Un problema con nombre y apellido

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Ann Brooklyn

Estaba paseandome por mi abitación.
¡Iba a colapsar!. No sabía que hacer, llevaba 2 horas pensando en formas para evitar este probla, mi horrible y enome problema: Niccolo Sorrentino, ese era el nombre de mí más grande problema.

No contesté ningun mensaje ni llamada, no he salido de mi habitación deade que llegué.
Tenía que idear un plan para no toparme con el en ningún momento.
Ya se, ya se. Era la peór futura alpha, pero oye, núnca imaginé tener que lidiar tan rapido con estos problemas y menos que fuéra el. Diós... de tantos chicos en planeta, la Diósa Luna tenía que mandarme a ese..ese.. ¡A ese simio!

-¿Cariño?- la voz de mi madre se escuchó detras de la puerta.
-Pasa mamá- dije con voz desganada.
Mí madre era hermosa, tenía un cuerpo alto y esbelto, tenía unas curbas envidiables para su edad, su cabello era tan rojo como la sangre-que  yo había heredado- sus ojos eran de un lindo color gris azulado; Por el contrario, yo había sacado los ojos de mí padre; verdes esmeralda. Mí madre podía verse fría delante de todo el mundo, incluso con sus hermanos y padres, pero núnca con papá o conmigo. Ella decia que su familia solo eramos solo nosotros dos, que eramos los tres contra todo. Ella sabía como calmarme, me daba los mejorea consejos y soluciónes del mundo, y me golpee mentalmente por no haber pensado en ella, ella podía entenderme y sabría que hacer.

-Ya está la comida, linda- me miro con amor, yo siempre vería a mí madre como la mejor de todas.- ¿Sucede algo?.

Tenía miedo de decirle, ¿y ai se decepciónaba de mí?, no era facil, ¿Su pequeña no era tan valiente?.

-Mamá... tengo algo que contarte- no podía mirarla a los ojos, no sabía si era miedo. Núnca me había enamorado o siquiera atraido alguién, y muchisimo menos había querido pensar en mí futuro (ya ni tan futuro) mate, que por cierto, es egocéntrico, mugeriego y muy idióta.

-¿Qué sucede?, ¿Te pasa algo?- la preocupación se podia oir en su voz.
-Yo... Sucedió algo hoy. Y.. no estoy preparada para esto- dije casi susurrando, tenía que hacerlo, no podía esconderlo, no a ella, no a mís padres.- Encontre a mí mate.

Ufff... Ya lo dije, ya lo dije.

Núnca había entendido eso de "el brillo en los ojos", pero.. sus ojos se abrieron de un tirón y se llenaron de lagrimas, se tapo la boca ahogando un grito.
¿Estará igual de triste que yo?
>>Pero... ni siquiera le he dicho quién es<<

-¡No puedo creerlo!- grito- ¡Mi bebé ya está creciendo!, ¡Diós, diós, diós!- ya estaba dando pequeños saltitos por mi habitación

-Ajá- dije con desagrado.
-Pero..- paró de repente- ¿Por qué no estás felíz?.
-Ahí está el problema, mamá- dije rodando los ojos.- Es la persona con menos neuronas y el chico más pedante del mundo.
-¿Y..?, ¿Quién es?- pregunto con una mirada curiosa.
-Es el idióta de Niccolo Sorrentino-  mí pequeño gran problema.

Tú, ¿Mi mate? [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora