Capítulo 16: ⭑Bienvenida sea la reina⭑

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El latido de su corazón resonaba como tambor dentro de su cabeza y el zumbido en los oídos opacaba la efusiva voz de alguien llamándola al otro extremo del pasillo

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El latido de su corazón resonaba como tambor dentro de su cabeza y el zumbido en los oídos opacaba la efusiva voz de alguien llamándola al otro extremo del pasillo. Hani le daba la espalda sin intenciones de volverse a mirarlo, mientras, se concentraba en escapar lo más rápido posible estrellando las suelas de los zapatos contra la alfombra roja en dirección a las escaleras de emergencia.

La puerta blanca al final tenia colgando sobre ella un letrero dorado con la palabra "Exit", Hani se dirigió hacia ella como si esta fuese la luz que le ponía fin a un largo túnel oscuro de paredes mohosas y sombras.

La única idea que rebotaba de un lado a otro dentro de su confundida cabeza pedía a gritos un poco de aire que le permitiera llenar los pulmones y sentir que su corazón no se había detenido.  Extendió el brazo frenéticamente hasta enroscar la palma en la manija y empujo con toda la fuerza que le fue posible. No logro poner un solo pie en las escaleras de emergencia, pues un cuerpo más alto le cerro el paso con agilidad haciendo que se estrellara contra su pecho.

Hyunjin la tomó de los hombros y se inclino pesadamente hasta poder verle el rostro, los ojos rasgados, enmarcados por el pequeño lunar cuidadosamente colocado, la miraban con el reflejo de la pena y la compasión, como si se tratara de un pequeño perro callejero a punto de morir.

Así la veían todos últimamente, pensó Hani con amargura, siempre con el rostro afligido, como si ella fuese una pobre muchacha con una terrible historia a la cual tenerle lástima. Tal vez realmente lo era, tal vez era alguien destinada a vivir sumida en un espiral de acontecimientos desafortunados y lo único que debía hacer era dejarse caer en la inmensa oscuridad.

Estaba parada al borde del precipicio calculando cuantos metros habría debajo antes de que se estrellara definitivamente con el suelo. Hyunjin notó que Hani no lo miraba, no estaba seguro siquiera de que estuviera consiente de su presencia, era como si se encontrara suspendida en el limbo de su propio mundo, muy lejos de la realidad.

La chaqueta que antes había estado pulcramente arreglada cubriendo a Hani del frio, se resbalaba por sus brazos hasta casi tocar el suelo, el estremecimiento del gélido aire que se colaba por las escaleras congelaba cada uno de sus músculos petrificados, pero a ella realmente no le importaba, no podía centrar su mente en nada más allá de lo que acababa de ocurrir.

Las mangas de la chaqueta le recorrieron los brazos helados hasta colocarla de nuevo en su lugar, Hani no se movió. Hyunjin terminó de arreglarle la prenda y alejó las manos con suavidad, como si algún movimiento en falso fuese a arruinar una obra de arte. Un descuido y un leve roce en la clavícula de la chica con las manos de artista, bastó para que Hani lo mirara. 

El aire que atrapaba en los pulmones de repente comenzó a circular otra vez, la sangre en sus venas le recordó que estaba viva, que estaba ahí y que tenía algo que resolver. Entreabrió los labios y dejo escapar un suspiro sordo turnando sus ojos entre las pupilas oscuras que la contemplaban con total tranquilidad.

PIEZAS DE AJEDRÉZ ✥ Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora