Capítulo 8.

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Al día siguiente Haruka no asistió a la escuela, Rayan preocupado le escribió un mensaje y recibió y aunque la respuesta no fue la más satisfactoria de todas, al menos sabía que estaba bien.

^^^  Haruka: Estoy algo enfermo, no creo que vaya a la escuela lo que resta de semana y tampoco voy a salir, pero no es nada por lo que tengas que preocuparte. Te llamo en la noche ¿si?   ^^^

Rayan estuvo mirando su celular un largo rato, ahora estaría todo el día esperando esa llamada, deseando que Haruka mejorara pronto, aunque de alguna forma agradecido de no tener que enfrentarse a verlo tan pronto.

El rubio se encontraba abstraído viendo su teléfono, aunque en realidad no había nada allí que le interesara, no dejaba de mirar la pantalla como esperando que algo sucediera y lo único que sucedió fue un llamado de atención de parte de su maestro por estar viendo su celular en clase. El profesor Kisaki no se molestó en discutir con él, solo le arrebató el artefacto de las manos y lo puso en su cajón, para después continuar su clase de matemáticas, Haitani no tuvo más opción que enfocarse en lo que debía hacer y esperar que el maestro se compadeciera de él al terminar la hora, pero lo único que consiguió fue un "Búscame al terminar las clases."

Resignado el rubio se la pasó divagando todo el día, fantaseando con el chico de cabello púrpura le enviaba algún mensaje, siempre disfrutaba hablar con él, pero en ese momento sentía como si fuera una necesidad. Apenas terminaron las clases se dirigió a la oficina de su profesor en busca de su teléfono.

— Buena tarde, señor Haitani. — dijo el mayor sin voltear a mirar al joven.

— Buenas tardes profesor, lamento mucho no haber estado atento a su clase, estaba preocupado por Haruka quién no pudo venir hoy.

— Esa no es una buena excusa — Tetta levantó la mirada y se acomodó los lentes, clavándole una mirada decepcionada al rubio — siempre me había parecido un muchacho responsable y como me enteré que ha estado trabajando con niños había pensado en pedirle que cuidara a mis hijos, pero ya no sé si sea una buena idea.

— No no, de verdad lo siento — Rayan no necesitaba otro trabajo, pero realmente sintió que debía luchar por no perder esa oportunidad — no volverá a ocurrir y si quiere que cuide a sus hijos, lo haré con gusto, tengo tiempo en mi horario para unos chicos más.

— Voy a confiar en usted, únicamente porque no creo conseguir otra niñera a tiempo para mañana ¿tendrá disponible su agenda?

— Sí señor, toda la tarde y la noche las tengo libres.

— Aquí está la dirección de mi casa, — le dio una hoja de papel con algo escrito y debajo de esta su celular — llegue antes de las 3:30 para presentarlo adecuadamente.

— Sí señor, así será, muchas gracias.

Rayan se asustó por la fuerte presencia del mayor y tan pronto como logró cortar la conversación salió de allí corriendo, cuando normalizó su ritmo de caminata se encontró con Keitaro quien parecía estarlo buscando.

— Ray, amigo ¿Dónde estabas? — preguntó agitado.

— Recogiendo mi celular en la oficina del profesor Kisaki.

— Ya veo, en la puerta principal hay una rubia bastante intimidante buscándote, la acompaña otra chica con la que tampoco me gustaría tener problemas.

— ¿a mí? ¿Estás seguro?

— Claro que sí, eres el único Rayan Haitani que conozco.

El par de chicos se apresuraron al lugar donde debían estar las jóvenes y aunque llevaban expresión seria, la cara de Rayan se iluminó completamente al ver de quienes se trataba, corrió hacia el lugar y le dio un fuerte abrazo cargando a su hermana mayor.

— ¡Ryoko-Neesan, qué bueno verte! ¿Qué haces aquí? — Rayan notó a la joven al lado de su hermana y se dirigió a ella extendiendo su mano — Hola Mako, tiempo sin verte.

— Hola Rayan-nii, pasaba por aquí cerca y quise venir a saludar.

— Qué bueno ¿Ya conoces a Keitaro? — dijo atrayendo a su amigo hacia él — Es un buen amigo mío.

— Un placer, gracias por cuidar de mi hermanito.

El cuarteto se puso a conversar un rato mientras tomaban rumbo hacia sus diferentes destinos, esa tarde Rayan tenía entrenamiento así que iría al gimnasio y estaba pensando seriamente si sería buena idea pasar a saludar a Haru, solo para saber cómo estaba.

En un momento del camino, Mako se desvío hacia su casa y un par de cuadras más adelante Keitaro también se despidió, dejando al par de hermanos a solas para hablar de sus cosas. Fue en ese momento que Ryoko se enteró de todo lo que estaba sucediendo en la vida amorosa de su pequeño hermano.

— Ya veo, creo saber que puede animarlo ¿Tienes 3000 yenes? — preguntó la rubia.

— Sí, por supuesto — Rayan fue sacando su billetera y entregando el dinero a su hermana — ¿Para qué los quieres?

— Lo mejor será que no visites a tu chico por ahora, yo le compraré algo de tu parte y se lo llevaré a su casa.

— ¿Sabes dónde vive? — preguntó extrañado el menor.

— De hecho sí, sé exactamente quién es, así que deja que yo me encargue.

— Está bien — respondió incrédulo — y por favor hazme saber si está bien.

Poco después de eso Rayan llegó al gimnasio y se despidió de su hermana en la entrada, preparando su mente para dar golpes toda la tarde descargando la frustración de no poder ver a su chico ese día y seguramente hasta la próxima semana. 

Nota: 
Ryoko es la hija de Shion Madarame y Ran Haitani, creada por 

Rayan Haitani: Un Adolescente en ApurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora