Niccolo
Bueno, bueno.
Nada es para siémpre, ¿no?.Mi vida siémpre se abía basado en locura, soledad, problemas y más problemas. No recuerdo ni siquiera una véz en la que me haya comportado como una persona amistosa o ejemplar- no desde los 8 años, almenos-.
Mí padre siémpre me recordaba lo único que era encontrar a mí otra mitad, mi alma gemela... ni mate.
Amaba mirar hacia delante, sin importarme el hecho de estar solo lor mi actitud y mis comentarios déspotas y sarcasticos. No necesitaba la aprobación de nadie, ni siquiera de mi própia familia; ¿importarme la aceptación de la sociedad hacia mi persona?. Imposible.
No hasta hoy. ¿Qué había cambiádo?...
Dejame responderte:
Todo era la misma rutina de siémpre; levantarme, vestirme, subir a mí auto sin siquiera despedirme de mis padres e ignorar todo aquel estudiante chismoso que se me hacercase.Normalmente solo demostraba sinsero desinteres por las personas, personas que no quería ver, pero no me quedaba de otra.
¿Cómo de ún momento a otro se puede sentir todo y nada a la vez?, ¿Cómo se es terrenal y a la vez sentir que estás en otro universo?, ¿que ya nada te mantiene cuerdo?. No entendía nada de lo que sentía y no podía procesar todo tan rapido.
¿Era posible que un solo aroma te hiciera sentir tan vivo y tan alejado de la realidad?. No lo sabía, no hasta este momento.
Núnca nadie había sido de mi "inusual" interes, como decía mi padre.
-Sonrie, que alguien puede enamorarse de tu sonrisa- o algo así abía escuchado en algúno de los programas juveniles. ¿Sonreir?, se me daba fatal; lo único que podían conseguir de mi, si tenías suerte, era una sonrisa burlona.
Sabía que era atractivo. No había necesidad de sonreir si con mi sola presensia llamaba la atención de la gente, ni siquiera trataban de disimularlo.
Ya fuéra por mi mala reputación o por mi físico.¡Pero buéno!, que me estoy llendo de el tema.
El caso es que un aroma dulzon se colaba por cualquiér lado, o eso era lo que yo sentía- y olia.
-Bro- y ahí estaba uno de los tantos estúpidos que se creian mis amigos. No sabía si era por su poca capacidad de entender o simplemente mi mirada no era tan significativa como creía.
Brandon Russer. Uno de los tantos chicos que se sentían con el derecho a invadir mi espacio y mi valioso tiempo con su presencia.
-Brandon, ¿No tenías entrenamiento hoy?- dije arrastrando las palabras.
Futbol americano: el juego más importante de este ridiculo colegio.
-Si, solo que venía a saludar.
De paso podría invitar a salir a Ann.Bah. Ann Brooklyn: la chica perfecta y todo lo contrario a mi.
¿Para qué la quería invitar?, ¿qué era el de ella?. Da igual, eso no me interesa.
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Tú, ¿Mi mate? [Reescribiendo]
WerewolfAnn Brooklyn tiene 17 años. Es popular, guapa, es de una familia adinerada, pero... tiene un riva. Ella es un hombre lobo junto con su familia. Lo que más anela es ser la mejór alpha que su manada pueda tener. -Odio lo que el causa en mí. Odio tener...