[ᴀᴜ ᴍʟʙ] ||¿ꜱᴇʀÍᴀꜱ ᴍɪ ᴍᴀᴍɪ?|| {ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ}

Epílogo.

10 años después.

Una adolescente de quince años se encontraba al frente de una tumba.

No niego que me hiciste mucho daño a mi papá y a mí con tu partida, pero me pongo a pensar y siento que es lo mejor, las cosas siempre tienen que pasar por algún motivo y sólo quiero que sepas que te perdono, te perdono por habernos dejado, te perdono por no me hayas visto crecer, te perdono por haberme tratado mal cuando te conocí, te perdono por haber negado mi existencia, te perdono por habernos hecho llorar por diferentes motivos y te perdono por haber sido la peor madre que he conocido, Chloe Bourgeois - soltó un suspiro pesado - No quiero vivir con resentimientos pasados, pues eso me impedirá ser feliz al lado de las personas que quiero, quiero librarme de todo lo que me daña porque así no voy a poder seguir, sólo quería que supieras eso. No te confundas, el hecho de que te perdone no quiere decir que te quiera, sólo quería venir a verte para cerrar éste ciclo - se levantó - Adiós madre. Te dejo descansar en paz - se va a las tumbas de sus abuelos paternos.

Habían pasado 10 años desde la trágica muerte de Gabriel Agreste y Chloe Bourgeois, 10 desde que Adrien y Marinette se casaron y ella comenzó a portar el apellido Agreste en su nombre, 10 años de feliz matrimonio que tres años después dio frutos, así es, los ahora señores Agreste tuvieron mellizos, el primero en nacer fue Hugo, un adorable niño de ojos verdes esmeralda y ligero cabello azabache y siete minutos después nació Louis, él tenía la misma apariencia de su padre, su cabello era rubio pero sus ojos eran azules como si se hubieran caído dos pedazos al cielo. Ambos niños eran demasiado cercanos a su hermana, por lo que ella debía cuidarlos casi que todo el tiempo.

Louis era más tranquilo que Hugo, pero si uno llora el otro, inevitablemente, tenía que hacerlo y vaya que era un dolor de cabeza, pero una verdadera ventaja era que dormían como troncos y era imposible despertarlos si no era la luz del sol dándoles en la cara. 

Hoy era 17 de julio, por lo que ambos mellizos estaban cumpliendo 7 años y como regalo de cumpleaños querían pasar un día en la playa y ambos padres no podían negarse. Todos ya estaban listos para partir, pero Emma tenía una extraña sensación desde hace días, por lo que quería ir al cementerio para despejar un poco su mente.

La rubia abandonó el lugar después de dejarle unas flores a sus abuelos y se fue directo a casa para poder ir a la playa con su familia.

Emma, hasta que llegas, ya queremos irnos - dijo el azabache.

Hugo decía que iba a quitarle el freno de mano al auto para irnos - esta vez habló el ojiazul.

Ni siquiera lo piensen - acomodó bien las maletas con comida y juguetes de los niños - Tienen idea de lo mucho que asustaran a mamá y papá si hacen eso-.

Oh vamos, Emma. Hubiera sido divertido - se quejó el ojiverde.

Uy sí, muy divertido hubiera sido que llegaras a casa del hospital con un brazo roto - los ayudó a ponerse el cinturón porque a ambos aún les cuesta.

Aburrida - hizo un puchero (•3•)

No soy aburrida, Hugo, sólo cuido de ustedes. No es lo mismo que se suban a una patineta que ustedes siendo niños manejen un auto, es ilegal, chicos-

Qué es ilegal?-.

Significa que está prohibido por la ley, Louis, no se hable más del asunto, ya estoy aquí y ya podemos ir a la playa - se subió al auto y se puso el cinturón.

Al rato, los esposos llegaron - Empacaron todo verdad niños?-.

Sí, papá - respondieron los tres. 

Bien, entonces vámonos - dijo la mujer.

Una vez que la familia llegó, los niños no se hicieron de esperar y fueron a jugar en la arena. 

Hugo, Louis, necesitan bloqueador si no quieren quedar como unos camarones - Marinette sacó una botella de bloqueador de su bolso y se lo pasó a los niños - Tú también deberías pasarte un poco, Emma, tienes esa presentación el martes y no puedes darte el lujo de lucir mal presentada - le dio la botella.

Muchas gracias, mamá - comenzó a pasarse aquella crema un tanto grasosa y la azabache copió su acción.

Adrien, deberías hacer lo mismo y ponerte un poco-.

Tonterías, princesa. No necesito bloqueador-.

Ella sólo alzó los hombros - Bien, pero si quedas como un camarón no me digas que no te lo advertí.

Debido al calor y porque quisieron jugar, la familia se encontraba en traje de baño, Adrien con uno negro con huellas de gato, Marinette con uno rosado de puntos blancos, Emma portaba un bikini verde,  Hugo uno azul marino con olas y Louis uno amarillo con soles.

 Debido a que la rubia usaba uno un poco más corto que el de su madre, varios chicos la miraban y más porque ella estaba sentada de rollidas ayudando a sus hermanos a hacer castillos de arena y su trasero se marcaba más, ahh pero eso sí los niños y el rubio mayor no lo iban a permitir y un claro ejemplo fue cuando un trío de chicos miraban a Emma y cuando iban a coquetear los familiares hombres de la adolescente casi los matan con la mirada y Hugo no dudó en gritar a todo pulmón: Aléjense de mi hermana, cabrones!  

Una chica volteó a ver al escuchar la voz del niño y se dio cuenta de que uno de los chicos que estaba mirando a la rubia era su novio, basta con decir que se hizo tremendo alboroto y Hugo salió vencedor con su "obra de teatro" demostrando como el muchacho veía a Emma, aunque también se llevó tremenda regañada de parte de Marinette por el insulto que utilizó. Por todo esto, Emma decidió ponerse la falda de playa color negro que venía a juego con el bikini, no quería enfrentarse de nuevo a una novia celosa, aún si era con motivo, y a un tipo urgido.

Luego de haber nadado un rato, los hombres se quedaron jugando con la arena mientras las mujeres caminaban con la playa con el atardecer acompañándolas.  Iban caminando y la azabache tenía su brazo al rededor de la rubia mientras que la más baja sujetaba a su madre de la cintura.

En qué estabas pensando al ponerte ese bikini sabiendo lo celoso que es tu padre y lo bonita que eres?-.

La ojiverde alzó los hombros y rió- No sé, supongo que quería ver la reacción de papá-.

Y lo hiciste. No que quitaba los ojos de encima a cualquier tipo que pasara cerca de ti - ambas soltaron una carcajada limpia y la mayor soltó un suspiro - De acuerdas de este lugar?-.

Y cómo no? Aquí ayudé a mi papá a que te pidiera matrimonio-.

Te acuerdas de la frase que me dijiste?-.

"Serías mi mami?" - trató de hacer su voz de niña y Marinette sólo rió y comenzó a besarle la cara.

Sí, mil veces sí- concluyó con un beso en la nariz de la rubia.

Gracias por haber llegado a mi vida, mamá- la abrazó con lágrimas en sus ojos.

La azabache correspondió- Gracias por llegar a la mía, mi amor-.

Escena extra:

Te dije que te pusieras bloqueador! - le dijo Marinette a su marido.

Adrien al final sí se quemó y su piel estaba tan roja como un camarón para ceviche (gente, aquí en Costa Rica el ceviche puede hacerse de varios mariscos).

Mami, nos podemos comer a papi?-.

Louis!-.

La rubia y el azabache sólo rieron ante la escena.

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Bueno, mi gente bonita, el único especial que nos queda por ver son las curiosidades porque ahora sí se acabó esta historia.

Sé que dije que el epílogo sería corto, pero tampoco podía escribir 200 palabras, ustedes no merecen contenido mediocre.

Les agradezco de corazón por haber llegado hasta aquí. Si el epílogo les gustó regalenme sus votos y comentarios que me animan a seguir trayéndoles más contenido.

Me despido y los amo.