Capítulo 6.

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El par de jóvenes se encontraban en un restaurante bastante elegante. Al principio Haruka tenía un poco de vergüenza de estar allí, vestido como estaba y rodeado de gente que aparentemente debía tener bastante dinero, pero Rayan había pensado en todo y pidió se ubicado en una terraza privada en la cual nadie los vería.

— Nunca había estado en un lugar así — dijo el pequeño Shiba mientras miraba el horizonte donde se pintaba un rojo atardecer que hacía más bella la vista de la ciudad.

— Cuando quieras puedo invitarte, conozco un par de sitios sofisticados a los que me ha llevado mi padre.

— Takashi dice que tu padre tiene gustos extravagantes.

— Y tiene razón — rió Rayan, contento con la buena energía que podía sentir entre él y el chico que tenía enfrente.

Los dos jóvenes pasaron el resto de la tarde en ese restaurante comieron, rieron y compartieron algunos detalles de su vida. Aunque ya habían hablado un par de veces antes, poco se contaban sobre sus vidas más allá de lo aparente y Haru fue insistente esa tarde en las preguntas sobre la vida personal de Rayan y el rubio trató de no esconderle nada.

— ¿De dónde sacaste tanto dinero en unos minutos? —preguntó Haruka refiriéndose a su pago por aquella tarde.

— Mis padres me abrieron una cuenta bancaria cuando cumplí 12, tengo 2 tarjetas una débito y otra de crédito, en una guardo lo que gano trabajando y la otra casi nunca la uso, pero la llevo conmigo por si hay alguna emergencia y estoy obligado a usarla en al menos un gasto al mes para que mi papá no enloquezca.

— Ya veo, aunque ya sabía que lo eras, no pensé que te vería actuar como un niño rico.

— ¿Te molesta?

— Oh no no, no es eso — se apresuró a explicar — es solo que fue inesperado, de hecho ¿Porqué me pagaste tanto por pasar la tarde conmigo?

Rayan se quedó sin palabras, había planeado muchas cosas cuando sacó el dinero, menos la respuesta a esa pregunta ¿Se asustaría el otro chico si le decía la verdad? No quería eso, no es que quisiera mentirle, pero tampoco quería exponerse tan pronto, disfrutaba del tiempo con Haruka y no quería que sus encuentros y salidas terminaran por el hecho de que estaba siendo demasiado evidente con sus sentimientos.

— Digo ...— ante el silencio del rubio, Shiba siguió hablando — puedes pasar la tarde conmigo cuando quieras gratuitamente, no es necesario gastar la fortuna de tus padres en eso.

— Lo sé lo sé, es solo que si te hubiera ofrecido regalarte el dinero habrías dicho que no ¿cierto? Y quería ayudarte de alguna forma para conseguir los fondos que necesitas.

— ¿Por qué? — preguntó con mirada curiosa.

— Parece ser muy importante para ti, además me gusta verte tan animado.

— ¿Y si la próxima vez recoges con nosotros? Estoy seguro que te verías bien en uno de estos — señaló su falda que se notaba bajo la chamarra que tenía puesta.

— Podría ponerme uno de esos, pero no voy a salir a tomarme fotos con extraños, tenlo por seguro — la sonrisa de Rayan era amplia, sincera y dulce — qué te parece si mejor me dejas a mí la tarea de pensar en cómo recoger fondos, después de todo también soy un hombre de negocios.

— Esa también es una idea, tengo que hablarlo con Aki y Kai.

— Está bien — Rayan respondió sonriendo aunque no dejaba de molestarle el hecho de desconocer la relación de su querido Haru con el chico llamado Kai.

La cena terminó y aunque Rayan si quería podía llevar a Haruka a su casa en helicóptero, decidieron caminar hasta allá y aprovechar para ver las estrellas juntos. Todo estaba tranquilo, tal vez demasiado.

Rayan Haitani: Un Adolescente en ApurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora