Capítulo 9 «Una cita con el pasado»

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Marcus estaba molesto, su madre había concertado otra cita a ciegas, y esta vez se aseguraría de que asistiera mandando a la joven en cuestión a buscarlo en la empresa, «¿cómo diablos haría para librarse de la cita esta vez?», estaba cansado de que su madre se metiera en sus asuntos, era obvio que no comprendía que no le interesaba tener una relación seria de momento y mucho menos casarse.

—Y ahora, ¿cómo diablos me voy a librar de la mujer?

—¿Qué mujer? —preguntó Frank que acababa de entrar en la oficina.

—Frank... necesito que me salves.

—¿De qué?

—De una mujer.

—¿Eh? —dijo sin comprender.

—Mi madre me concertó una cita.

—Ah... cancélala.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Porque mandó a la mujer a buscarme... ¡Aquí!

—¿En serio?, sus tácticas están mejorando —dijo sonriendo.

—Ya lo sé, pero no estoy de humor para soportar otra cita a ciegas solo para hacer feliz a mi madre.

—¿Qué pasó?

—Nada... ¿Por qué lo dices?

—Porque tu humor está peor que de costumbre

—Ya veo.

—¿Tiene que ver con la señorita Sanders?

—Hummm... ¿Cómo lo adivinaste?

—Pues últimamente todo tiene que ver con ella.

—Ya veo.

—¿Entonces?

—No importa, necesito que me ayudes a librarme de la mujer.

—No creo que yo pueda hacer algo al respecto, pero tal vez...

—¿Tal vez...?

—Bueno, creo que tal vez tu nueva asistente pueda hacer algo al respecto.

Media hora después, Anne estaba terminando de clasificar unos documentos cuando una hermosa mujer se acercó a su escritorio.

—Hola —ella levantó la cabeza para ver quién acababa de hablarle, la mujer tendría unos 27 años, estaba vestida muy elegantemente, «como si fuese a salir para una cita», pensó.

—Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar?

—He venido a ver a Marcus —«¿Marcus?», «¿sería ella una amiga de su jefe?»

—Por supuesto, me indica su nombre, por favor.

—Dile que es una vieja amiga.

—De acuerdo... —tomó el teléfono y llamó en el interfono.

—Señor, una persona quiere verle, dice que es una vieja amiga.

—¿Ah sí?... —dudó, pero recordó lo que su madre le había dicho— de acuerdo, hazla pasar —Anne colgó.

—Puede pasar.

—Gracias.

La dama caminó hasta la puerta en cámara lenta, «se ve como una modelo», pensó Anne con cierta envidia, de pronto tuvo una sensación extraña, como una acidez en el estómago, ya tarde comprendió que esa persona no era solo una vieja amiga de su jefe.

Cuando la mujer que esperaba abrió la puerta, Marcus creyó que veía a un fantasma, de todas las mujeres que su madre pudo seleccionar como candidata para ser la futura señora Castle, «¿tenía que haber elegido justamente a la exnovia que más daño le había hecho?», pensó

Asistente Personal Del CEO ✔ (EXTRACTO GRATUITO) PB#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora