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Min Yoongi observaba en silencio al hombre agarrando la mano de la apuesta mujer que lo acompañaba. Iban avanzando en risas y sonrisas bastante alegres que provocaron que alzara una ceja y se colocara sus anteojos de sol.

Los estuvo siguiendo casi todo el día observándolos de lejos cual sombra sigilosa. Llegó la noche y la feliz pareja llegó cerca de unos callejones donde comenzaron a besarse lentamente.

Yoongi se apoyó en un árbol no muy lejano donde podía escuchar.

Un teléfono comenzó a sonar y el hombre se separó de la mujer para contestar.

— ¿Sí? — Preguntó mientras la otra mujer resoplaba visiblemente molesta. — Jimin, ¿qué sucede hijo?

Yoongi mantuvo la vista fija y en un silencio más crudo. El hombre asintió y la mujer se cruzó de brazos mostrándose impaciente.

— Sigo en el trabajo Jimin... lo sé, lo sé... — El hombro torció su boca. — Jimin por dios, sé que era un proyecto importante pero no vas a morir porque no fui... sabes que he estado demasiado ocupado estos días.

Yoongi no pudo evitar sonreír y lentamente dirigió su mano al interior de su saco, negando con su cabeza mientras escuchaba al hombre decir hartas mentiras patéticas.

— No me esperes, llegaré tarde. Buenas noches. — Le contestó fríamente el hombre antes de colgar, guardar su teléfono y regresar la mirada a la mujer. — Lo siento, mi hijo es demasiado insistente.

— Ya es grande, ¿por qué no lo dejas? — Preguntó la mujer. — ¿Y te vienes conmigo?

— Hablaré con él regresando. — El hombre sonrió y volvió a tomarla. — No hablemos de él.

El adulto joven siguió observando a la pareja en completo silencio y los besos que se daban. Metió la mano en sus bolsillos y sacó unos guantes y una máscara que se puso que cubrió todo a excepción de sus ojos.

Tomó con firmeza la pistola y sin hacer ruido alguno y se coló en el callejón donde estaban. Antes de que reaccionaran sencillamente le disparó al hombre dos veces.

Éste gritó al igual que la mujer y cayó al suelo. Se acercó a la mujer que aunque quiso correr, el chico con máscara la tomó del cuello y en un rápido movimiento, se lo tronó.

Al escuchar el sencillo crujido suspiró y se separó de ella ahora viendo al hombre en un charco de sangre en el suelo.

Se puso de cuclillas para asegurarse que no respiraba y satisfecho, después de asegurarse de no dejar pruebas, se retiró con toda la calma del mundo y una sonrisa de satisfacción en su rostro.

— Uno menos que te haga daño, mi amor. — Susurró Yoongi viendo a Jimin desde su ventana llorando en la mesa. — Y cuando no haya nadie más que te lastime te haré venir a mí. Solo sé paciente amado mío, esta pesadilla pronto terminará.








~Kisses

LIMERENCIA ~YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora