦋🌻.
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Camp Choi
FanfictionDonde Wooyoung es mandado a un campamento de verano y el hijo del dueño le dificulta poder disfrutarlo. Traducción de la historia homónima de @haechanmoon, todos los derechos de autoría son suyos ✨