Camp Choi

ten.

Al entrar a la cabaña vieron a San caminar furiosamente por la habitación. Tenía sus manos hechas puños, su mandíbula tensa y parecía querer matar a alguien. Yeosang y Seonghwa retrocedieron un par de pasos como si supiensen que Wooyoung estaba dispuesto a preguntarle qué le pasaba, y no se equivocaban.

—Hey, relájate— le dijo a San mientras posaba ambas manos en sus hombros para evitar que siguiera moviéndose.

—No me toques— se deshizo de su agarre en un movimiento brusco y se sentó en la cama de Wooyoung.

Fue entonces que Wooyoung perdió su paciencia. —¿Cuál es tu maldito problema? Solo intento ayudarte.

—Me han quitado el puto móvil, ¿vale? Y por si no fuera poco ahora tengo que sentarme en el puto comedor y comer con el resto.

Wooyoung intentó calmarse, inspirando y exhalando antes de volver a hablar. —San, ¿es en serio? ¿Me estás jodiendo? ¿Hay cosas mucho peores en el mundo y tú estás haciendo toda una rabieta de niño pequeño porque a partir de ahora tienes que sentarte con el resto de los mortales a comer? Que tontería.

Ahora el resto de campistas se encontraban formando un círculo alrededor de ambos. Sabía que Yeosang y Seonghwa querían que se callase pero él no pensaba rendirse sin pelear, algo que realmente pensaba que podía llegar a pasar. La mirada que San le dirigía le aseguraba a Wooyoung las ganas que este tenía de cargárselo en ese mismo instante.

—Dios, eres tan idiota.

Wooyoung rió en respuesta. —Lo sé, gracias.

De un momento a otro, la mano de San rodeó la suya y lo arrastró hasta los vestuarios. Inmediatamente Yeosang se interpuso e intentó impedir que San se moviese.

—¿Qué vas a hacer?— le preguntó.

—Quítate de en medio. No voy a hacerle nada a tu amorcito, solo quiero hablar con él—Yeosang, aún dudando, se apartó dejando que San continuase su tarea de arrastrar a Wooyoung. Una vez dentro, el menor frunció su ceño, molesto y expectante de lo que él contrario tenía que decir.

—Mira, Wooyoung. Se que intentas ir de guay y todo eso pero, sinceramente, para.

—¿Qué?

—Es una estupidez. Tú no eres mejor que yo. Yo no soy mejor que tú. Me estás haciendo quedar como un idiota malcriado, algo que no soy. No me conoces así que no vas a entender lo que me pasa. Deja de molestar.

Sus emociones se componían de enojo y calma. Era raro. Wooyoung no sabía si responder sarcásticamente o normal así que simplemente dijo lo primero que se le vino a la cabeza. —Entonces dime qué es exactamente lo que te pasa para que pueda entenderlo.

San bufó. —¿En serio? No confío en ti.

—San, solo intento ser amable, ¿vale? No vas a hacer amigos si continúas con esa actitud.

Un puchero se formó en sus labios. San sabía que el menor tenía razón, solo no quería admitirlo.

Finalmente, asintió y habló. —Verás, yo no vengo de una buena familia. No en el sentido económico, sino en el sentido de familia amorosa y eso. Mis padres siempre me han descuidado y siempre se han enorgullecido de mi hermano mayor. Es doloroso. Llevo viniendo aquí desde que tenía 14— comenzó mientras jugaba con sus pulgares con nerviosismo. Wooyoung asintió para que prosiguiese—. A veces simplemente no puedo más y necesito desahogarme.

—No sabía que tus padres eran así, es horrible— susurró Wooyoung aún tratando de procesar todo.

—Lo sé, soy un deshonra— San se mordió el labio.