(Actualizaciones los Lunes, Miércoles y Viernes)
Todo comenzó cuando la reina blanca perdió la primer jugada y con ello a quién más amaba, pero, ¿Qué hará cuando se entere quien es el rey de los alfiles negros? veamos si ella se atreve a hacer el úl...
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Las enormes gotas de lluvia se estrellaban violentamente contra los cristales de la estación haciendo resonar el constante golpeteo por todo el lugar. Los detectives estaban reunidos al rededor del cubículo de Felix, el muchacho había llegado muy alegremente aquella mañana con brownies para festejar la reincorporación de Hani al equipo.
- No puedo creer que solo deje de verte una semana y ahora eres un pollo.- Hani estaba recargada en el escritorio frente a una nueva faceta de Felix rubio que dibujo una bonita sonrisa al escucharla.
Hani a veces se preguntaba si Felix había sido bendecido por algún dios del sol, el clima afuera era nublado, los charcos de lluvia empapaban el pavimento y las corrientes de gélido aire la hicieron temblar más de una vez de camino al trabajo, pero Felix lucia radiante desde que cruzó la puerta y corrió hacia ella para envolverla en un fuerte abrazo.
- Los pollitos son lindos.- Dijo Felix antes de reanudar su desayuno y morder el brownie frente a él.
- Es una lástima que tu no.- Seungmin, sentado en el cubículo de a lado permanecía analizando detalladamente el postre que sostenía en sus manos, después de mirarlo lo suficiente decidió que se arriesgaría a probarlo así que se lo llevó a la boca y lo mordió.
- Felix es lindo.- Lo recriminó Mina, como era costumbre sostenía humeante la taza rosa de café entre sus manos.
- A ti todos te parecen lindos.- Continuó Seungmin.
- ¡No es verdad!
- Oh, cierto. Solo son lindos cuando te gustan.
Hani le dirigió una mirada recriminarte a Seungmin que solo se encogió de hombros y se limito a morder de nuevo su brownie, era sorprendentemente delicioso. Mina enrojeció de una forma violenta, como si hubiera comido una botella entera de salsa picante de aquellas que prometen contener el infierno dentro. Felix por su parte, prefirió ahogarse con el pan que acababa de entrar en su boca robándose la atención de todos.
- ¡Solo escúpelo! - Le repetía Hani golpeándolo con fuertes palmadas en la espalda.
Después de un ataque de tos Felix logro recomponerse. Tomó un gran sorbo de su propio café y aclaró su garganta, con las mejillas rojas y el rubio cabello alborotado le sonrió tímidamente a los presentes.
- Lo lamento.- Su voz aún entrecortada sonaba como una lija desafinada, su intento solo le provocó más tos, esta vez fue Mina quien con cuidado le palmeo de nuevo la espalda bajo la mirada satisfactoria de Seungmin.
Tenía la expresión de alguien orgulloso en el rostro, como si hubiese logrado firmar un tratado de paz que terminara con todas las guerras del mundo.
Hani no se había dado cuenta de lo mucho que extrañaba a sus compañeros, tampoco de lo mucho que disfrutaba su trabajo, dentro de ella comenzaba a brotar, como las flores en invierno, un pequeño rayo de esperanza entre el paisaje frio y desolado. Por primera vez comenzaba a imaginarse que sería de ella cuando lograra cumplir su objetivo.
