Ven y ámame (MTUH parte 3)

Capitulo 1

Capitulo 1: 

AYRA

El sonido de la alarma se escucha en el silencio de la habitación, con tan poco gusto aparto las sabanas de mi cuerpo y suspiro, apago la alarma, me pongo las zapatillas y la bata y  me voy a la ducha antes de que se metan los burros de mis hermanos. 

Ben ya no vive aquí, desde que se casó con Lana y tuvo a su primer hijo, Odiseas, he de pelearme con los dos renacuajos y con Kilian, que desde que  su padre murió vive con nosotros, por el baño y luego soy la última en acabar. 

Voy a mi armario para coger la ropa que me pondré hoy, estamos en enero, hace frío y hay días lluviosos, yo como humana que soy lo siento más que mis hermanos o mi padre, y súmale que el pueblo está en medio de un bosque, siempre que me  visto me pongo tantas capas que arezco una cebolla.

Me decanto por un pantalón de chándal con pelito, unos calcetines largos y una camiseta de manga larga junto con una sudadera, se la quité a Kilian,  me dirijo al baño lo antes posible. Al salir me encuentro a mi madre ya duchada y vestida yendo a preparar el desayuno con Odi en brazos, Ben y Lana se fueron de luna de miel y dejaron a Odi a nuestro cargo. 

-¿Dónde está la cosa más linda de la casa?- pregunto estirando los brazos para cogerle.

Reparto besos por toda su cara regordeta y el me lo devuelve llenádome la mejilla de baba, lo  mejor del mundo mundial. 

-¿Puedes quedarte un segundo con él? - me pregunta- he de ir a por una cosa y vuelvo,  hace demasiado frío fuera para salir con él, tu padre está comenzando con el desayuno y los chicos se despiertan ya. 

-claro, me quedo con él, ¿después puedo ducharme en tu baño?-pregunto con cara angelical. 

Asiente y rueda los ojos, ya que voy a cuidar del pequeño mientras desayuno, se que me voy a quedar sin el baño así que, que menos que usar el de mis padres si ninguno va a entrar,  me dirijo con Odi a la cocina para ir desayunando y luego arreglarme. Las vacaciones de navidad  ya han acabado y hoy después de tantos días comenzamos el colegio. 

Bajo por las escaleras haciendo caras a Odi y escucho a papá pelearse con Edwin,  ruedo los ojos, el pan de cada día. 

-¿pero es que tú no tienes casa que siempre tienes que venir a desayunar aquí?- escucho a papá preguntarle 

- si, pero tu cocinas mejor que Megan- murmura este- deja de darme con la espátula, quiero comer tranquilo.  

Entro en la cocina y me encuentro a papá dándole con la espátula de los panqueques a Edwin, y a Dylan sentado en la mesa ausente.

-Buenos días- murmuro sentándome enfrente de Dylan 

Odi me retuerce el pelo y me lo enreda más de lo que ya esta y feliz grita mirando a Dylan, este le lanza un besito y el se pone todo rojito, cual tomate. 

-Buenos días cariño- dice papá poniéndome  un plato de panqueques en la mesa- ven aquí pequeñín- coge a Odi y procede a prepararle  su biberón, yo me encojo de hombros y procedo a preparar mi desayuno.

Pongo un poco de nutella y un vaso de la leche con cola cao  y  desayuno tranquila o al menos lo intento, pues Edwin no deja de quejarse por todo. Miro a Dylan que sigue en su mundo y cuando le voy a preguntar se levanta y se dirige al comedor a hablar por teléfono. Yo miro a Edwin sin comprender y el suspira sin decir nada. 

-¿Que le pasa a Dylan?- pregunta papá mientras el da el biberón a Odi- ¿ya lo sabe?- mira a Edwin 

-¿Que es lo que sabe?- pregunto sin entender 

Edwin mira a papá y parece que los dos se entienden bien, no me dicen nada solo se callan. 

-Buenos días- escucho la voz de Kilian detrás. 

-Te dejo a Odi, acaba de darle el biberón,  he de hablar con Edwin unos asuntos importantes

Kilian coge a Odi y dándole un beso en la cabeza le da el biberón con toda la calma, mientras le cuento del  instituto, el ya no va porque ya lo ha terminado, me cuenta su día  y lo que el hace, mama aparece y le arrebata a Odi para que pueda desayunar, yo me despido de los dos y los dejo hablar tranquilos, es mi momento de ir a duchar y prepararme para el instituto. 

Cojo todas mis cosas y me voy al baño de mis padres, una vez allí me quito el pijama y me meto debajo del agua, dejo que  el agua caliente relaje mis músculos  y me ducho con toda la calma del mundo, hasta que el agua decide enfriarse. 

-¡Papáaaaaaaa!- Grito 

Con el jabón en el pelo, me envuelvo en la toalla y poniéndome las zapatillas salgo del baño y voy a buscar a mi padre, mis hermanos se han acabado el agua caliente y hasta que no se vuelva a calentar no voy a poder ducharme. Bajando las escaleras, y sin ver bien porque me ha entrado jabón en el ojo, me estampo contra un duro pecho  y ahora si quiero llorar muchísimo. 

-Ay dios, ¿pero es que no miras por donde vas o que?- Dylan me mira desde el suelo 

Sus manos están encima de mi cintura, el jabón ya me ha entrado en los ojos y me lloran mucho

-Pero es que tu no ves que no puedo ver- le digo dándole un golpe en el pecho- tengo todo el jabón en los ojos, idiota  

Intento levantarme como puedo y escucho los pasos de alguien a lo lejos 

-¿que pasa aquí?- escucho la voz de mi padre 

Con los ojos cerrados intento levantarme como puedo y también ayudo a Dylan a hacerlo 

-Tus queridísimos hijos se han terminado el agua caliente y me he quedado a medias, estaba bajando las escaleras como podía, porque el jabón se me ha metido en los ojos, y me he chocado con Dylan, solo te estaba buscando papá- intento explicarle como puedo, ya que el jabón en mis ojos escuece un poco y me resulta incómodo 

-Vale, vale, voy a ver el termo, tu ves al baño que ahora te aviso yo.- dice mi padre

Yo me giro y subo las escaleras hacia la habitación de mis padres, esperando a que mi padre arregle el termo y consiga que el agua se caliente antes, no dejo de pensar en la sensación que he sentido  cuando el cuerpo de Dylan ha estado de bajo de mi cuerpo, se sentía caliente y no quería separarme de él, y no comprendo,  porque yo al ser humana no puedo llegar a sentir esas cosas, es decir, un hombre lobo siente cuando esa persona es su mate, el olor y las sensaciones que tiene cuando lo ve y lo toca, yo como humana apenas puedo sentir algo. 

Solo pienso en lo bien que se ha sentido su cuerpo contra el mío.