Ven y ámame (MTUH parte 3)

Capitulo 13

Capitulo 13 

Ayra 

Dylan me acaba de abrazar, mi cara es todo un poema, a pesar de que todo mi cuerpo salta de alegría sin entender porqué razón., me siento incómoda. 

-¿Que acabas de decir?- le pregunto separándome de él.

Me mira incómodo, papá y Edwin se acercan y detrás de ellos viene Mara con la cara descompuesta  y yo sigo sin entender nada de lo que está pasando.  

-Tenemos que hablar.- dice Edwin 

Los cuatro se miran y yo sigo sin saber que es lo que está pasando, se supone que Mara y él son mates, que pinto yo aquí. 

***

Los cinco estamos en el despacho de papá, dejamos que pasase la fiesta y una vez acabada, nos reunimos para poder hablar de lo ocurrido, para explicarme que es lo que está pasando. 

-Muy bien, Ayra siéntate, esto que te voy a contar no sé cómo te lo vas a tomar.- dice papá, antes de continuar carraspea y toma un sorbo del vaso de agua que tiene junto al ordenador- Dylan y Mara no son mates, Dylan cuando cumplió los dieciocho firmó un contrato con la manada continua porque no había encontrado su mate, normalmente los lobos conocen a su mate a la mayoría de edad, y cuando aún no ha aparecido suelen esperar durante unos años para saber si tienen o no tiene mate- dice mirando a Dylan con cara obvia- Mara tiene una maldición, la diosa luna por todas las guerras y maldades que ha cometido su manada carrea con todo, no encontrará a su mate, su abuelo y los padres de Dylan en su momento pactaron sin llegar a firmar el contrato que este le  dejaba caer.- dice sacando unas hojas del cajón de su despacho.- lo que no contábamos es que fuese ya.- dice- tienes que estar en alerta, porque si su abuelo Lucas- dice haciendo énfasis en el nombre.- se entera, que no tardará en en hacerlo, podemos tener serios problemas.

Mi mente va tan rápido que siento que la vista se me nubla y el aire no llega a mis pulmones, intento comprender cada una de las palabras dichas por mi padre, no son mates, simplemente están juntos por un contrato que mi, ahora mate, firmó en su momento lo cual no entiendo y es algo que me gustaría saber, alguna razón ha de haber para que el hiciese eso. 

-¿Por qué tiene que estar en alerta?- dice Mara, está junto  a Edwin, los dos de pie detrás de nosotros, serios.  

-Porque tu abuelo va a declarar la guerra, y ella es quién está en peligro.- dice Edwin.- ¿has tenido algún sueño más?- pregunta mirándome. 

Mi corazón late rápido porque no quiero mentirles, pero recordar todas las cosas que me hacía y me decía no son agradables, sin decir palabra han entendido y no han dicho nada más, estoy en peligro y es algo que no se puede evitar. 

-¿No podrías hablar con él?- pregunta Dylan 

-Puedo intentarlo, pero no serviría de nada, Lucas es el que está al mando, el que hace y deshace a su antojo, quién decide por encima de mi padre, y nadie puede hacer nada.- dice Mara.- lo siento Ayra, de verdad, pero no hay nada que hacer, siento decirlo así pero es la realidad, haré todo lo posible para que no te pase nada,  se de sobras de que es capaz Lucas.- dice 

Le miro sin decir nada, se que ella tiene razón, que hará lo posible, siento que lo dice porque ella ha vivido un horror al lado de él. 

-No pasa nada Mara- le digo 

Que mentirosa me siento, no creo que salga de esta con vida. 

-Papá, si no te importa me gustaría ir a dormir, me duele la cabeza.- le digo cogiéndole de la mano. 

Este me da un beso en la frente, le doy un beso en la mejilla a Dylan susurrándole un " buenas noches" , me despido de Mara y Edwin y me voy a mi habitación. 

Me quito los zapatos de tacón y arrastro los pies por el largo pasillo, imágenes de los sueños me persiguen, solo espero que no sufran más de lo que ya lo harán. 

Llego a mi habitación y sin desmaquillarme y quitarme el vestido, me meto debajo de las sabanas y el edredón y ya estoy lista para otra de mis pesadillas. 

***

Narrador omnisciente

En el gran despacho, un silencio aterrador acompañaba  a Lucas, con el sonido de los troncos ardiendo,  sentado en el silla delante de su escritorio estaba maquinando y pensando, unos golpes en la puerta hacen que levante la cabeza del mapa. 

-Adelante.- murmura 

-Señor, ha llegado un mensaje.- Marck el empleado de confianza de Lucas, lo observa de pie en la gran estancia. 

Los ventanales cubiertos por cortinas negras, una moqueta de color rojo adorna el suelo, dos grandes estanterías llenas de libros antiguos, brujería, vampiros, idiomas, todo aquello que para él era necesario y bueno para usarlo en momentos exactos. 

-Déjala encima de la mesa.- hace un gesto con la cabeza 

Marck se retira cerrando la puerta a su espalda, una vez cerrada Lucas procede a abrir la carta.

"Querido Lucas, tus planes se han quebrado, Dylan a encontrado a su mate esta  noche, y no vas a creer quién es, nada más y nada menos que la hija de Adrien. 

Ya no vas a poder continuar con lo que tenías planeado y nadie va a querer casarse con tu nieta Mara. ¿Qué vas hacer ahora?

Viejo cascarrabias, no vas a lograr tu propósito."

-Maldita seas Dylan.- Lucas gruñe-Voy a ir a por ti Ayra y ten por seguro que no vas a salir viva de esta.

La rabia y el rencor salen, lo que el no sabe es que no hay nada que pueda detener al destino y mucho menos todo aquello que ya está escrito. Pero ¿y el amor? 

Dicen que el amor todo lo puede, más que el odio y la guerra;  lo que él no sabe es que el amor de Dylan y Ayra es muchísimo más fuerte que cualquier otra cosa.

El problema es que para  Lucas el amor no existe y mucho menos la creencia de que  todo lo puede, para él la guerra ya está declarada.