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"Como hoy te portaste bien me toca desahogarme un poco. Te vi salir de la Universidad con una sonrisa y admito que nunca te había visto sonreír tan grande y fue simplemente hermoso.

Y sí Jimin, me tienes ambas cabezas vueltas locas. Aquella fragilidad pecadora me arrastra de a poco, cada vez envolviéndome en la dulce adicción que eres tú. Aquellos encantos confusos, la ternura y sensualidad que combinas y desprendes, tus gestos inocentes y a la vez terriblemente coquetos, esos ojos cargados de brillo angelical pero esa cabeza llena de demonios... dime, ¿cómo se entienden? ¿Eres un niño malo Jimin?

Me lo llevo preguntando desde hace un tiempo cuando te vi relamerte los labios con deseo al observar a un lindo chico de tu campus pasar. Pude haberme molestado pero aquel gesto me cautivó tanto que prácticamente lo único que cruzó en mi cabeza es que no eres tan inocente como aparentas.

Así que, ¿eres un niño malo Jimin? ¿O solo travieso?"




Jimin por primera vez no hizo una mueca de confusión o miedo. Sus hombros se movieron de arriba a abajo y sus ojitos se apretaron. Fue un silencio total que después le hizo inhalar profundo y observar a su derecha e izquierda.

No había nadie como era costumbre. Lamió sus labios y se preguntó si su acosador estaría allí todavía. Seguramente sí, siempre se quedaba para verlo leer las cartas. Así que sí, estaba allí y seguramente preguntándose por qué demoraba tanto.

Jimin observó la carta y la observó nuevamente enfocándose en la última pregunta.

Sin decir ni una sola palabra metió la carta dentro de su ropa interior y se metió a la casa.





~Kisses

LIMERENCIA ~YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora