~Capítulo 3~

389 32 4
                                    

*Perspectiva de Gustabo*

Estaba tumbado en la parte de detrás del patrulla de Conway. Me encontraba angustiado, aún con el pulso acelerado y con lágrimas en los ojos. La verdad, es que todo había pasado muy rápido, cuando ese atracador me había puesto la pipa en la cabeza, todo me comenzó a dar vueltas y ha sido un poco borroso, pero si Conway me preguntaba sobre lo que había pasado, yo se lo podría decir, porque, desgraciadamente, lo recordaba.

Y también recordaba como Conway me había salvado de ese hombre, como me había abrazado para consolarme y como me había traído en brazos hacia el patrulla, al final me acabaría enamorando de ese hombre.

Aún sentía una presión y sensación de ahogo en el cuello, y mis muñecas y brazos estaban rojos y con algunos rasguños. Cerré los ojos, sin saber que hacer, pero sabía que lo que acababa de pasar, sería un trago difícil de digerir.

Al llegar, me bajé del patrulla, se me dificultaba hasta caminar, como pude, seguí a Conway hacia su despacho. Cuando los dos cruzamos la puerta del despacho, Conway cerró la puerta con pestillo.

-¿Qué demonios ha pasado en el callejón, Gustabin? - me preguntó Conway.

-De acuerdo, cuando te fuiste, apareció un hombre de la nada y se acercó hacia mí - comencé a relatar. - Cuando apareció, no le di mucha importancia, el problema fue cuando, de un momento a otro, me acorraló contra una de las paredes y me empezó a tocar, me tocaba por todas partes y me empezó a besar y a agarrar el cuello con brusquedad, yo no podía hacer nada, porque me tenía las manos agarradas con fuerza. Lo único que pude hacer fue llorar y suplicarle que me soltara y me dejara en paz, pero el seguía, hasta que llegaste tú, Conway - relaté empezando a sentir lagrimas sobre mis mejillas otra vez. - Y... eso es todo.

-Joder, Gustabo - se acercó a mí y me dio un abrazo reconfortante. - No sabes lo mucho que lo siento, debió ser un maldito infierno.

Al sentir sus brazos rodeandome, me invadió un escalofrío, como si mi piel rechazará la suya. Pero a la vez se sentía tan bien y reconfortante, que no era capaz de apartarme.

Empecé a llorar en sus brazos, otra vez, mientras él me animaba y me tranquilizaba. No me podía creer que ese Conway, que en ese instante me estaba abrazando, era el mismo que cuando entrabas en comisaria insultaba y le daba con la porra a todo dios.

*Narrador omnisciente*

Estuvieron así unos cuantos minutos, hasta que Gustabo se calmó.

Conway tenía planeado hablar con Gustabo sobre lo del video. Aun que sabia que en ese momento no era muy adecuado, pero a la vez ese tema le carcomía por dentro. Y después de unos segundos de silencio, decidió comentar el tema.

-Ahora cambiando de tema... ¿Qué es eso de ese video? - le preguntó Conway a Gustabo.

-¿Te refieres al video publicitario? - le pregunto ahora Gustabo a Conway.

Conway solo asintió, calmado.

-Te juro que yo no sabía que lo iban a incluir en el video - dijo rápidamente Gustabo. - Pero si te molesta lo podemos borrar.

-No, tranquilo, ahora ya esta publicado, ya no hay vuelta atrás, pero para la próxima vez que salga "sin querer" en un video publicitario, que estará en todas las pantallas, me avisas - le dijo Conway con una leve sonrisa.

-De acuerdo - le respondió Gustabo con una sonrisita.

Ahora, los dos se encontraban apoyados en la mesa del despacho de Conway. No sabían porqué, pero los dos iban acercando sus manos hacia la del otro, lentamente. De un momento a otro, los dos, sin darse cuenta, ya tenían sus manos unidas. El contacto visual que ejercieron en ese momento los unia, y empezaron a sentir un calor apoderándose de sus mejillas, desviando su mirada del otro.

Conway empezó a acariciar el dorso de la mano de Gustabo, y Gustabo solo podía sonreír por las caricias del otro. Definitivamente, esas pequeñas caricias era lo que necesitaba en ese instante. Algo calmado y bonito, lo cual lo hiciera olvidar lo que había pasado hacía una media hora.

En la puerta del despacho del mayor, se empezaron a escuchar unos golpes. Gustabo y Conway, con rapidez, se separaron y tomaron algo de distancia, con un notable sonrojo en sus rostros.

-Super, ¿Me deja entrar? - preguntó una voz desconocida a través de la puerta.

-10-4 - respondió Conway, enderezandose, yendo hacia la puerta, quitando el pestillo del despacho.

Detrás de la puerta, apareció un hombre de cabellera gris, con traje y de una gran estatura.

-Привет, Superintendente - dijo ese policía.

-Hola, Volkov - saludó Conway. - Este es Gustabo, supongo que ya lo conoces.

-Si, he oído hablar de él - respondió Volkov, serio. - ¿Estaba interrumpiendo algo, Conway? - le preguntó al de cabellos azabaches.

-No, solo estábamos hablando de ese tema que te comenté.

-Ah, ¿Y ya esta todo el tema zanjado? - preguntó Volkov.

-Si, tu tranquilo.

-Eh... Creo que debería irme - habló de la nada Gustabo, sintiendo que sobraba en esa conversación.

-Si, como desees - Conway le dijo a Gustabo. - Si necesitas cualquier cosa, avísame.

Gustabo asintió y desapareció detrás de la puerta, despidiéndose con un "adiós".

*Perspectiva de Conway*

-¿Esta seguro que entre Gustabo y usted no hay nada? - Volkov me dijo otra vez. Llevaba así toda la semana.

-Que no, capullo - le respondí. - Y ya basta, ¿no? Con el puto temita.

-Yo sigo creyendo que entre ustedes dos hay algo.

-Pues estas perdiendo el tiempo, porque no hay nada.

-Por favor, deje de fingir que no siente algo por Gustabo, si siempre vais muy juntitos, lo llevaste en brazos hacia su patrulla y cuando entré note un cierto sonrojo en sus caras - volvió a comentar Volkov. - Que hasta yo me he dado cuenta, y eso que yo nunca me doy cuenta de nada.

-Te lo habrás imaginado. Tal vez es porque vas todo el puto día con la botella de Vodka en la mano - respondí.

-Si, si, usted siga poniendo excusas.

-Bueno, voy a hacer 10-33 un rato, adiós, otaku - le dije a Volkov.

-¡Que no me llame así!

No pudo decirme nada más, porque cuando Volkov se dio la vuelta, ya me había ido.

Al llegar al aparcamiento de comisaria, subí a mi patrulla y empecé a dar vueltas por la ciudad, pensando en lo que me había dicho Volkov y con lo que había pasado en mi despacho con Gustabo. ¿Realmente sentía algo por Gustabo?

Joder, no sabía que pensar.

Seguramente estoy confundiendo amistad con amor. No puedo jugármela, realmente aprecio a Gustabo, como para arriesgarme a perderlo por una tonta confusión.

 No puedo jugármela, realmente aprecio a Gustabo, como para arriesgarme a perderlo por una tonta confusión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~Famous~ INTENABODonde viven las historias. Descúbrelo ahora