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Era un fin de semana bastante tranquilo. Jimin estaba profundamente dormido, afuera se escuchaban pequeños silbidos y el sol inundaba todo con su potente brillo.

¿Alguna vez han tenido la sensación de que alguien los observa estando dormidos? ¿Y repentinamente despiertan y voltean a todos lados y se dan cuenta de que en realidad no hay nadie?

Bueno. Algo así sucedió con Park Jimin esa mañana. Se levantó suavemente de la cama y se asomó por la ventana. La abrió con delicadeza y se asomó de izquierda a derecha tratando de encontrar algo, pero no había nada. Suspiró y salió del cuarto para bajar a la cocina. Agarró un vaso y se sirvió jugo de naranja, poco después se dirigió a los compartimentos y husmear un poco para ver qué encontraba. Sacó un paquete de galletas y comenzó a devorarlas una por una hasta casi finalizar el paquete.

Iba por la última galleta cuando escuchó el timbre de su casa sonar provocando que se levantara suavemente. ¿Quién sería? A su padre aún le faltaba una semana por llegar. Se levantó en silencio del comedor para acercarse a la puerta. Observó a través de la ranura pero la calle estaba vacía. Extrañado, abrió la puerta.

Como era costumbre, observó de izquierda a derecha antes de bajar la vista y alzar ambas cejas. Una pequeña caja azul con un lazo rojo se encontraba a sus pies sin más. Ni una carta, nada. Jimin se inclinó para recogerla y frunció su ceño volteándola hacia todos lados para encontrar una nota o un nombre, pero no había nada. Rendido y cansado, entró a su casa con la caja en manos. Cruzó la sala hacia el comedor y se sentó nuevamente con la caja enfrente.

Comió otra galleta observando la caja. ¿Sería alguna bomba? ¡No! ¿Entonces qué? ¿Un regalo de su acosador? Sí. Era muy probable. Mordió sus labios y acercó la caja a sus piernas para comenzar a rasgar el papel envuelto, zafando el moño y finalmente alzando la tapa. Unas fotos reposaban boca abajo y encima de ellas una pequeña carta. "Feliz navidad, pequeño" Oh-oh.

Empezamos mal. Jimin tragó duro y depositó la carta al costado antes de deslizar sus manos hacia la primera de las tres fotos. Tomó una respiración profunda y exhaló una vez que la volteó. Quedó en un gélido silencio y con sus mejillas rojas, tan rojas como una esfera de un árbol de Navidad.

Sí. Parece que su acosador cumplió su prometido: le había mandando las fotos. Su favorita,
o más bien dicho, sus favoritas.

La primera foto en efecto, era él el protagonista. Sentado en la sala, observando con cierta nostalgia las flores y los rayos de sol iluminando su rostro. Era un juego de colores y sentimientos, era una foto alegre y triste, coqueta pero a la vez muy... Lejana. Jimin lucía hermoso sin duda alguna, mejor que cualquier foto tumblr que pudiera encontrar por allí.La dejó de lado con una pequeña sonrisa y agarró la segunda foto. A diferencia de la primera, parece que en esta su acosador si se había dado el lujo de no sólo mostrarle su belleza, sino también el deseo que sentía por él.

Jimin estaba acostado en su cama, dormido seguramente. El torso desnudo y un revuelo de sábanas a su alrededor, mostrando sus esbeltas piernas y fuertes muslos que sobresalían de las sábanas. Sí, tenía gusto por dormir desnudo, y no se necesitaba ser un gran experto para darse cuenta que en esa foto, efectivamente estaba desnudo. Era muy artístico, no se inclinaba ni a lo vulgar ni a lo morboso y eso Jimin sin duda, lo encontró agradable, hasta cierto punto. Luego se preocupó porque seguramente entonces su acosador lo había visto desnudo. Eso lo incomodó.

Y por último estaba la tercera foto. No era artística, tampoco artísticamente sexual. Era sexual. Sexual en todo su esplendor, sin pudor, mostrándose como era.

Sexo, deseo y lujuria.

Jimin soltó un pequeño gemido ahogado debido a la sorpresa. Sus ojos se abrieron el triple y hasta la punta de su nariz se tornó rojiza debido a la vergüenza. Umh, realmente no se esperaba aquello.

La tercera foto mostraba, (o eso pensaba), a su acosador. No su rostro, claro que no, solo su cuerpo y una habitación. Estaba desnudo, completamente desnudo en la cama, en una pose insinuante y mostrando hasta sus labios que formaban una lasciva sonrisa.

Al examinar un poco más a detalle podías darte cuenta que en efecto tenía una gran erección encima e inclusive, se había corrido. Pero eso no fue lo que hizo a Jimin morirse de la vergüenza allí mismo...

Fueron las fotos en la mano de su acosador, mostrando así obscenamente que se había masturbado (y corrido) viendo sus fotos. Jimin no lo podía creer. Sintió su corazón ir más rápido y más rápido. Su boca se mantenía tapada y un calor recorría todo su cuerpo haciéndole sudar. Y cuando nada podía empeorar más la situación; su teléfono comenzó a sonar. Llamada entrante de número desconocido.

¿Desea atender la llamada?








~Kisses

LIMERENCIA ~YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora