Una hora antes
Marcus estaba sonriendo, «su día sería grandioso», pensó. Le habían confirmado el cierre de un contrato que le daría millones a su empresa. Después de negociar por meses, finalmente su competidor había cedido y le vendería parte de sus acciones, con esto ocuparía el 52% del mercado y ya no habría nadie que se interpusiera en su camino. Sin duda, después de esto su madre lo dejaría en paz, estaba cansado de que lo viera como un playboy y por ello le agendara citas a ciega todas las semanas.
Sabía del por qué, era su culpa. Luego de que descubriera un secreto terrible que le había ocultado su padre, se dejó llevar por la demencia de la juventud y empezó a cometer locuras.
Salió con cualquier mujer que le dio una sonrisa, nada le importó más que su propio placer, eso duró muchos años hasta que un día le costó demasiado.
Después de la muerte de su padre, había tratado de dejar esa vida atrás y ganarse el respeto de su familia, y en especial el de los accionistas de la empresa que heredó de su progenitor. Fueron largos 4 años, pero finalmente probaría su valor a todos si lograba concretar esta compra. Así podría garantizar el futuro de la empresa en el mercado nacional, «sí hoy definitivamente sería un día glorioso», concluyó.
—Señor, ya tengo los documentos listos.
—Ya era hora, llevo esperando más de 1 hora.
—Lo siento, señor, pero como sabe está sin asistente personal.
—¿Ya otra vez?
—Usted la despidió el lunes pasado, ¿no lo recuerda?
—Ah, sí, era una inepta.
—Creo que su problema era que no hablaba japonés, señor, era buena en todo lo demás.
—Debió advertirme eso antes de enviar documentos sin la debida traducción a la junta de accionistas.
—Lo siento, señor, tiene razón fue un error "tremendo" —agregó irónicamente.
—Frank, necesito que me consigas otra asistente con urgencia, no puedo trabajar si no tengo a alguien que se ocupe de mis asuntos.
—Pondré un anuncio en el periódico, espero que así aparezca alguien nuevo, usted sabe que no es fácil encontrar a profesionales que estén dispuestas a trabajar para usted.
—¿Qué quieres decir?
—Pues que, con su fama, las personas ya ni siquiera quieren postularse.
—Ah, ¿así que los chismes ya salieron de esta empresa?
—Lo siento, señor, sé que usted tiene sus razones, pero tal vez podría ser menos exigente con el currículo.
—De acuerdo, pero al menos debe ser una persona que esté capacitada para hacer el trabajo.
—Por supuesto señor.
—Sobre la cita que marcó mi madre para esta tarde, cancélala, dile que estoy ocupado.
—Se molestará.
—Ya lo sé, pero luego de firmar este contrato estoy seguro de que lo entenderá.
—De acuerdo señor.
—No lo sé Frank, pero tengo la impresión de que hoy será un gran día para mí —espetó sonriendo.
—Eso espero —respondió su chofer en voz baja.
Salieron de Castle Enterprise y se dirigieron hasta el sitio del encuentro. Cuando se quedaron en un semáforo, Marcus vio la pequeña cafetería que frecuentaba asiduamente cuando era un estudiante, y por alguna razón sintió la necesidad imperiosa de llegar allí, como si un imán lo estuviera atrayendo.
—Frank, desvíate, tomaré un café antes de irme.
—Por supuesto señor. ¿Dónde quiere quedarse?
—A la derecha en la siguiente esquina.
—Ah, ya lo vi.
Se estacionaron en frente de la cafetería y los recuerdos de Marcus lo embargaron, recordaba cada detalle de los días de estudiante. Era joven y alocado, no tenía idea de que sus fiestas desenfrenadas y falta de responsabilidad conducirían a su padre a una vida de preocupación constante.
Cosa terrible para alguien que sufría del corazón, él no lo sabía, o al menos esa era la excusa que usaba cuando le pesaba la culpa. Su propia familia lo había señalado claramente una vez, su padre murió a causa suya, y saber ese hecho lo había cambiado del día para la noche.
El dolor lo inundó y lo convirtió en un hombre diferente, frío y sin apego, alguien que solo trabajaba y negociaba por todo, desde entonces buscó vivir de forma cauta y sin escándalos, las fiestas se habían terminado para él ya hacía años.
Una joven sonriente le arrancó de sus pensamientos, ella estaba limpiando las mesas, la veía a través de la ventana. La mujer no se percató de su presencia.
Era hermosa e inocente, como una niña que conoció una vez cuando era pequeño y jugaba en un parque durante sus vacaciones de verano a las afueras de la ciudad. Se veía contenta limpiando el lugar, una sensación rara recorrió su cuerpo, cuando su mente buscó encontrar una respuesta a esta inesperada y extraña reacción, su chofer lo interrumpió.
—Señor... no tenemos mucho tiempo —insistió Frank.
—Por supuesto, entremos.
Ingresaron y mientras su chofer seguía hablándole, trató de ignorar deliberadamente a la dependienta que se giró para mirarle al escuchar la campanilla de la puerta. Ella no apartó los ojos de él, eso hizo que se sintiera incómodo.
Por alguna razón se preocupó de su apariencia, quería lucir atractivo para la joven. Siguió caminando como si nada y se sentó en una de las mesas, sacó los lentes de sol en cámara lenta, luego levantó la mano para llamar y enfrentar a la mujer.
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Asistente Personal Del CEO ✔ (EXTRACTO GRATUITO) PB#1
RomanceMarcus Daniel Castle el playboy narcisista multimillonario más famoso de la ciudad, siempre se salía con la suya. Sus habilidades para el negocio eran tan excepcionales como legendarias. El atractivo empresario nunca perdió un trato, bueno...eso fue...