[16] ᴀʟᴇʀᴛᴀ ʀᴏᴊᴀ, ᴇᴍᴍᴀ ʀᴇꜱꜰʀɪᴀᴅᴀ

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Todo parecía marchar normal, hasta que...



¡Achu! - estornudó la pequeña rubia, haciendo que el termómetro que estaba en su boca volara, literalmente.

Salud - respondió la azabache, dándole un pañuelo desechable

36.8. No es tanta la fiebre, conejita, pero lo mejor será ir con un doctor - mencionó el rubio.

A penas escuchó la palabra "doctor", Emma corrió  a esconderse en su armario.

¡No! ¡Al doctor no!-.

Emma, sé que odias ir a los hospitales, pero yo no puedo hacer más que esto, ya hice todo lo que conozco y nada te quita el resfriado y la fiebre-.

Los doctores son malvados, te dan medicina que sabe a calcetines y te clavan agujas en el cuerpo - dijo desde su armario.

Los medicinas saben mal por los ingredientes que tienen para prepararlas, ¿recuerdas cuánto odias las espinacas? - la niña hizo un sonido de asentimiento - Pues las espinacas son como las medicinas, saben mal, pero tiene vitaminas que ayudan a tu cuerpo (gente, llámenme rara pero yo nunca odié las espinacas, todo lo contrario, es una de las cosas que más me gusta comer)-.

¿Y qué hay de las agujas?-.

Esas agujas se llaman inyecciones, mi amor, y son más que todo para curar resfriados - respondió la azabache.
Marinette se levantó de la cama y fue a tocar la puerta del clóset - Pequeña, a mí también me dan miedo las inyecciones, pero era lo único que realmente curaba mis resfriados. Anda, sal y vamos al hospital, tu papá y yo entraremos contigo para que no tengas miedo-.

Pero...-.

Nada de "peros", conejita - la interrumpió su padre - Un doctor es la mejor opción para curarte ese resfriado, y como lo dijo Mari, estemos contigo durante la revisión-.

Está bien - la niña sacó su pequeña mano y su madrastra la tomó para llevarla al baño y vestirla más presentable para ir al médico.

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Al llegar al hospital, Emma sé aferraba con fuerza al cuello de la Dupain mientras los adultos esperaban en el sala de espera.

¿Emma Agreste? - dijo la secretaría y la niña habría salido corriendo si la ojiazul no la detiene 

Aquí - respondió Adrien

La doctora Tsurugi los antenderá ahora-.

Muchas gracias - respondieron ambos adultos, entrando con la rubia.

Buenas tardes, soy Kagami Tsurugi - una mujer japonesa de ojos cafés, cabello azabache corto y cuerpo delgado se presentó - Deben ser los padres de Emma-.

Exacto - respondió el ojiverde.

Muy bien, cuéntenme qué síntomas tiene Emma-.

Estornuda mucho y tiene fiebre - dijo Marinette

Bien. Emma, sube a la camilla por favor-.

La ojiceleste temblaba de sólo pensar en lo que aquella mujer le haría, no podía mover ni un músculo, Kagami notó esto, por lo que le hizo señas a la madrastra para más o menos explicarle a Emma lo que realmente iba a hacer.

Sé que te doy miedo, Emma, pero no te haré daño, mira, lo único que yo quiero es saber que es lo que tienes y ayudarte ¿me permites?-.

Emma lo pensó, pero accedió de todas formas, se subió a la camilla y esperó indicaciones.

[ᴀᴜ ᴍʟʙ] ||¿ꜱᴇʀÍᴀꜱ ᴍɪ ᴍᴀᴍɪ?|| {ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora