Capitulo 5: ⭑Verdades a medias⭑

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- Si lo dejas entrar juro que te arrojaré esto

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- Si lo dejas entrar juro que te arrojaré esto.- Hani tomó amenazante la lámpara que descansaba sobre el mueble a un lado de la cama. Llevaba largos minutos discutiendo con Seungmin respecto a las repentinas visitas de Jeha. Era la tercera vez durante la semana que se presentaba en el departamento con algún obsequio y pedía verla. 

- Lo verás el Lunes en el trabajo. Es mejor que hablen de todo en un lugar dónde podamos sacarlo si intenta otra estupidez.- Seungmin le arrebató la lámpara de las manos para colocarla de nuevo en su lugar.

- No puedo verlo aunque quiera. Ordenes del doctor.- Le remarcó ella recargándose sobre la cabecera de la cama con los brazos cruzados.

Aquello no era mentira. Jeha decidido otorgarle a Hani unos días de vacaciones para que avanzara más rápido en su recuperación, durante ese tiempo tenía estrictamente prohibido envolverse en situaciones que pudieran causarle algún tipo de estrés.

- Acabas de amenazarme con esa cosa.- Señaló la lámpara.- Ayer te quejaste de que la comida estaba salada y hoy temprano hiciste un berrinche porque Dori esta más gordo que hace una semana. Te aseguro que estas más que lista.- Seungmin se recostó sobre su espalda a un lado de ella y flexionó los brazos debajo de su cabeza con tranquilidad.

- Mi gato en serio engordo desde que tú lo cuidas.

- Dori esta gordo porque lo llené de amor, no de comida.

Hani miró a su gato recostado en el piso de madera oscura donde el sol que se colaba por la ventana le calentaba la panza, sin duda lucía mucho mas regordete que antes. 

- Me prometieron que sería un gatito pequeño. Pero consume la mitad de mi sueldo.- Hani soltó un bufido y una pequeña sonrisita se asomó en su rostro.

Al mirarla el corazón de Seungmin se sintió en paz. Llegó a pensar que nunca la vería sonreír de nuevo después de haberla visto llorar tanto los últimos días, a esas alturas la habitacion de paredes blancas y sábanas lilas debería estar convertida en una piscina. 

Durante esa semana Seungmin se había encargado de asumir todos los papeles del hogar, era guardián, policía, cuidador de gatos, enfermero, cocinero, mucama y amigo. 

Después del tercer día Hani le insistió que podía marcharse si quisiese hacerlo, pero Seungmin se negó rotundamente. El tiempo que estuvo ahí durmiendo en el pequeño sofá de la sala en donde su alto cuerpo no cabía del todo bien, fue mucho mejor que todos los años durmiendo en la mullida cama ubicada en el departamento más solitario del mundo. Incluso él, que odiaba a los gatos, encontró gratificante la compañía de Dori que tras una convivencia caótica terminó siendo su más fiel compañero. 

- Hani.- Seungmin volteo su cuerpo para poder mirarla.- Necesitas arreglar las cosas y ponerle orden a esto.

Hani sabía que Seungmin tenía razón. Los días que estuvo encerrada en su habitación reflexionó sobre su vida los últimos años, sumida en la tristeza, el arrepentimiento y el miedo. Sabía que era momento de dejar ir a Minho. Odiaba la manera en la que Jeha la orilló al precipicio ese día, pero en el fondo se sintió agradecida porque gracias a eso encontró el valor que le faltaba para recordar lo que tanto le dolía. 

PIEZAS DE AJEDRÉZ ✥ Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora